«Cada lucha, en cualquier parte del mundo por la soberanía alimentaria es nuestra lucha.”
La Via Campesina lanzó durante la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 un concepto que no solo supuso un desafío al modelo de producción globalizada de alimentos, dominado por las compañías y dirigido por el mercado, sino que también ofreció un nuevo paradigma de lucha contra el hambre y la pobreza a través del desarrollo y el fortalecimiento de las economías locales. Desde entonces, la soberanía alimentaria ha cautivado a gentes de todo el mundo, incluso a muchos gobiernos e instituciones multilaterales, y se ha convertido en la bandera que ha unido a todos los que se comprometen con la justicia social, medioambiental, económica y política en el mundo.
En 2001, delegados de organizaciones campesinas, de pescadores artesanales, de la sociedad civil y del sector académico se reunieron en La Habana con motivo del Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria para trabajar sobre los distintos elementos de la soberanía alimentaria. Desde el año 2000, los activistas contrarios al Acuerdo de la OMC sobre agricultura empezaron a reclamar el apoyo público para una producción de alimentos sostenible de base familiar, haciendo un llamamiento a que se diera prioridad a la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, y a que la OMC se mantuviera fuera de la agricultura y la alimentación.
El Foro Internacional sobre Soberanía Alimentaria celebrado en Mali en 2007 representó un hito crucial y reunió a más de 500 personas de 80 países con el fin de agrupar ideas, estrategias y acciones para fortalecer el movimiento global en favor de la soberanía alimentaria.
La Declaración de Nyéléni 2007 sintetiza la visión de este movimiento.
En 2015 el Foro Nyéléni por la Agroecología reunió a muchos de esos mismos movimientos, que se pusieron de acuerdo en una definición común de agroecología. Aquí la declaración final (PDF).
La soberanía alimentaría supone nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.
La soberanía alimentaria tiene sentido para los habitantes de las zonas tanto rurales como urbanas, tanto para los países pobres como para los ricos. Representa no solo un espacio de resistencia frente al neoliberalismo, capitalismo de libre mercado, comercio e inversión destructivos, sino un espacio donde construir sistemas alimentarios y económicos democráticos y un futuro justo y sostenible.
El movimiento por la soberanía alimentaria no para de crecer, a partir de un núcleo formado por los pequeños productores de alimentos (agricultores, pescadores, pastores, pueblos indígenas, trabajadores rurales…)
En esta sección figuran documentos clave del movimiento internacional por la soberanía alimentaria.