Voces desde el campo

Voces desde el campo 1

Reforzar el papel de las mujeres pescadoras

Rehema Bavumu y Margaret Nakato, del Foro Mundial de Pescadores y de Trabajadores de la Pesca (WFF) y de la Fundación para el Desarrollo de la Mujer de Katosi, Uganda

Entender la pesca únicamente como la actividad de unos hombres yendo a los lagos con barcas, ignora el enorme trabajo hecho por las mujeres en la elaboración, la distribución y la comercialización del pescado. Las responsabilidades para el suministro de comida a los hogares de los pescadores dependen en mucho mayor grado de las mujeres. Ellas tienen que asegurar el abastecimiento de pescado para el consumo doméstico, mientras que los hombres están más bien motivados en pescar para el mercado a fin de reembolsar el crédito de los suministros de pesca y asegurarse un medio de subsistencia. Las mujeres tienen que complementar las necesidades alimentarias con la agricultura además de gestionar los numerosos comedores para alimentar a las comunidades pescadores nómadas. Mientras que los hombres se establecen en los lugares de desembarque, cambiando a menudo de localización según las posibilidades de venta, las mujeres se instalan en sitios de desembarque determinados y se encargan de todas las responsabilidades del hogar.

Desgraciadamente, uno de los desafíos son los conflictos por la tierra y el agua en las comunidades pesqueras que conducen a la pérdida de acceso a las zonas de pesca, así como nuevos propietarios que extienden sus propiedades hacia el lago, restringiendo así el acceso de esas zonas a los pescadores. Como consecuencia, las mujeres pierden el terreno para elaborar el pescado, lo que lleva a pérdidas posteriores de pesca, además disminuye la cantidad de pescado disponible para las comunidades, tanto para la venta como para el consumo. La vida familiar se ve directamente afectada ya que estas tienen que separarse cuando los hombres están arrestados por haber traspasado zonas de pesca prohibidas. La carga de rescatarlos depende de las mujeres.

Posteriormente, la Fundación para el Desarrollo de la Mujer de Katosi (KWDT) empleó a mujeres en los conflictos por los terrenos para asegurarse de su inclusión en los grupos locales de presión para que puedan entender y participar activamente en la lucha contra los desalojos. También se apoya a las mujeres en la adquisición de conocimientos y capacidades necesarias para mejorar su subsistencia, enseñando tecnologías de elaboración de pescado, desarrollando estrategias de comercialización, explicando el acceso a los créditos y trabajando en grupos para abordar las normas sociales y culturales que impiden la autonomía de las mujeres.

Para impulsar un cambio significativo y durable y transformar las vidas, las mujeres tienen que estar involucradas en el desarrollo de iniciativas en las comunidades pesqueras. Sus grandes esfuerzos no solo tienen que estar reconocidos, sino también potenciados.

Voces desde el campo 2

El caso de El Molo

Christiana Saiti Louwa, El Molo Forum y Thibault Josse, Mafifundise – Kenia

El Molo es una comunidad de pesca tradicional que vive alrededor del Lago Turkana en Kenia del Note cerca de la frontera Kenia-Etiopía.
Para El Molo la pesca es la vida, son prácticas culturales, bienestar espiritual y la principal fuente de subsistencia. El Molo practica métodos de pesca tradicionales, tales como redes, anzuelos, arponeo y pesca de canasta. El conocimiento indígena pesquero ha sido preservado y transmitido, a través de la tradición oral y de prácticas, de generación en generación. La pesquería es manejada por los ancianos de la comunidad, aplicando la pesca rotatoria y migratoria. El clima, el viento, la luna y las olas le dicen al El Molo dónde, qué y cómo atrapar peces.

Las políticas de pesca en Kenia fueron formuladas principalmente para la pesca marina, sin la participación ni el involucramiento de pescadores, comunidades pesqueras ni sus organizaciones, fallando por lo tanto en reconocer los derechos, intereses y saber tradicional,tampoco las costumbres para el manejo de la pesca. Luego, la pesca en aguas interiores, simplemente se agregó sin ninguna implicancia sustancial. Además, cuando esa política fue revisada en 2016, la palabra “inland”(“aguas continentales”) solo se agregó en forma cosmética en todo el texto. La norma, por ejemplo, aborda la conservación y manejo de zonas de cría en el Lago Navisha, pero el gobierno promueve a la vez el turismo y la industrialización alrededor de los lagos.

Regularmente surgen conflictos entre el gobierno y comunidades pesqueras cuya causa es la falta de focalizar la pesca artesanal en las políticas. Esto, sin embargo, está comenzando a cambiar ahora tras un sostenido apoyo y lobby de parte de pescadores a pequeña escala. Los representantes de El Molo están ahora usando Guías de Pesca a Pequeña Escala (ver box 2) y la Constitución de Keniana para propiciar políticas que verdaderamente reconozcan el manejo tradicional de la pesca.

Voces desde el campo 3

Lucha por tierras tradicionales y consuetudinarias

Herman Kumare, National Fisheries Solidarity Movement (NAFSO) miembro de WFFP, Sri Lanka

“Esta es la tierra donde vivimos, esta es la tierra donde moriremos.”
Miembro de la Comunidad de Lahugala

El 17 de julio de 2010, los pueblos de Paanama de 5aldeas en Lahugala, secretaría divisional en el Distrito de Ampara, fueron desalojados a la fuerza de sus 1200 acre de tierras costeras y lagunas por personas enmascaradas no identificadas, quienes estaban equipadas con ametralladoras. En aldeas cercanas, alrededor de 365 acres de tierra fueron tomados por la Fuerza Aérea y demarcados con un cerco electrificado, mientras que otros 860 acres adicionales de tierra de otras 3 aldeas cercanas fueron capturados por la Marina y también cercados. Luego, los aldeanos fueron testigos del desarrollo de un emprendimiento turístico “PaanamaLagoonCabana” en la tierra que se les quitó. El complejo turístico es administrado por la Marina quienes también embolsan las ganancias. La tierra tomada por la Fuerza Aérea y la Marina estaban conectadas con el LahugalaNationalSanctuary (Santuario Nacional Lahugala) que es un santuario de elefantes, como también es una zona de conservación de bosques. Además la Marina ha restringido y hasta prohibido actividades pesqueras durante el día y en algunos lugares también de noche. El desplazamiento forzado de los Paanamaafectó el sustento de 350 familias que dependen del cultivo del arroz, la pesca y la práctica de una agricultura tradicional conocida como cultivo de Chena.

Los aldeanos perdieron la totalidad de sus ingresos y se cortó su línea de vida. Para hacer campaña contra estos acaparamientos de tierras y demandar el cumplimiento de sus derechos humanos, el pueblo de Paanama estableció la Organización para la Protección de PaanamaPaththu (OPPP) para lo cual el Movimiento Nacional Solidario de Pesca (NAFSO) facilitó la formación del mismo. El 11 de febrero de 2015, el Pueblo de Paanama fue testigo de la primera victoria en la historia de su lucha, los ministros (TheCabinet) emitieron una orden para liberar 340 de los 365 acres de tierra tomada por la Fuerza Aérea. Sin embargo, la decisión no fue ejecutada por las autoridades locales aún tras 13 meses, lo que elevó la ansiedad en la comunidad de Paanama, quienes entonces decidieron ocupar su propia tierra aún sin tener respaldo legal. A la fecha 35 familias han vuelto a ocupar sus tierras por la fuerza desde el 26 de marzo de 2016 y comenzaron a cultivarla.
El desplazamiento forzado del Pueblo Paanama por parte de la Fuerza Aérea y la Marina, los han desposeído de sus tierras tradicionales y de costumbre bajo el pretexto de fines públicos. Sin embargo, la construcción de la Base de la Fuerza Aérea y los hoteles no pueden ser considerados fines públicos. Además, acciones del presente y pasado han confirmado que el acaparamiento de tierras costeras de Paanama está bien organizado y apoyado por oficiales del gobierno y los desalojos forzosos tuvieron lugar con el conocimiento del Secretario Divisional, la Policía, la SpecialTaskForce (Fuerza de Tareas Especial), la Marina y la Fuerza Aérea.

Hoy el OPPP continúa luchando por su tierra perdida lanzando campañas de apoyo y lobby y tomando acciones legales. Se emprenden acciones específicas tales como determinar y afianzar documentos de propiedad de tierras y también expandir la base de partidarios dentro de Sri Lanka e internacionalmente.

Nota: 1 acre es equivalente a 0,404686, o sea menos de media ha.