Voces desde el campo

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Mujeres en la lucha por la soberanía alimentaria:

Queremos seguir desempeñando nuestro papel fundamental: alimentar a la humanidad

Fragmento de una entrevista con Francisca Rodriguez de Anamuri, CLOC-Via Campesina, Chile.

Los campesinos del mundo forman pueblos, comunidades, organizaciones y familias   muy diversos.   Representamos a distintas culturas y visiones del mundo. 

El proceso de conversaciones y debates sobre la soberanía alimentaria nos ha permitido reconocer y valorar nuestras actividades campesinas, es decir, que las mujeres han sido fundamentales en el desarrollo de la agricultura y siguen siendo vitales en la producción de alimentos y en su transformación.   

Hemos promovido a ultranza la cuestión de la agricultura y la agroecología, no como algo nuevo y emergente, sino que más bien hemos recuperado las prácticas agrícolas ancestrales, las que han desarrollado los pueblos originales hasta el día de hoy.    

Nunca en la historia hemos sido más conscientes del valor del campo  para la supervivencia de la propia humanidad, somos los guardianes de la tierra, vivimos donde están los recursos, y nuestra tarea es luchar por ellos y protegerlos pensando en las generaciones futuras.   

Estamos orgullosos de ser lo que somos, no queremos tener que emigrar a las ciudades o al extranjero, queremos seguir desempeñando nuestro papel fundamental: alimentar a la humanidad con nuestro trabajo, nuestro conocimiento y nuestros productos naturales, garantizando que se cumpla el derecho a la alimentación para todos sin excepción, y cuidar a la Madre Tierra al tiempo que obtenemos de ella nuestro sustento.

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Soberanía alimentaria – desafíos y esperanzas para las comunidades de pescadores

Ibu Zainab, miembro de Solidaritas Perempuan Anging Mammiri –   Sulawesi sudoriental, Indonesia.

El reto  de las pescadoras en nuestra lucha por la soberanía alimentaria es la forma en que las empresas y corporaciones están usurpando el océano que es la fuente de nuestras vidas. Estas corporaciones nos niegan el acceso al océano, contaminan el medio ambiente costero e incluso generan conflictos dentro de las comunidades. Nuestro gobierno nunca ha escuchado nuestras demandas, sino que se ha puesto del lado de estas corporaciones.

Como mujeres, tampoco se reconoce nuestra identidad como pescadoras y a menudo va unida al papel de nuestros maridos como pescadores. Espero que el gobierno proteja nuestro derecho a la alimentación y nuestro acceso a los recursos marinos para que podamos pescar y mantener nuestro medio de vida como productoras de alimentos a pequeña escala. Debe haber una solución de modo que la lucha por el territorio entre los intereses de las empresas, los programas gubernamentales y los derechos de la comunidad no margine a las mujeres pescadoras. Dado que Indonesia es un archipiélago, los pescadores y las pescadoras son héroes de la nación al asegurar una dieta saludable (el pescado como principal fuente de proteínas) y nuestros derechos deben ser respetados, protegidos y  honrados.

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La importancia de las alianzas para la soberanía alimentaria desde la perspectiva de dos agricultoras estadounidenses

¿Cómo encaja la organización en alianzas intersectoriales en los esfuerzos mundiales para la soberanía alimentaria?

Patti Naylor, Miembro de la USFSA (Alianza estadounidense por la soberanía alimentaria) y del Comité de Coordinación del Mecanismo de Sociedad Civil y Pueblos Indígenas para América del Norte.

Como campesina, veo en mi entorno cómo la agricultura dominada por las empresas no apoya a las comunidades rurales, los medios de subsistencia de los y las agricultores ni las fuentes esenciales de vida de la Madre Tierra. Tampoco produce alimentos saludables, sino que depende de largas y complejas cadenas de suministro que dan como resultado alimentos altamente procesados. La soberanía alimentaria es necesaria para sustituir este sistema desastroso. Es fundamental que nos unamos en organizaciones y construyamos nuestra fuerza colectiva en alianzas, ya que el impulso de la agricultura industrial gana velocidad y poder en todo el mundo, convirtiéndose en una fuerza que podría llegar a ser imposible de frenar. El tiempo es crítico. Las injusticias del capitalismo, los resultados del cambio climático y las perturbaciones de los mercados territoriales debidas a la COVID-19 están poniendo a los productores de alimentos en circunstancias extremas.

Al igual que en las convulsiones del pasado, lxs agricultorxs, pescadorxs, campesinxs y trabajadorxs rurales que no puedan sobrevivir económicamente abandonarán sus explotaciones y comunidades. La producción de alimentos locales e incluso la capacidad de organizarse en la resistencia se verá muy disminuida. Las zonas rurales se despoblarán a medida que la gente se traslade a las ciudades en busca de trabajo. Estos cambios pueden ser irreversibles. Al reconocer la urgencia de estas situaciones, debemos seguir construyendo alianzas que sean fuertes y se basen en objetivos comunes claramente definidos para alcanzar la soberanía alimentaria para todos los pueblos.

¿Puede hablarnos de la Alianza para la Soberanía Alimentaria de Estados Unidos (USFSA)?

Jennifer Taylor, coordinadora nacional de la Alianza para la Soberanía Alimentaria de Estados Unidos.

Como  en el foro Nyéléni 2007 , los miembros de la USFSA son agricultorxs familiares, pescadorxs, ganaderxs, trabajadorxs agrícolas, mujeres, jóvenes, trabajadorxs rurales y urbanos, consumidorxs, etc. que piensan que la alimentación es fundamental para la humanidad y que los alimentos sanos y culturalmente adecuados, producidos mediante métodos agroecológicos son la base para construir sistemas alimentarios sanos, entornos saludables.  Y creemos en los beneficios de las políticas de agroecología y soberanía alimentaria.

La USFSA defiende el derecho a la alimentación como un derecho humano básico. Como pequeña productora agroecológica y BIPOC (por black, indigenous and people of color, o sea personas negras, indígenas y de color), que promueve el bienestar y la calidad de vida, quisiera destacar que nuestro derecho humano es a la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos y sanos, que beneficie a las explotaciones y los entornos comunitarios sanos, y que fomente las comunidades sanas. Este énfasis crítico defiende el derecho a la soberanía alimentaria a nivel local y global, e incluye a las poblaciones agrícolas desatendidas, a lxs agricultorxs indígenas e afroamericanos así como sus comunidades.  Es fundamental para el fomento de la capacidad participativa de los pequeños agricultores orgánicos agroecológicos locales y mundiales y sus comunidades, y para la habilitación de sistemas alimentarios locales y globales saludables.  La USFSA apoya las estrategias participativas de fomento de la capacidad que permiten el bienestar, los medios de vida y la capacidad de los agricultores indígenas negros locales y mundiales y los agricultores de color y sus comunidades.

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La agroecología no es sólo un conjunto de prácticas, sino una forma de vida

Anuka Desilva, MONLAR / LVC, Sri Lanka.

La agroecología no es sólo un conjunto de prácticas, sino una forma de vida. Se trata tanto de nutrir nuestro suelo, nuestros campos, como de construir la solidaridad entre nuestros pueblos. Sin solidaridad entre las personas, no hay agroecología.

En Sri Lanka, el joven colectivo de campesinxs de Dikkubura, Ahangama, Galle ha asistido a sesiones de formación agroecológica, se ha reunido con campesinxs de otras regiones y ha estudiado y debatido no sólo las prácticas que seguimos en el campo, sino también la políticas alimentarias en su conjunto.

Durante varias sesiones de formación, nuestro colectivo aprendió e intercambió información sobre las preparaciones de beejamrutha, jeevamrutha, ghana jeevamrutha, agniastra y otras preparaciones utilizadas en la agricultura natural. También aprendimos sobre la horticultura de secano y diferentes técnicas de injerto en los cultivos hortícolas. También se discutieron varias técnicas de salvaguarda de semillas. Estos fueron los aspectos prácticos. Sin embargo, no nos detenemos ahí. También estudiamos la dinámica del sistema alimentario mundial que ahora está en manos de las empresas transnacionales. Analizamos los impactos de los acuerdos de libre comercio sobre la autonomía productiva y del consumo a nivel local. Estudiamos también las disparidades de género y de casta en la propiedad de la tierra en el sur de Asia entre otras cosas. Así que las sesiones de formación tratan tanto aspectos prácticos como políticos en relación al campesinado.

La agroecología está en el centro, dando autonomía a las personas para diseñar sus sistemas alimentarios, basados en los recursos locales y la mano de obra local. Es un sistema que permite producir alimentos, en armonía con la naturaleza, y que da prioridad a la soberanía alimentaria de la comunidad local por encima de todo.

Claramente, sólo adoptar prácticas de producción sostenibles no es suficiente para ayudar al avance de la agroecología. Por lo tanto, las sesiones de formación que tenemos en LVC tratan tanto de los aspectos prácticos como políticos de la agroecología que la convertirán en una herramienta para lograr la soberanía alimentaria.

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Soberanía alimentaria: desafíos y esperanzas para las comunidades de pastores

Fernando Garcia, Campo Adentro, Red de Pastores Europeos – WAMIP, España.

En abril, cuando la crisis de la Covid estaba en su peor momento, los representantes de diferentes movimientos sociales del movimiento de soberanía alimentaria escribieron una carta titulada “COVID-19 – Los pequeños productores de alimentos se solidarizan y lucharán para llevar alimentos saludables a todos” (https://www.foodsovereignty.org/covid-19/).

Apenas podemos prever el impacto que esta crisis puede tener. Por una parte, existe una creciente preocupación por las pautas insostenibles de nuestros modelos alimentarios, especialmente el peligro de los sistemas de ganadería intensiva y las granjas industriales, que se asocian con la alteración del ecosistema debido a la expansión del agronegocio industrial (como la tala de bosques nativos para plantaciones de aceite de palma).

Por otra parte, el cambio climático está más actual que nunca, y la importancia de los productores de alimentos en pequeña escala es crucial. Esta crisis es una especie de “test de estrés”, como dicen los economistas, de todo un sistema alimentario que abastece a una población urbana cada vez más numerosa y que se basa en un transporte y una circulación globalizados. Tal vez las pautas que hemos visto aumentar hasta ahora podrían cambiar.

Sin duda, esta crisis está afectando más a las pequeñas empresas (como tiendas y restaurantes), que por lo general están más estrechamente vinculadas a los pequeños productores locales. Algunos actores – con el comercio electrónico que ahora es el rey – podrían promover una digitalización aún más rápida de los sistemas alimentarios impulsada por los intereses y los beneficios de las empresas.

Lxs pastorxs de Europa y del mundo observan estos supuestos con gran preocupación. Pero también con la confianza que les da saber que son una parte vital de la solución. Esperamos que el movimiento ecologista no simplifique el lema “no más carne” imponiendo una visión del vegetarianismo centrada en el mundo urbano y occidental, sino que promueva un consumo responsable de productos animales de calidad, sanos y locales procedentes de los sistemas pastorales.

Las organizaciones de base, unidas en una renovada Alianza Mundial de Pueblos Indígenas Móviles y Pastores – WAMIP (www.wamipglobal.com) – están ahora activas en diferentes espacios y trabajan para tender un puente entre los debates sobre agroecología y soberanía alimentaria (nacidos en el contexto de las luchas campesinas) y las particularidades del pastoralismo. Juntos redactamos y reconocemos la Declaración de los Derechos de los Campesinos – y de los Pastores – y ahora tenemos que asegurarnos de que los espacios reales de participación y reconocimiento sitúen a los pastores en primer plano – como en el Centro de Conocimiento del Pastoreo de la FAO, o las iniciativas GASL (Programa Mundial para la Ganadería Sostenible) y LEAP (La Alianza sobre la Evaluación Ambiental y el Desempeño Ecológico de la Ganadería).  Hemos logrado que el COAG (Comité de Agricultura) de la FAO apruebe la propuesta de hacer de 2026 el Año Internacional de los Pastizales y el Pastoreo, y confiamos en el IPC (Comité Internacional de Planificación, por sus siglas en inglés) y otros procesos de la sociedad civil.

Lo más difícil es mantenernos en contacto a pesar de las distancias, y hacer tiempo para hacer crecer alianzas además del trabajo cotidiano… pero si no lo hacemos, las políticas contra el pastoralismo y los intereses económicos pondrán en peligro nuestra forma de vida, y los territorios y paisajes que nutrimos con nuestros animales.

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Los frutos de la soberanía alimentaria – La juventud organizada

David Otieno, Juventud de la Liga de Campesinos de Kenia/LVC, Kenia.

La soberanía alimentaria supone que los productores y consumidores de alimentos asuman el control total del proceso de producción de alimentos a partir de las semillas, la tierra, el agua, los mercados, los insumos y la distribución. Nosotros, lxs jóvenes, somos fundamentales para asegurar que se logre la soberanía alimentaria. Nuestra mayor fortaleza reside en nuestra capacidad colectiva para vivir y construir un mundo más justo y equitativo.

Dentro de LVC, nos hemos estado organizando a través de procesos de formación para establecer brigadas de jóvenes que se esfuerzan por corregir el actual sistema alimentario mundial descompuesto que se basa en la agroindustria, responsable del cambio climático. Nosotros, lxs jóvenes, hemos estado haciendo esto con el fin de colocar a los miembros de LVC que producen, distribuyen y consumen alimentos en el centro de los sistemas y políticas alimentarias,  y no como concibe el agronegocio, según las demandas de los mercados y las empresas.

En África, LVC África meridional y oriental, nuestra organización de jóvenes ha estado a la vanguardia en la recuperación de tierras abandonadas en espacios de producción alimentaria. Un buen ejemplo es el de Sudáfrica, donde lxs jóvenes, los miembros de la Campaña de Soberanía Alimentaria y el Movimiento de los Sin Tierra, todos ellos miembros de LVC, han participado en la campaña de “ocupación” destinada a convertir tierras abandonadas en espacios de producción alimentaria.

En Kenya, el colectivo juvenil de la Liga de Campesinos de Kenia, estamos empeñados en asegurar que se distribuyen semillas y alimentos a los miembros y a otras personas que se encontraban en situación de extrema necesidad durante la pandemia de coronavirus. Nuestros esfuerzos también incluyeron la asistencia a los miembros de mayor edad para cultivar y plantar sus granjas y también documentar todas las semillas entre los miembros para asegurar la facilidad de distribución.

Las brigadas de jóvenes del MST también han participado en los procesos de reconstrucción, especialmente después del ciclón Idai que azotó la mayor parte del África meridional, y también participaron en iniciativas de solidaridad durante la pandemia de coronavirus.

Recordando el foro de Nyéléni sobre soberanía alimentaria celebrado en 2007 en una pequeña aldea de Malí, se observa que la soberanía alimentaria y los jóvenes están estrechamente vinculados: la lucha por la soberanía alimentaria ha ayudado a organizar a los jóvenes, mientras que una juventud organizada garantiza el logro de la soberanía alimentaria