Cuadro 1
El derecho a la soberanía alimentaria
El Foro Internacional de la Soberanía Alimentaria celebrado en Sélingué (Malí) en febrero de 2007 fue el inicio del viaje de Nyéléni para construir un movimiento mundial por la soberanía alimentaria. El concepto de soberanía alimentaria fue introducido por La Vía Campesina (LVC) en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, un año después de la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con sus infames acuerdos sobre agricultura, derechos de propiedad intelectual, política industrial, normas e inversiones. Los movimientos sociales, los sindicatos, los activistas y el mundo académico sabían que la «seguridad alimentaria» y el «desarrollo» eran cortinas de humo para camuflar la expansión del poder empresarial a cuyo servicio estaban las normas de la OMC. Por lo tanto, el llamamiento a la soberanía alimentaria, aparte de ser un rechazo a que las corporaciones y el mercado dominaran alimentos, la agricultura y la economía, era también un grito de guerra para que la gente de todo el mundo reclamara su capacidad de acción y autonomía para construir un paradigma de progreso centrado en los derechos humanos, la justicia y el respeto al planeta.
A medida que el concepto ganaba el apoyo de una multiplicidad de actores, incluido el Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación de Naciones Unidas, LVC se unió a otros movimientos sociales y actores de la sociedad civil para convocar un foro autónomo e internacional para debatir sobre la soberanía alimentaria para diferentes circunscripciones y regiones, basándose en diversas experiencias y contextos vividos.
El primer foro Nyéléni reunió a más de 500 representantes de más de 80 países y numerosos grupos de interés para compartir conocimientos y debatir las múltiples dimensiones de la soberanía alimentaria, desde la tierra y el agua hasta las semillas, la cría y el trabajo, reconociendo el papel central de las mujeres. Estas deliberaciones se resumen en la Declaración de Nyéléni y en la Declaración de las Mujeres por la Soberanía Alimentaria. En Nyéléni, en 2007, empezamos a construir un nuevo derecho: el derecho a la soberanía alimentaria.
Cuadro 2
Alianza mundial contra el acaparamiento de tierras
En noviembre de 2011, nosotros, campesinos, pastores, pueblos indígenas y sus aliados, nos reunimos en Nyéléni para compartir nuestras experiencias y luchas contra el acaparamiento de tierras. Acudimos a Nyéléni en respuesta al llamamiento de Dakar, que reclama una alianza mundial contra el acaparamiento de tierras, porque estamos decididos a defender la soberanía alimentaria, los bienes comunes y los derechos de los pequeños productores de alimentos a los recursos naturales.
En aquella reunión señalamos claramente que el acaparamiento de tierras es un fenómeno global dirigido por élites e inversores locales, nacionales y transnacionales, y por gobiernos, con el objetivo de controlar los recursos más preciados del mundo. Las crisis financiera, alimentaria y climática mundiales han desencadenado una carrera entre los inversores y los gobiernos ricos para adquirir y captar tierras y recursos naturales, ya que son los únicos «refugios seguros» que quedan y que garantizan beneficios financieros seguros. Los fondos de pensiones y otros fondos de inversión se han convertido en poderosos actores del acaparamiento de tierras, mientras se siguen librando guerras para hacerse con el control de la riqueza natural.
El acaparamiento de tierras va más allá de las estructuras imperialistas tradicionales Norte-Sur; las empresas transnacionales pueden tener su sede en cualquier parte del mundo. También es una crisis que afecta tanto a las zonas rurales como a las urbanas. Se están acaparando tierras en Asia, África, América y Europa para la agricultura industrial, las plantaciones forestales, la minería, los proyectos de infraestructuras, los embalses, el turismo, los parques de conservación, la industria, la expansión urbana y para fines militares.
Pero no hemos sido derrotados. Gracias a la organización, la movilización y la cohesión de las comunidades, hemos podido detener el acaparamiento de tierras en muchos lugares. Además, la sociedad de nuestros países está reconociendo que la producción de alimentos a pequeña escala es el modelo más sostenible desde el punto de vista social, económico y medioambiental para utilizar los recursos y garantizar el derecho a la alimentación para todos.
Recordando el Llamamiento de Dakar, reiteramos nuestro compromiso de resistir al acaparamiento de tierras por todos los medios posibles, de apoyar a todos los que luchan contra el acaparamiento de tierras y de presionar a los gobiernos nacionales y a las instituciones internacionales para que cumplan sus obligaciones de garantizar y defender los derechos de los pueblos.
Cuadro 3
Foro Internacional de Agroecología – Nyéléni 2015
A fines de febrero de 2015, organizaciones y movimientos sociales de productores a pequeña escala, trabajadores, mujeres, Pueblos Indígenas, consumidores, ambientalistas y de derechos humanos, se reunieron en el Centro de Nyéléni, para acordar una visión multisectorial común sobre agroecología y estrategias para defenderla y promoverla.
Se acordó que la agroecología, es una forma de vida, una forma de producir alimentos, una ciencia y un movimiento para transformar los sistemas alimentarios en pos de la soberanía alimentaria y la justicia social, racial, de género, económica, intergeneracional y ambiental. Se basa en principios similares que se implementan de distintas maneras en la amplia diversidad de territorios.
También se acordó que los pilares fundamentales de la agroecología son: la solidaridad; los territorios locales y el derecho de los pueblos y comunidades a conservar los vínculos espirituales y materiales con ellos; los derechos colectivos y el acceso a los bienes comunes; la organización y la acción colectiva; y los distintos conocimientos y formas de conocer de nuestros pueblos, y el Diálogo de saberes como camino para desarrollar, innovar e investigar.
El foro dejó claro que la Agroecología busca transformar las estructuras de poder en la sociedad, para que los pueblos controlen las semillas, la biodiversidad, la tierra y los territorios, el agua, el conocimiento, la cultura y otros bienes comunes, y asegurar un camino colectivo para avanzar y superar las crisis.
El foro es un hito central del movimiento y sus acuerdos un motor de la ampliación de alianzas para promoción y defensa de la agroecología y la soberanía alimentaria. Lea más aquí.