«La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas de agricultura y alimentación, a proteger y regular la producción y el comercio agrícola interior para lograr sus objetivos de desarrollo sostenible, a decidir en qué medida quieren ser autónomos y a limitar el dumping de productos en sus mercados ».
La soberanía alimentaria es pues una alternativa a las políticas agrícolas neoliberales impuestas por la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Cada vez más organizaciones hacen referencia a esta propuesta sin comprender o aceptar su carácter eminentemente político, que rompe radicalmente con el sistema económico capitalista dominante.
Reafirmar la soberanía alimentaria
Cada vez más personalidades de la política, los sindicatos o las asociaciones utilizan el término soberanía alimentaria tratando de reducirlo a una postura soberanista, sinónimo de cerrazón sobre sí mismo, de rechazo de intercambios y complementariedades. El foro será la ocasión de reafirmar de manera positiva el hecho de que la lucha por el reconocimiento del derecho a la soberanía alimentaria abarca cuatro ámbitos interdependientes que serán debatidos y precisados en estas jornadas de febrero de 2007. Estos cuatro ámbitos son el ámbito político, el económico, el social y el medioambiental.
El FMSA se encargará más concretamente de precisar los puntos siguientes, que fueron ya definidos en 1996 y reafirmados en 2001:
– Dar prioridad a la producción, por explotaciones campesinas y familiares, de alimentos para los mercados internos y locales, con sistemas de producción diversificados y ecológicos;
– Velar para que los agricultores reciban un precio justo por su producción, a fin de proteger los mercados internos de importaciones a bajo precio que constituyen dumping;
Garantizar el acceso a la tierra, al agua, a los bosques, a las zonas de pesca y a otros recursos en pro de una verdadera redistribución;
– Reconocer y promover el papel de las mujeres en la producción de alimentos y velar para que tengan un acceso equitativo a los recursos productivos y puedan apropiarse de ellos;
– Velar para que las comunidades tengan el control de los recursos productivos, oponiéndose a la adquisición por parte de las empresas de tierras, agua, recursos genéticos y otros recursos;
– Proteger las semillas, base de la alimentación y de la vida misma, y velar para que los agricultores puedan intercambiarlas y utilizarlas libremente, lo que implica el rechazo de patentes sobre la vida y la adopción de una moratoria sobre los cultivos genéticamente modificados;
– Invertir fondos públicos para apoyar las actividades productivas de familias y comunidades, insistiendo en la autonomización, el control local y la producción de alimentos para la población y los mercados locales.
– Reforzar nuestra posición en el equilibrio de poder para alcanzar la soberanía alimentaria
La soberanía alimentaria es una propuesta ciudadana
[*La soberanía alimentaria no es una propuesta de reforma sectorial destinada a beneficiar tan solo a los productores de alimentos, sean campesinos o pescadores.*]
Al contrario, la soberanía alimentaria tiene repercusiones en todos los demás sectores de la sociedad. Al garantizar precios decentes a los campesinos les permite vivir en su comunidad y limita el éxodo hacia los centros urbanos; es una propuesta ciudadana global que no conseguirá llegar a buen término y ser adoptada a nivel internacional más que si la apoyan activamente los sectores de la población que no producen directamente sus alimentos. El FMSA ofrecerá la oportunidad de reforzar el diálogo con sindicatos de trabajadores y organizaciones internacionales de consumidores para comprender mejor entre todos las repercusiones que el reconocimiento del derecho a la soberanía alimentaria tendrá sobre el acceso a la alimentación.
Desarrollar espacios de encuentro con gobiernos favorables a la soberanía alimentaria
Mali acaba de adoptar una nueva Ley de Orientación Agrícola que establece la soberanía alimentaria como objetivo prioritario. Los estados de la CEDEAO también hacen referencia explícita a la soberanía alimentaria cada vez con mayor frecuencia. Otros países, como los del G33, desarrollan propuestas muy similares a la soberanía alimentaria, aunque usen otra terminología.
Esta nueva situación muestra que cada vez menos estados creen que las políticas neoliberales pueden aportar una solución al hambre y la pobreza que asolan a grupos de población crecientes en sus países, y están dispuestos a recorrer nuevas vías.
El FMSA permetirá reflexionar sobre la mejor estrategia para que los estados apoyen activamente la soberanía alimentaria a nivel internacional.
Obtener el reconocimiento del derecho a la soberanía alimentaria
Uno de los objetivos del foro será definir una estrategia mundial y colectiva para que se reconozca el derecho de los pueblos a la soberanía alimentaria como un derecho específico, de obligado cumplimiento por los estados y garantizado por la Organización de las Naciones Unidas.