Cuadros

Cuadro 1

¿Qué son los productos “alimentarios” ultraprocesados?  

Los “alimentos” o más bien “productos comestibles” ultraprocesados -comúnmente conocidos como “comida basura”- son fórmulas industriales a base de sustancias derivadas de alimentos naturales y aditivos, que hacen estos productos más apetecibles y mejoran su vida útil. Suelen tener un alto contenido en azúcares libres, almidones refinados, grasas saturadas y grasas trans, y sodio. La cantidad excesiva de estos denominados “ingredientes críticos”, combinada con un contenido en nutrientes típicamente bajo (“calorías vacías”) y la adición de aditivos, como colorantes, emulgentes y potenciadores del sabor, hacen que los productos ultraprocesados sean perjudiciales para nuestra salud.  Al mismo tiempo, las características sensoriales que presentan estos productos (que pueden llegar a producir adicción) y sus escasas cualidades saciantes (debido a la eliminación de fibras), combinadas con un envasado colorido y un marketing agresivo, desencadenan un consumo excesivo de estos productos – y un desplazamiento paralelo de los alimentos reales en nuestras dietas.  

NOVA es un sistema de clasificación que se ha desarrollado para agrupar los distintos alimentos y ayudar a distinguir los productos comestibles ultraprocesados de los alimentos reales, incluidos los procesados.

Grupo 1 – Alimentos no procesados o mínimamente procesados: Se trata de alimentos naturales, como frutas, verduras, legumbres, cereales, frutos secos, leche y carne, sin alterar o mínimamente procesados, por ejemplo, pelados, cortados, triturados, secados, congelados, cocinados, pasteurizados o fermentados sin alcohol. No se añade sal, azúcar, aceites ni otros aditivos.

Grupo 2 – Ingredientes culinarios procesados: Obtenidos directamente de los alimentos del grupo 1 o de la naturaleza, son sustancias utilizadas para cocinar y condimentar las comidas. Incluyen azúcar, sal, aceites y grasas. 

Grupo 3 – Alimentos procesados: Estos productos alimenticios se elaboran añadiendo ingredientes culinarios (alimentos del grupo 2) a alimentos naturales o mínimamente procesados (alimentos del grupo 1) con el objetivo de hacerlos más duraderos y agradables. Algunos ejemplos son los quesos frescos, los panes recién horneados y las verduras y legumbres embotelladas/en conserva (en agua salada/marinada).

Grupo 4 – Productos ultraprocesados: Se trata de formulaciones industriales de sustancias comestibles derivadas de alimentos de bajo coste del grupo 1 y otras sustancias orgánicas. Entre ellos se encuentran ingredientes que no se encuentran en cocinas normales (es decir, de uso puramente industrial), como aislados de proteínas, así como aditivos cosméticos, como colorantes y aromatizantes, que dan al producto un aspecto y un sabor más apetecibles. Los productos se someten a múltiples etapas de transformación en las que intervienen diferentes industrias, de ahí que sean “ultraprocesados”. Algunos ejemplos son las patatas fritas envasadas y otros aperitivos dulces o salados, chocolates, helados, caramelos, bebidas azucaradas, cereales de desayuno azucarados y aromatizados, sopas instantáneas y platos preparados de pasta y carne.

Referencias:  Global Food Research Program, 2023. Ultra-processed foods: a global threat to public health. (Alimentos ultraprocesados: una amenaza mundial para la salud pública)

Monteiro et al. 2019. Ultra-processed foods: What they are and how to identify them (Alimentos ultraprocesados: qué son y cómo identificarlos), en Public Health Nutrition.

Cuadro 2

Abastecimiento directo de pequeños productores de alimentos para programas de ayuda alimentaria en EE.UU.

En los últimos años, en Estados Unidos han aumentado los programas que conectan las explotaciones agrícolas locales con aliados en la ayuda alimentaria, como bancos de alimentos, despensas y esfuerzos de base para combatir el hambre. Estas iniciativas son conocidas como Farm to Food Assistance (F2FA), y ofrecen una estrategia prometedora para abordar, con alimentos reales en lugar de ultraprocesados, la inseguridad alimentaria de los 44 millones de estadounidenses que la sufren. También desempeñan un papel en la revitalización de las economías alimentarias locales y regionales, que son fundamentales para un sistema alimentario equitativo y dirigido por la comunidad. La Encuesta “Nacional  Farm to Food Assistance”[1] realizada en 2022 por el Wallace Center destaca el impacto positivo de estos programas en los agricultores y las comunidades.

A pesar de estas iniciativas F2FA, sigue siendo necesario replantear el modo de abordar la lucha contra el hambre y la erradicación de la pobreza en Estados Unidos.  Con todo, son esfuerzos de transición que desafían el dominio del sistema alimentario industrial empresarial a través de la redistribución de fondos públicos. Por ejemplo, el Programa de Acuerdos Cooperativos de Asistencia para la Compra Local de Alimentos (LFPA por sus siglas en inglés) del USDA fomenta los partenariados entre agencias estatales, gobiernos tribales, bancos de alimentos, despensas y agricultores para abastecer y distribuir alimentos, beneficiando a productores locales socialmente desfavorecidos y a comunidades desatendidas con un presupuesto de 900 millones de dólares.

Iowa y Nuevo México[2] destacan en el programa LFPA por sus enfoques fuertemente colaborativos, estratégicos y centrados en la equidad. En su primer año, estos 2 Estados consiguieron cerca de 4 millones de dólares en nuevas ventas para los agricultores, lo que les permitió proporcionar alimentos nutritivos a las comunidades necesitadas.

Cuadro 3

Proteínas cultivadas en laboratorio

Las proteínas cultivadas en laboratorio suponen una amenaza directa para la soberanía alimentaria. Es un mercado nuevo dirigido a proteger los intereses financieros de las corporaciones y cimentar una concentración de poder aún mayor. Además, estos alimentos ultraprocesados y a menudo modificados genéticamente tienen enormes impactos económicos, sociales, medioambientales y culturales. Esta tecnología no debería beneficiarse de fondos públicos. Los responsables políticos deben apoyar más bien al sector agrícola, para garantizar la existencia de numerosos agricultores en las tierras. Las instituciones de la UE deben garantizar una evaluación exhaustiva e independiente de las consecuencias potencialmente destructivas de las proteínas cultivadas en laboratorio, antes de permitir que acaben en los platos de la gente. Descubra lo que está en juego tanto para los agricultores como para los ciudadanos en el vídeo de ECVC sobre las proteínas de laboratorio y la hoja informativa que lo acompaña:

Video, Hoja informativa, página web de ECVC.

Cuadro 4

Ley de desperdicio alimentario y el derecho a la alimentación en España

Estar en una situación de exclusión social supone hoy en día ver limitada tu capacidad de elección incluso en tus hábitos alimentarios. La población en general está condicionada por múltiples factores, pero quienes se encuentran en situación de pobreza viven diariamente la falta de perspectiva de derechos en el acceso a la alimentación. Un derecho básico como el alimento se subordina a múltiples condicionantes, condicionantes que serán necesarios para acceder a una canasta de productos considerados “básicos” que lejos de nutrir estómagos, lo que hace es seguir alimentando los intereses de las multinacionales y seguir alimentando un sistema alimentario desigual que coloca en el centro el mercado y no las necesidades y derechos de todas las personas.

Un ejemplo más de todo esto es que en el España se está tramitando una ley para el desperdicio alimentario que hará oficial el vínculo entre personas empobrecidas y restos de comida. Esta ley obligará a que todo producto sobrante sea consumido de forma prioritaria por personas en situación de vulnerabilidad. Esto sería algo positivo si incluyeran diferenciar los productos por su valor nutricional y pusieran en el centro la salud de estas personas, pero en lugar de esto, colocan el foco en resolver el problema del desperdicio alimentario de las grandes empresas, sin reducirlo realmente, sitúan a las personas empobrecidas como objeto y limitan cualquier posibilidad de elección en su alimentación.

Además, en esta nueva fórmula, sostenida por fondos públicos, la atención no será gestionada por entidades públicas, sino que será gestionada por Cruz Roja, una entidad privada, materializando así la privatización de la ayuda social, al menos en lo que se refiere a la parte alimentaria. La ayuda se gestionará a través de tarjetas digitales para realizar compras en grandes supermercados, compras limitadas únicamente a ciertos productos que serán decididos por la gran superficie cuando ya pasen a ser considerados “desperdicio”.

Frente a todo esto, ya hay iniciativas organizadas desde la población para poder apoyar con alimentos sanos y agroecológicos a las más vulnerables. Desde la perspectiva de Alimentación Sostenida por la Comunidad, personas productoras y consumidoras están organizando grupos de apoyo para poder sostener una alimentación sana para las personas en situación de pobreza. Esto da esperanza, pero también produce tristeza porque de nuevo un derecho básico como la alimentación no será sostenido desde la responsabilidad de las instituciones.

Cuadro 5

Desafíos de la alimentación: Lucha contra la dieta corporativa en América Latina

En las últimas décadas, hemos sido testigos de la consolidación de un sistema agroalimentario que perpetua la pobreza y las desigualdades, favorece los intereses económicos de grandes industrias y debilita los ecosistemas, y que, en lugar de favorecer una alimentación real, ha propiciado la disminución de la biodiversidad y la imposición de la dieta corporativa. Este régimen, basado en el consumo de productos comestibles y bebibles ultraprocesados (PCBU), ha desencadenado un preocupante incremento de casos de sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles (ENT). Datos recientes revelan que desde 1975, la obesidad ha experimentado un aumento de casi el triple y actualmente es responsable de 4 millones de muertes al año a nivel mundial. En la Región de las Américas, las ENT causan 5,5 millones de fallecimientos anuales, equivalente al 80% de todas las muertes. Cada año, 2,2 millones de personas entre los 30 y los 69 años de edad en la región mueren prematuramente debido a estas enfermedades.

En este contexto, donde la realización del Derecho Humano a la Alimentación y la Nutrición Adecuada (DHANA) y la Soberanía Alimentaria (SOBAL) se ha visto constantemente vulnerada, la sociedad civil ha liderado luchas que buscan regular la extendida disponibilidad de los PCBU y su consecuente aumento desmedido en el consumo que ha desplazado los patrones de alimentación tradicionales donde prevalecían los alimentos reales, con mínimo procesamiento y las preparaciones caseras. La lucha por regular esta industria incluye la implementación de etiquetados claros de advertencia sobre los contenidos nocivos para la salud y la aplicación de impuestos sobre los PCBU – avances normativos que han sido recomendados por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Sin embargo, estas iniciativas enfrentan una feroz interferencia por parte de las corporaciones de la industria alimentaria, que buscan por encima de cualquier otro objetivo proteger sus intereses comerciales. Como resultado, a menudo distorsionan o bloquean medidas regulatorias destinadas a proteger la salud pública y promover una alimentación adecuada. La lucha por un sistema alimentario más justo y saludable se encuentra así en un constante enfrentamiento entre los esfuerzos de la sociedad civil y los intereses comerciales que perpetúan un modelo insostenible y perjudicial para la salud humana y planetaria.

Para saber más sobre las luchas contra la dieta corporativa en AL véase: Alianza por la salud alimentaria (México), FIAN Colombia, Proyecto Squatters y Colectivo Duda (Argentina).

Cuadro 6

Lucha contra el aumento de los productos alimentarios ultraprocesados en India

India es conocida por ser el país mundial de la diabetes: uno de cada cuatro adultos es diabético o prediabético y uno de cada cuatro es obeso. El consumo de comida basura aumenta exponencialmente, lo que hace que las dietas sean poco saludables y es un factor importante en esta epidemia. Aunque el Gobierno de India ha establecido normativas sobre publicidad y etiquetado para hacer frente a la agresiva comercialización de este tipo de alimentos, estas son ineficaces por su propio diseño. En este contexto, un grupo de reflexión independiente sobre salud pública, Nutrition Advocacy in Public Interest (NAPi), analizó los anuncios y cuestionó a los famosos que los promocionaban. Recopiló todas las pruebas científicas y las difundió por toda India. En 2022 el Gobierno de la India hizo público un diseño de política que puntuaba con estrellas en la parte frontal de los paquetes de comida basura, que indicaban que los alimentos preenvasados podían ser desde “menos sanos” hasta “más sanos”. Los habitantes de la India enviaron miles de cartas exigiendo que, en lugar de estrellas, se colocaran etiquetas de advertencia en la parte delantera de los paquetes.  De este modo, la gente podría identificar más fácilmente los productos alimentarios poco saludables por su alto contenido en azúcar/sal o grasas. NAPi también movilizó a varias organizaciones de la sociedad civil y académicas para que emitieran una declaración de posición, exigiendo una etiqueta de advertencia en los envases de los alimentos con alto contenido en azúcar/sal o grasas. Los medios de comunicación apoyaron sin reservas esta labor. Los grupos de la sociedad civil también presentaron varias denuncias ante la autoridad de protección del consumidor. En 2023, la NAPi lanzó el informe “The Junk Push” (El empuje de la comida basura), que ponía de relieve la agresividad con que se anuncia la comida basura. Hubo artículos de opinión de expertos en los diarios y reseñas en revistas especializadas.

#EndTheJunkPush, más información: https://www.napiindia.in/


[1] https://foodsystemsleadershipnetwork.org/wp-content/uploads/2023/12/2023-Wallace-Center-F2FA-Infographic_Final.pdf

[2] https://foodsystemsleadershipnetwork.org/wp-content/uploads/2024/03/Iowa-LFPA-Spotlight.pdf y https://foodsystemsleadershipnetwork.org/wp-content/uploads/2024/03/New-Mexico-LFPA-Spotlight.pdf