Cuadro 1
Agricultura climáticamente inteligente: el principal eje impulsor de la Economía Verde[1]
Una iniciativa original de la FAO y apoyada por el Banco Mundial, la agricultura climáticamente inteligente (ACI) afirma que “alcanzar la seguridad alimentaria y responder a los retos del cambio climático son dos objetivos que deben alcanzarse juntos” y “es por eso que la agricultura, la pesca y la silvicultura en los países en vías de desarrollo deben someterse a una considerable transformación[2]”.
A nivel superficial, la ACI puede parecer una iniciativa positiva. Pero si observamos los detalles de lo que se considera como ACI, nos damos cuenta de que es, en esencia, un proyecto para cambiar de nombre la agricultura industrial, denominándola “climáticamente inteligente”. La ACI intenta borrar de forma deliberada los límites entre la soberanía alimentaria agroecológica controlada por campesinos y la agricultura controlada por corporaciones. Por ejemplo, no reconoce que es el sistema alimentario corporativo el que crea las emisiones de dióxido de carbono, ni reconoce la necesidad urgente de separarse por completo de este sistema para orientarse hacia una agroecología basada en el campesinado para resolver la crisis climática.
La ACI pone la agricultura en manos del agronegocio, e incluso le premia por ello. Varios de los principales agronegocios como Monsanto (OGM), Yara (fertilizante) y Walmart (gigante minorista) están todos apoyando la ACI. Monsanto está afirmando que la agricultura genéticamente modificada es climáticamente inteligente porque ayuda a la agricultura de no laboreo y a la tolerancia a la sequía. Sin embargo, como ya sabemos por experiencia desde hace décadas, los OGM aumentan el uso de agrotóxicos, promueven una agricultura corporativa y, además, no ha producido ni una sola característica útil para la adaptación al cambio climático.
Asimismo, la ACI apoya a que la agricultura forme parte de los programas de compensación de carbono, que supondrá otro factor más para la expropiación de terrenos a los pequeños productores de alimentos, sobre todo en el Sur Global. Además, carga injustamente a quienes son más vulnerables a la crisis climática[3], pero que menos han contribuido a ella, con su mitigación, ampliando también el mercado del carbono y su uso para especulación financiera[4].
La ACI intenta enmascarar y ocultar la necesidad de una reforma agraria auténtica. También oculta y miente sobre el problema de la escasez de tierras y de recursos naturales. La tierra y los recursos naturales son muy escasos únicamente para los campesinos y los pequeños agricultores a causa de los acaparamientos que llevan a cabo las corporaciones[5]. Muchos gobiernos consideran interesante la ACI y están tomando parte en sus iniciativas. Movilicémonos para detenerles.
[1] Ver el Boletín Nyéléni número 10, de junio de 2012, sobre la Economía verde.
[2] http://www.fao.org/climate-smart-agriculture/72610/en
[3] Carta abierta de la sociedad civil sobre la alianza global por la agricultura climaticamente inteligente, septiembre 2014
[4] y [5] Via Campesina (septiembre 2014) Desenmascarando la Agricultura Climáticamente Inteligente