Océanos y agua
El agua es un elemento imprescindible para la vida además de ser un componente fundamental para el ámbito humano. Es también un recurso natural indispensable para producir nuestros alimentos y mantener el buen funcionamiento de nuestro planeta. Por estos motivos, el agua se convierte en un elemento político central para la lucha de los pueblos por la soberanía alimentaria.
La presente edición del boletín de Nyéléni expone la amenaza global creciente de la privatización y de la mercantilización del agua – especialmente aguas oceánicas y continentales que son fuente de vida para millones de pueblos pescadores en el mundo.
Comunidades de diferente regiones y países, organizadas en grupos de luchas globales – como el Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (WFF) y el Foro Mundial de Pueblos Pescadores (WFFP) – están resistiendo contra el acaparamiento de agua y de agua oceánica. Este fenómeno sigue la misma lógica que el acaparamiento de tierras. Con el pretexto de «traer desarrollo» a las regiones ‘pobres’ del mundo, estados, instituciones financieras internacionales, coaliciones de empresas transnacionales, fundaciones filantrópicas, así como ONGs ambientalistas internacionales están negando el acceso de los pueblos pescadores a sus recursos naturales, perjudicando así sus prácticas tradicionales de pesca. El llamado ‘crecimiento azul’ tiene poco que ver con la protección y el cumplimiento de los derechos humanos de estas comunidades, sino simplemente maximiza los beneficios de las empresas privadas a costa del acceso de los pueblos a las aguas oceánicas y continentales.
Pero las voces desde el campo nos enseñan como los y las pequeños pescadores han ido resistiendo a este modelo y fortaleciendo su autonomía a través de una capacitación colectiva. Han asociado labor de promoción e intercambio de experiencias basadas, por ejemplo, en las Directrices Voluntarias para asegurar la Pesca Sostenible a Pequeña Escala (Directrices PPE). Los pescadores utilizan las Directrices PPE como una herramienta para responsabilizar a los Estados frente a las violaciones de los derechos humanos, así como a las empresas para sus abusos en contra de los derechos de las comunidades. Las Directrices PPE son también una herramienta para discutir sobre el marco de las políticas con autoridades locales, nacionales, regionales e internacionales. Las mujeres pescadoras desempeñan un papel crucial dentro de este proceso político, ya que realizan trabajos fundamentales (en su mayor parte no remunerados) para la dinámica de las comunidades – como llevar a cabo las actividades domésticas, cuidar a la familia y a los y las niñas, además de trabajar con los hombres. Para las mujeres, es imprescindible adquirir conocimientos y habilidades para mejorar su medio de subsistencia.
Hoy ha llegado la hora de recordar la importancia de los pescadores – tanto de las mujeres como de los hombres – y de las comunidades a ejercer su soberanía y hacer que los estados cumplan con sus obligaciones respecto a los derechos humanos, y particularmente con respecto a la protección de nuestros océanos y aguas continentales.
Sofia Monsalve, FIAN Internacional