Boletín núm. 16 – Editorial

Los pueblos contra la OMC

¡La OMC asesina a campesinos y campesinas!
Los alimentos y la agricultura son ejes fundamentales de nuestra vida como campesinos, campesinas y agricultores a pequeña escala. La agricultura no solo es nuestro sustento, sino toda nuestra vida, nuestra cultura y nuestra forma de
relacionarnos con la Madre Naturaleza. La lógica del libre comercio es contraria a todo esto, pues convierte el alimento en una mercancía, en un simple producto que se compra y se vende. Este principio del libre comercio está representado y fomentado por la Organización Mundial del Comercio (OMC). El Acuerdo sobre agricultura de la OMC pretende que las políticas agrarias de todo el mundo se orienten cada vez más a los mercados para facilitar unos mayores flujos comerciales.

Por este motivo, nosotros y nosotras en La Vía Campesina hemos estado al frente de la lucha contra la OMC, desde su creación en 1995. No hemos cesado de pedir: “la OMC fuera de la agricultura”. Salimos a las calles de Seattle, Cancún, Hong Kong, Ginebra y ahora de Bali. La conversión de los alimentos y la agricultura en mercancías por parte de la OMC
ha provocado la muerte de muchos campesinos y campesinas: se ha aniquilado el modo de subsistencia de los agricultores al inundar el mercado con productos agrícolas baratos, muy por debajo de sus costes de producción. El agricultor coreano Lee Kyung Hae se suicidó frente a la sede de la Reunión Ministerial de Cancún, llevando un cartel que decía: “La OMC asesina a campesinos”. Esta frase continúa estando vigente en la actualidad, a medida que el hambre aumenta, las corporaciones multinacionales acaparan tierras, los campesinos y campesinas entran en ciclos viciosos de deuda al no ser capaces de vender sus productos, los agricultores a pequeña escala son aniquilados por los enormes agronegocios y los organismos genéticamente modificados envenenan los alimentos.

Desde La Vía Campesina pensamos que la única solución a todo esto es luchar por la Soberanía Alimentaria. Todos los pueblos deberían tener derecho a alimentos culturalmente adecuados, nutritivos y sanos, y sus sistemas alimentarios
y agrícolas no deberían venir determinados por los caprichos del libre mercado.

Debemos exigir el fin de la OMC y luchar por una economía basada en la justicia, con la Soberanía Alimentaria como núcleo central.

Henry Saragih, Presidente de Serikat Petani Indonesia