Estas entrevistas se realizaron con el apoyo especial de Radio Mundo Real
1. La Soberanía Alimentaria resiste los avances del fascismo porque podemos organizar la vida de otra manera
Pensar que podemos organizar la vida de otra manera, desde lo más básico, cuestionando qué y cómo comemos, apoyando a pequeños productores, repartiendo las tareas domésticas para que no queden solo a cargo las mujeres es la principal resistencia que representa la Soberanía Alimentaria ante el avance del fascismo, consideró Miriam Nobre, agrónoma y activista feminista de la Marcha Mundial de las Mujeres de Brasil.
Entre las principales amenazas para desarrollar Soberanía Alimentaria destacó: los ataques a las comunidades indígenas y afrodescendientes, despojadas de los territorios que defienden; la persecución y ataques físicos a mujeres por “brujas” y la crítica de representantes de religiones neopentecostales a rituales de las comunidades que permiten transmitir saberes entre generaciones, por ejemplo, al momento de sembrar el maíz.
“La pretendida vuelta al modelo de familia patriarcal por parte de sectores conservadores, se suma al desmantelamiento de políticas públicas que fomentaban la permanencia de jóvenes en el campo y a la alianza entre agronegocio, narcotráfico y militarización como amenazas constantes de despojo para las comunidades. Debemos luchar para que las generaciones jóvenes sean agricultores que puedan experimentar y hacer agroecología”, expresó Nobre.
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2. La lucha por soberanía alimentaria: el enfrentamiento frontal a la ofensiva fascista
El dirigente campesino Carlos Marentes, referente histórico de La Vía Campesina Internacional, relata a Radio Mundo Real los desafíos de la lucha por soberanía alimentaria en “tiempos políticos de oligarquías y de Estados que se han ido al extremo del conservadurismo, a la extrema derecha, con posiciones como la de Estados Unidos, con un neofascismo terrible”.
Marentes es parte de la organización “Proyecto de los Trabajadores Agrícolas Fronterizos”, situada en la zona de frontera entre la localidad estadounidense de El Paso, estado de Texas, y la mexicana Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua. La organización es parte de La Vía Campesina Internacional.
El dirigente explica el trabajo de la organización que integra para organizar a los trabajadores agrícolas para luchar por la soberanía alimentaria. Esa lucha tiene dos formas, considera Marentes: el enfrentamiento a la “guerra de Trump (Donald, presidente de Estados Unidos) y de los sectores más regresivos que se padecen ahora en los distintos países”; y la reconstitución de las economías campesinas y de las comunidades rurales e indígenas, para evitar el desplazamiento de seres humanos.
3. Controvertida Ley de Ciudadanía en India generó ola de movilizaciones contra la ultra derecha
Una nueva Ley de Ciudadanía que discrimina a los musulmanes y a los sectores más pobres de la sociedad india, agita una oleada de protestas masivas en ese país que desafían a la ultra derecha y que tienen un factor clave en la lucha por el derecho a la tierra.
“No quieren musulmanes, no quieren a los pueblos tribales, no quieren a los Dalits (“los intocables”, en el sistema de castas indio son los más pobres y discriminados), no quieren a los sectores pobres, a los trabajadores. Todo este nacionalismo, que controla el poder en pocas manos, tiene que ser enfrentado”, dijo a Radio Mundo Real la activista Roma Malik, de la organización Unión de Trabajadores del Bosque de India (“All India Union of Forest Working People”). “Y creo que la lucha por la tierra es la lucha fundamental, y las mujeres están al frente, ya están desafiando al poder del gobierno fascista”, aseguró.
Para la dirigente, la lucha por soberanía alimentaria de las organizaciones campesinas tiene que asegurar que quienes cultivan los alimentos tengan derecho a la tierra y la propiedad de los medios de producción.
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4. Discursos fascistas/nacionalistas aprovechan crisis del campo europeo para promover políticas neoliberales
Andoni García, campesino del País Vasco e integrante del Comité Coordinador de La Vía Campesina Europa (ECVC) advierte en entrevista con Radio Mundo Real sobre el uso de «sentimientos nacionalistas» en los discursos políticos de derecha, como una característica del avance de sectores conservadores y fascistas en ese continente.
A diferencia de otros países europeos, «en el Estado Español no esconden que son neoliberales ni que no apoyan las políticas públicas, pero se aprovechan del sentimiento de abandono e impotencia en el campo y de la falta de respuestas ante la crisis para cooptar a los productores y para generar discursos xenófobos contra migrantes que vienen a trabajar a Europa», dice García.
Desde la ECVC también advierten por la criminalización que están sufriendo los productores (especialmente ganaderos) por parte de algunos movimientos animalistas y anuncian que los conflictos entre el medio urbano y el medio rural serán abordados en la próxima asamblea de LVC Europa en abril de este año.
Para resistir estos avances fascistas, García dijo que hay que difundir la Declaración de los Derechos Campesinos de la ONU y que la izquierda debe pensar cómo abordar los problemas campesinos porque no están dando una respuesta adecuada.
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5. El derecho a decir NO
Las principales resistencias que da el movimiento feminista de mujeres rurales en África Meridional son contra la avanzada patriarcal que caracteriza a milicias del fundamentalismo islámico y a gobiernos dictatoriales enquistados en algunos países de esa región, dice la activista Mercia Andrews, coordinadora regional de la Asamblea de Mujeres Rurales.
“Es importante que las organizaciones, los movimientos campesinos, los movimientos de agricultores resistan este nivel de violación de sus derechos, este nivel en el que la gente está siendo desplazada. Nuestra asamblea se une, en muchos casos, a los movimientos de agricultores, a los movimientos campesinos y a campañas bajo el lema ‘Tenemos derecho a decir NO’ [NO a la minería, a la agroindustria, a la explotación de nuestros territorios]. Tenemos el derecho de determinar qué tipo de desarrollo debe existir en estas áreas”, dice Andrews.
Las acciones de la Asamblea de Mujeres Rurales se centran en la defensa de los bienes comunes, contra la invasión de las multinacionales y la apropiación de tierras y recursos, poniendo a la defensa de la soberanía alimentaria y de las semillas nativas en el centro de sus luchas y campañas.
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