Voces desde el campo

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La iniciativa Food Box: reconstruyendo los sistemas alimentarios dirigidos por mujeres en Gaza

Plataforma Urbana y Periurbana de Gaza (GUPAP) y Plataforma de Mujeres Urbanas Emprendedoras (UWAF), Palestina.

En la Franja de Gaza, GUPAP apoyó la formación de la Plataforma de Mujeres Urbanas Emprendedoras (UWAF) en 2019 para unir y empoderar a las mujeres productoras y trabajadoras agrícolas, y construir un sistema alimentario independiente y resiliente para todos los palestinos. En el contexto de crisis prolongada de Gaza, la inseguridad alimentaria y el acceso restringido a tierras, semillas y razas de calidad, así como al agua y al mar, han provocado una disminución de la autosuficiencia, exacerbando la vulnerabilidad de las comunidades locales frente al hambre. Las estrategias de GUPAP-UWAF se han centrado en reducir la dependencia de los mercados internacionales, promover/utilizar lo que está disponible localmente, disminuir la huella ecológica de la producción y distribución de alimentos y reconstruir las granjas propiedad de mujeres.

Una iniciativa importante fue recaudar fondos mediante micro-mecenazgo para comprar alimentos locales a 52 agricultoras cuyo medio de vida quedó destruido en los bombardeos de mayo de 2021, y distribuir estos alimentos a mujeres vulnerables que afrontaban crisis sociales y sanitarias, mediante cestas de alimentos que incluían cereales, productos frescos, conservas y alimentos medicinales. Esta iniciativa recibió apoyo de organizaciones no gubernamentales locales y del Ministerio de Agricultura para identificar a los beneficiarios, inspeccionar los alimentos para controlar su calidad y distribuir las cestas de alimentos. 

La acción de la Cesta de Alimentos fue un planteamiento basado en la comunidad, que pertenecía a las mujeres y estaba dirigido por ellas. Apoyó a 52 agricultoras mediante la comercialización de sus productos a precios justos, y a 473 mujeres y sus familias que   afrontaban condiciones de especial vulnerabilidad.  Es igualmente importante que la iniciativa muestre cómo la solidaridad entre los pequeños productores de alimentos, los emprendedores, los gobiernos locales y la población puede ser operativa para diseñar soluciones locales en una situación de crisis prolongada como la que atraviesa Gaza.

Este testimonio procede del informe, Campaña de marketing solidario para aumentar la resiliencia de los miembros de la UWAF en la franja de Gaza, en inglés.

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Agroecología cubana y resiliencia frente a los huracanes

El Movimiento Agroecológico de Campesino a Campesino (MACAC) es un movimiento de base dentro de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) de Cuba, miembro del movimiento campesino internacional La Vía Campesina. En él, los campesinos miembros de la ANAP llevan desde 1997 transformando sus sistemas productivos mediante la aplicación de los principios de la agroecología.

Resiliencia revolucionaria

“En una granja agroecológica, si una cosa no sale adelante, otra lo hará. Siempre hay algo que comer. Pase lo que pase”.  – Nini, agricultor agroecológico y miembro de la ANAP.

La geografía cubana hace que este país sea susceptible de sufrir caídas de la producción agrícola como consecuencia de constantes catástrofes naturales. Un factor importante para el éxito del MACAC es sin duda la mayor resiliencia biológica y humana de los sistemas agroecológicos frente a los efectos del cambio climático.

A lo largo de los años, los agricultores cubanos – hombres y mujeres – han sido testigos de los beneficios de la agroecología frente a los huracanes: las explotaciones con un mayor nivel de integración agroecológica han sufrido menos frente a estos fenómenos. Esto puede explicarse en parte por el hecho de que los sistemas agroecológicos padecen menos erosión y deslizamientos de tierras debido a la mayor aplicación de prácticas de conservación de suelos (cultivo en curvas de nivel, control de cárcavas, mayor uso de cultivos de cobertura, etc.). Cuando existen múltiples estratos de vegetación se pierden menos cosechas. Aparte de que las explotaciones agroecológicas no sufren  pérdidas totales por los huracanes (a diferencia de las del monocultivo convencional), las explotaciones con mayores niveles de integración agroecológica se recuperan mucho más rápidamente.

El aumento de los precios de los alimentos en el mercado internacional, así como el precio de los insumos indispensables para la agricultura convencional, nos obligan a considerar un modelo alternativo que cree menos dependencia. La agroecología y el MACAC ofrecen el camino hacia la soberanía alimentaria en Cuba -asegurando una mayor resiliencia ante las adversidades climáticas; la restauración de los suelos degradados por el uso intensivo de agroquímicos; y alimentos sanos- a la vez que sirven de ejemplo, fuente de ideas e inspiración para otros países.

Más información en inglés aquí.

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De la crisis a la agroecología

Ferdinand Wafula, Bio Gardening Innovations (BIOGI), Kenia.

Los y las pequeños agricultores del oeste de Kenia deben cambiar debido a los trastornos mundiales. George y Violet forman parte de los miles de familias de Khwisero, en Kakamega County, que están cambiando sus métodos de cultivo.

George perdió su trabajo debido a la COVID-19, al cerrar muchos negocios. Hace dos años George trasladó a su familia desde Nairobi. Era pintor y promocionaba los productos de una empresa durante la pandemia. Violet, su mujer, pensó que era una buena idea porque así tendría más brazos para labrar la tierra. Trabajar la tierra con su mujer supuso retos y emociones para George. Las escasas lluvias, el retraso de la siembra y las fuertes subidas de los precios de los productos básicos, sobre todo de los insumos agrícolas, fueron como un rayo que fulminó a George. El maíz dejó de ser un cultivo básico. Con la disminución del rendimiento de las cosechas, una familia joven con hijos en edad escolar no podía sobrevivir con tres sacos en lugar de seis.

Violet no tardó en saber de una formación en agricultura respetuosa con la naturaleza impartida por sus compañeros. En 2021, BIOGI la formó como formadora. La ONG BIOGI, con sede en Vihiga, trabaja en el Khwisero Subcounty de Kakamega. La diversidad de cultivos, la integración del ganado y la fertilidad del suelo mediante bioinsumos, cayeron como el agua en la tierra fértil, y brotaron nuevas semillas de esperanza. Entre los variados cultivos locales de la granja de Violet están las batatas, mandioca, verduras locales, cacahuetes y plátanos. “Ya no me estreso por los insumos”, dice. Fabrico bioestimulantes y utilizo boniatos y cacahuetes molidos para complementar, o sustituir, al maíz”.

La familia adoptó enseguida la formación de BIOGI y AFSA: El proyecto “Suelos sanos, alimentos sanos” se está aplicando en toda la explotación. La familia da las gracias a quienes apoyan la iniciativa y espera aprender más en futuras interacciones y formaciones.

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¿Cómo afrontan la crisis alimentaria los campesinos y campesinas de Sri Lanka?

S.M.N. Maheshika Premachandra, Movimiento por la Reforma Agraria y de la Tierra (MONLAR por sus siglas en inglés), Sri Lanka.

Sri Lanka afronta su peor crisis económica en décadas: alrededor del 30% de sus habitantes sufre inseguridad alimentaria, y uno de cada cuatro se salta habitualmente comidas. Mientras el resto del país lucha por acceder a los alimentos y, por tanto, a una dieta nutritiva, los pequeños agricultores de las zonas rurales han podido satisfacer más o menos las necesidades alimentarias de sus hogares gracias a ser quienes son.

En Sri Lanka, el 80% de la producción total de alimentos depende de cerca de 1,65 millones de pequeños agricultores. Se calcula que el 40% de los hogares del país se dedica a la agricultura, de los cuales el 94%   se dedica a actividades de producción agrícola y el 12% a la ganadería. En las zonas rurales de Sri Lanka,   los agricultores no solo han podido alimentar a sus familias, sino que quienes les rodeaban han podido compartir o comprar productos frescos a los agricultores. Sus modos de cultivo no se han visto muy afectados por la escasez de fertilizantes químicos o plaguicidas; de hecho, han podido explorar y ampliar más sus métodos de cultivo naturales con la creciente demanda de alimentos en los mercados cercanos y su mayor experiencia en la agricultura sin productos químicos. No obstante, debido al aumento de los precios de mercado, los hogares rurales y urbanos están agotando sus ahorros o recurriendo al crédito para comprar otros productos de primera necesidad.

Sin embargo, en el “sector de las grandes fincas agrícolas”, que incluye las plantaciones de té y otras “propiedades” similares, más de la mitad de los hogares viven con inseguridad alimentaria, como viene ocurriendo desde hace años. Estos hogares están en peor situación que las poblaciones urbanas y que otros residentes rurales. La mayoría de las comunidades de las propiedades del norte del país no poseen tierras de cultivo: no tienen espacio suficiente ni para plantar un pequeño árbol de chile. En la mayoría de los hogares de estas fincas, las mujeres jóvenes se ven obligadas a buscar oportunidades de trabajo como empleadas de hogar en Oriente Medio; de hecho, una parte significativa de la migración laboral durante el primer trimestre de este año procede de las comunidades de las grandes fincas.