25 años por el planeta y por la gente
«Hace 10 años participé por primera vez en una reunión de Amigos de la Tierra Internacional . Recuerdo el arcoiris de diferentes acentos y el rico caleidoscopio de ideas, puntos de vista y estrategias. Los recursos que disponíamos iban de modestos a minúsculos. ¿Acaso esta pequeña tripulación multicolor podría ayudar a salvar la Tierra? Recuerdo también una miembro japonesa que hablaba tan rápido, que nos vimos obligados a pedirle que hablara más lentamente. Argumentaba apasionadamente, no por una causa en su propio país, sino a favor de los isleños del Pacífico que estaban amenazados por pruebas nucleares. No se trataba solamente de la crisis que ellos enfrentaban: era también la nuestra. Los grupos ciudadanos como ATI , pueden atravesar fronteras geográficas y culturales para actuar conjuntamente de una manera que, en muchos casos, nuestros propios gobiernos no han logrado.»
(Mairi MacArthur, primer Presidenta de ATI , en «Save the Earth», de Jonathon Porrit, 1991.)
«ATI es una organización de campañas. Nuestra fuerza reside en la habilidad para motivar a la gente. Llamamos a la población a que cambie, no sólo de maneras de pensar, sino también de hábitos y actividades. Le pedimos que ejerza presión sobre los que toman las decisiones políticas, de manera que éstos tengan que tomar las medidas necesarias para proteger el medio ambiente. No evitamos los temas controvertidos, ya que no buscamos evitar el conflicto.»
(John Hontelez, segundo Presidente de ATI , 1992.)
Los primeros años
En 1969, el Director Ejecutivo del Sierra Club de EE.UU. renunció a su cargo por la frustración que le significó que su organización se negara a hacerle frente a la cuestión nuclear, e incluso, a trabajar internacionalmente. David Brower fue un visionario, hecho que se transluce en las palabras que citamos a continuación:
«Comprendiendo que era tiempo de dejar de trabajar por un mundo ilusorio, decidí empezar una nueva organización. Salimos a la pesca de un nombre y se nos ocurrió Amigos de la Tierra. Era fundamental que fuera una organización de alcance internacional. Tras reuniones en Londres, París y Estocolmo, logramos convencer a ecologistas de esos lugares para darle vuelo a la idea de Amigos de la Tierra. También tomamos contacto – o nos contactaron – otros grupos, en países donde hoy hay miembros de la red de Amigos de la Tierra. En cada abrir y cerrar de ojos, en algún lugar del mundo salía el sol anunciando el nacimiento de un nuevo grupo de Amigos de la Tierra. Desde el principio estuvo claro que no queríamos estar rígidamente organizados, ni orientados por ninguna vieja fórmula verticalista. La idea era encontrar buena gente con las ideas adecuadas y dejarla avanzar por su propio camino.» (1995)
Así fue como en 1971, ecologistas de Francia, Gran Bretaña, Suecia y Estados Unidos fundaron Amigos de la Tierra Internacional (ATI ) en Roslagen, Suecia. Estos primeros encuentros fueron un apasionado intercambio multicultural de ideas y preocupaciones. Según Richard Sandbrook, uno de los primeros activistas de Amigos de la Tierra en Inglaterra, «la fundación de Amigos de la Tierra en nuestro país y de ATI , estuvo sin duda signada de romanticismo, pero fue también muy acertada y terrenal. Vivíamos al día, no sabíamos de donde conseguiríamos el dinero necesario y tampoco teníamos mucha idea de cómo hacer para que la gente se enterarara, siquiera mínimamente, de lo que hacíamos».
Las primeras reuniones resultaron en una decisión unánime de oposición a la energía nuclear a nivel planetario. En los años siguientes, ATI se colocó a la vanguardia del movimiento anti-nuclear y se hizo famoso por su trabajo pionero en fuentes alternativas de energía, gracias a la pericia y los conocimientos de Amory Lovins, un gurú en temas energéticos. Los efectos devastadores de los accidentes de Three Mile Island en 1979 y Chernobyl en 1986, aumentaron el número de grupos de Amigos de la Tierra que se siguen oponiendo vigorosamente a la energía nuclear.
ATI continuó sumando aliados durante toda la década de los ’70, llegando a lograr una presencia fuerte y crucial en diversas negociaciones internacionales. La postura única de ATI en el tema de la pesca industrial de ballenas, por ejemplo, que llamaba a la protección de las especies balleneras amenazadas sin que ello significara la destrucción de formas tradicionales de sustento para las comunidades humanas que dependían de esta actvidad, gozó de un éxito rara vez visto: tras 10 años de lucha en la Comisión Ballenera Internacional (IWC), se logró la aprobación en 1982 de una moratoria sobre la pesca comercial de ballenas. Los delegados de Amigos de la Tierra mostraron también su capacidad y talento para el pensamiento ilustrado con la publicación de ECO, un boletín diario de las ONGs producido en colaboración con la revista The Ecologist en 1972, en ocasión de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano realizada en Estocolmo, Suecia. Desde entonces, ECO ha seguido apareciendo en varios otros foros globales sobre temas específicos, desde la pesca de ballenas hasta temas relacionados a las fuentes de energía, entregando concienzudos análisis de gran relevancia tanto para ONGs como para gobiernos.
ATI en todo el Planeta
A pesar de ser internacional, ATI continuó siendo una organización predominantemente del Norte en cuanto a sus miembros se refiere, hasta la década de los ’80. En ese momento comenzaron a ingresar a la federación fuertes grupos nacionales en Asia, América Latina y Africa. Las perspectivas del Sur ampliaron y profundizaron los análisis y actividades de ATI .
Las selvas tropicales pasaron a ser un tema central, con el lanzamiento en 1985 de la campaña de ATI en defensa de los bosques húmedos, en la que muchos grupos de Amigos de la Tierra trabajaron intensa y creativamente en estrecha relación con pueblos aborígenes llamando la atención mundial sobre la situación de los habitantes de las selvas tropicales y sus habitats. Otra iniciativa mundial en la década de los ’80 fue la fundación en 1982 de la Red de Acción sobre Plaguicidas (RAP), (Pesticides Action Network), a cargo de los grupos de Amigos de la Tierra en Malasia, Brasil y EE.UU. Actualmente, la RAP vincula a más de 300 organizaciones en medio centenar de países, que luchan contra el empleo abusivo de plaguicidas y contra la ingenieria genética, al mismo tiempo que promueven prácticas agrícolas sustentables.
El primer grupo de Europa del Este que ingresó a ATI fue el Polski Klub Ecologiczny (Club Ecológico Polaco), de Polonia, en 1985. Amigos de la Tierra Estonia, fue la primera asociación de un país ex-soviético que se hizo miembro de una organización ecologista internacional. Esto sucedió tres años después de la integración del grupo polaco. Se intensinficó la acción pan-europea en temas que abarcaban desde el embalaje de los artículos de consumo hasta la biotecnología, logrando así mayor efectividad. En este período también se originaron dos influyentes organizaciones europeas: la Coordinación Europea de Amigos dela Tierra (CEAT) en 1985, con base en Bruselas, que constituyó la primera coordinación regional en el seno de ATI y Milieukontakt Oost-Europa (Contacto Ecológico-Europa del Este), en 1987, iniciada por ATI y el Servicio Mundial de Información sobre Energía (WISE), con el propósito de facilitar la cooperación Este-Oeste relativa a problemas ecológicos.
ATI en la actualidad
La reputación mundial de ATI se ha consolidado en la década de los ’90 paralelamente al surgimiento de problemas sociales y ecológicos cada vez más graves y generalizados. La federación ha sumado a un número creciente de organizaciones, al tiempo que los grupos más antiguos se han fortalecido. Actualmente, se han sistematizado una serie de requerimientos específicos para ser integrante de la federación de Amigos de la Tierra. Estos criterios de pertenencia no sólo se aplican al momento de solicitar el ingreso, sino que todos los grupos que conforman ATI se autoexaminan periódicamente a la luz de los mismos. Las Asambleas Generales Anuales, que al principio eran poco más que una sesión de ‘tormenta de ideas’ entre un reducido grupo de europeos y norteamericanos, se han transformado ahora en un evento altamente estructurado que, en una semana, cubre multiplicidad de tópicos con la participación de mujeres y hombres del Sur, el Norte, el Este y el Oeste. Contando a mediados de 1996 con un total de 54 grupos miembros de todas partes del mundo, ATI ha logrado finalmente, convertirse en una fuerza mundial para el cambio social y ecológico.
El potencial de ATI se templó y vibró en 1992, al fuego de la Cumbre de la Tierra (CNUMAD 92) en Río de Janeiro, Brasil, cuando un mosaico de grupos de Amigos de la Tierra criticaron el enfoque y la actitud continuista de los gobiernos y las empresas que participaron en la CNUMAD y los eventos paralelos. Río también sirvió como plataforma de lanzamiento de un estudio pionero, el Plan de Acción Holanda Sustentable, elaborado y presentado por Amigos de la Tierra de Holanda. El mismo constituyó el primer paso en la popularización de los conceptos de ‘espacio ambiental’ y equidad. Desde entonces, Holanda Sustentable ha dado nacimiento a la Campaña por Europa Sustentable y al Proyecto Norte-Sur Qambos en el marco del Programa Sociedades Sustentables de ATI .
De tanto en tanto, al igual que cualquier otra organización, ATI atraviesa tiempos borrascosos. Sucede que alguna campaña o proyecto se ve frustrado, por ejemplo, por falta de financiación. El Secretariado internacional ha sobrevivido también a varias temporadas difíciles. Las organizaciones miembros de Amigos de la Tierra sufren carencias e insuficiencias de diverso grado, sobre todo en infraestructura y personal rentado, pero también pesadas sobrecargas de trabajo por la demanda que plantean los temas que queremos atender. Cuando los problemas nacionales colman la capacidad de acción de los grupos, abrumándolos, la comunicación internacional tiende a debilitarse. Las posibles diferencias de análisis y estrategia pueden también resultar en desavenencias o trabas en las discusiones, y el tratamiento inevitable y necesario de asuntos burocráticos puede llegar a consumir tiempo muy valioso en reuniones de carácter internacional. La falta de avances visibles en muchas áreas de los temas sobre los que desarrollamos campañas, así como la proliferación simultánea de la miseria social y los daños ecológicos, pueden descorazonar y desmotivar a más de un activista.
Para algunos incluso, el activismo ecologista puede resultar fatal, tal como quedó trágicamente demostrado con la muerte misteriosa de cuatro excelentes compañeros de Amigos de la Tierra de Costa Rica en 1994 y 1995.
Buena parte del ímpetu y la fuerza que sostienen al activismo y las campañas de ATI , provienen seguramente del contacto personal, la solidaridad y la inspiración que la federación proporciona. También es alentador suponer que las ideas de ATI , de manterse las tendencias actuales, probablemente tendrán mayor aceptación en los años venideros. La reciente formación de un Consejo de Embajadores de ATI , que reúne a pensadores y artistas ilustres, activistas famosos y otras celebridades que apoyan el trabajo de la federación, habrá de constituir un paso firme en esa dirección. Lo menos que podemos esperar de los próximos 25 años de existencia de ATI es que cada nuevo amanecer nos haga aún más fuertes, aproximándonos cada día más a sociedades verdaderamente sustentables.