Boletín núm. 51 – Editorial

Soluciones desde los movimientos de base a la crisis alimentaria mundial

Ilustración: Carlos Julio Sánchez para LVC.

En 2008, numerosos expertos -de campesinos y campesinas a responsables políticos- advirtieron de una «tormenta perfecta» de crisis en el sistema alimentario industrial. Nuestros movimientos ya habían dado la voz de alarma sobre el creciente control de las grandes empresas, la financierización de los alimentos, el acaparamiento de recursos, la injusticia económica y la destrucción de los territorios de los pequeños productores de alimentos por parte de los productores a gran escala de productos básicos, profundamente dependientes de los combustibles fósiles y otros insumos extraídos. Quince años después, constatamos que las crisis son un fenómeno recurrente en el sistema alimentario capitalista. La intensificación de los impactos medioambientales, las guerras y conflictos por los recursos, el aumento de la deuda, las injusticias estructurales y las desigualdades están agravando los efectos sobre nuestros pueblos.

Nuestra respuesta a las crisis alimentarias sigue siendo la soberanía alimentaria. Ahora es más necesario que nunca que nuestras comunidades y países se centren en la producción agroecológica de alimentos. Como muestra esta edición, tenemos multitud de propuestas de solución prácticas y políticas, pero debemos crear poder para luchar contra las grandes empresas extractivas y que se rigen por el lucro, para que no se apoderen de nuestro sistema alimentario. La crisis alimentaria es solo un aspecto de una serie de factores más profundos que están causando crisis superpuestas de destrucción ecológica, el auge reforzado del patriarcado y la creciente criminalización, en connivencia con el capital,  de los defensores de los derechos; factores que están impregnando todos los aspectos de nuestras vidas, desde la alimentación hasta el compromiso social y nuestras interacciones con la naturaleza.

Muchos movimientos han hecho causa común para afrontar las causas de estas crisis múltiples e interconectadas; también han demandado justicia climática, que se ponga fin a los combustibles fósiles, haciendo recaer la responsabilidad en primer lugar en las naciones desarrolladas, responsables históricas de la contaminación, y después en las élites consumidoras de todo el mundo; han demandado la cancelación de la deuda ilegítima y la revocación de regímenes comerciales, de inversión y fiscales injustos. Los movimientos feministas nos muestran el camino hacia la economía de la vida y del cuidado, la justicia interseccional y la construcción de poder político. Los movimientos antirracistas, decoloniales, por la paz y contra la opresión, nos muestran nuevos imaginarios de comunidad, evocando en nosotros las antiguas prácticas de solidaridad de campesinos, mujeres, pueblos indígenas, pastores, pescadores y trabajadores, y la urgencia de la solidaridad con los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo.

Conscientes de que debemos construir y fortalecer nuestros movimientos desde la base, y buscar cohesión a través de todas las regiones y pueblos que se enfrentan a la injusticia, convocamos el proceso Nyéléni 2021 – 2025 para ofrecer espacios de encuentro. Invitamos a todos los movimientos a unirse a nosotros. Soberanía alimentaria ¡ya!  

AFSA, Focus on the Global South y Amigos de la Tierra Internacional