Avanzando en el paradigma de la Soberanía Alimentaria
Ilustración : Angelo Monne | www.angelomonne.com
Este año se celebra el décimo aniversario del histórico Foro por la Soberanía Alimentaria que tuvo lugar en Mali en 2007. El Foro congregó a más de 500 campesinos, pescadores, pastores, indígenas, trabajadores, migrantes, mujeres, jóvenes, consumidores, investigadores y prensa/medios de comunicación de 80 países para construir un movimiento global para la soberanía alimentaria. El Foro se llamó Nyéléni como tributo e inspirándose en una mítica campesina maliense.
Desde entonces, Nyéléni se ha convertido en un espacio de práctica, para reunir, generar sinergias y aunar fuerzas para reforzar las distintas condiciones para la soberanía alimentaria. Éstas incluyen la de defender y proteger la tierra, el agua, los territorios, las semillas y la biodiversidad: redistribuir la reforma agraria; asegurar el acceso a la tierra, a los territorios y los recursos; la agroecología y la agricultura campesina sostenible; la producción y el marketing cooperativos; evitar la dominación corporativa, la captura y el control de las semillas, las tierras, el agua, la tecnología, el conocimiento, los mercados y las políticas; resistirse a la privatización; desmantelar los regímenes neoliberales de comercio-inversión; frenar la criminalización de las comunidades en primera línea y de los defensores de los derechos; y apoyando los derechos de los suministradores de alimentos a pequeña escala y a sus trabajadores.
Conforme el paradigma de la soberanía alimentaria se ha expandido, también lo han hecho las amenazas que se ciernen sobre ella. La convergencia de las crisis climática, financiera, económica y energética en la última década ha desencadenado una explosión en los proyectos de infraestructuras a gran escala, de minería, de extracción de petróleo y gas, de talas, de plantaciones industriales de árboles, de resorts de lujo y de promoción inmobiliaria, de Zonas Económicas Especiales, y falsas «soluciones» climática como REDD, comercio de carbono azul y del secuestro de carbono. Las poblaciones rurales están perdiendo sus tierras y sus territorios, haciendo frente a una escalada en la criminalización, la violencia y la militarización mientras tratan de organizarse para proteger los fundamentos mismos de sus propias vidas.
La nueva generación de los tratados de libre comercio (TLC) amenaza la soberanía alimentaria a través de recortes extremos de los aranceles, cambios en las normativas estatales que eliminan los apoyos para los productores a pequeña escala, y proporcionan mecanismos para proteger los «derechos» de los inversores que dan acceso ilimitado a las corporaciones a los sectores críticos, como la alimentación, la agricultura, la distribución, las medicinas y la salud pública. Igualmente peligrosas son las políticas que permiten que las corporaciones controlen la producción, el uso, el precio y el marketing de las semillas, promover la ingeniería genética, y patentar semillas y variedades de plantas (muchas de las cuales se derivan de materiales bio-pirateados). Las megafusiones de seis corporaciones –Bayer + Monsanto, Dow + Dupont y ChemChina + Syngenta—incrementarán el control corporativo sobre las semillas, las tecnologías agrícolas y el equipamiento, minando la productividad potencial de los productores de alimentos a pequeña escala en todo el mundo.
Estas amenazas se encaran desde múltiples frentes y niveles por el movimiento global en auge sobre soberanía alimentaria. Las crisis recurrentes que el mundo afronta son inherentes al capitalismo que es un adepto a reinventarse a sí mismo para mantener el poder estructural. Enredar con los hilos del modelo capitalista no será positivo. Lo que se necesita es un profundo cambio sistémico, un cambio completo de paradigma de la competitividad a la solidaridad, del extractismo al respeto, de la explotación a la dignidad. Este es el paradigma de soberanía alimentaria, que es el movimiento global que avanza a través de del diverso conocimiento, de las capacidades, de los recursos y de las bases sociales.
Shalmali Guttal, Focus on the Global South