Voces desde el campo

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Dominion Farms, acaparamiento de tierras en Nigeria

Los agricultores del estado nigeriano de Taraba están siendo forzados a dejar las tierras que llevan trabajando desde hace generaciones, para dejar espacio a la empresa estadounidense Dominion Farms, que tiene previsto establecer una plantación de arroz de 30.000 hectáreas. El proyecto cuenta con el respaldo del gobierno nigeriano y de la Nueva alianza por la seguridad alimentaria y la nutrición en África, perteneciente al G8.

Las tierras que están siendo cedidas a Dominion Farms forman parte de un plan de riego público del que dependen miles de familias para subsistir y poder cubrir sus necesidades alimentarias. No se ha consultado a la población local acerca del acuerdo con Dominion Farms y, aunque la empresa ya ha comenzado a ocupar las tierras, hay una desinformación total sobre si existirán planes de compensación o reasentamiento. La población local se opone al proyecto de Dominion Farms. Quieren recuperar sus tierras para poder continuar produciendo alimentos para sus familias y para el pueblo de Nigeria (…). A continuación citamos las palabras de agricultores locales, en sus intervenciones en reuniones con ERA y CEED en la comunidad de Gassol:

 “Nos alegramos cuando supimos de la llegada de Dominion Farms, sin saber que esto respondía al interés egoísta de algunos miembros del estado, del gobierno federal y de la persona extranjera que está a cargo de Dominion Farms. Nuestra tierra es muy rica y buena. (..)Sin embargo, desde que llegó Dominion Farms con su gente, su maquinaria y sus equipos de trabajo, nos pidieron que dejásemos de trabajar la  tierra, e incluso que las abandonásemos, ya que estas tierras se han donado íntegramente al proyecto Dominion Farms. (…)” – Mallam Danladi K Jallo

“Somos una sola voz contra Dominion Farms porque nos oponemos a sus actividades. Tenemos caladeros de pesca que heredamos de nuestros antepasados en esas tierras, pero Dominion Farms ha dicho que va a rellenar de arena todos ellos para darles más espacio a sus cultivos. Cuando comenzaron a trabajar la tierra, vinieron con personal de seguridad, que había recibido la orden de Dominion Farms de desahuciar a cualquier agricultor que estuviese trabajando en sus tierras”.– Alhaji Mairiga Musa

“No apoyamos un sistema agrario y productivo extranjero del que no tenemos conocimiento. Han venido a cultivar. La única historia que oímos es que nos han quitado nuestra tierra y que se la darán a otros. No se nos ha incluido a ningún nivel del proceso. Por el futuro y por nuestros hijos, pedimos a las autoridades gubernamentales que soliciten a Dominion Farms que se marchen de nuestras tierras”. – Rebecca Sule (Mama Tina)

Environmental Rights Action (ERA), Amigos de la Tierra Nigeria, Centro de Educación y Desarrollo Medioambiental (CEED). Consulta el artículo completo y el informe (en inglés).

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Cuidando nuestros territorios tradicionales

Ninawá Inu Pareira Nunes, líder indígena del pueblo Huni Kui del estado de Acre, al norte de Brasil (región del Amazonas)

“Dios” creó todo lo que existe y le dio la vida. En nuestro planeta Tierra existen muchas vidas humanas, animales y vegetales, con muchísimas especificidades y diversidad de interrelaciones; sin embargo, Dios creó algo común a todos estos seres vivos: el territorio y las tradiciones.

Nosotros, los pueblos “indígenas”, tenemos numerosas costumbres, creencias y tradiciones que están directamente relacionadas con los bosques, el aire, el agua, la tierra y el sol, en una única relación cosmológica y espiritual que es a la vez profunda y respetuosa. Para nosotros, la tierra tiene un significado de sostenibilidad espiritual de las costumbres que expresan nuestra identidad, que consideramos vital y esencial para la reproducción física, espiritual y cultural de nuestras generaciones futuras.

Desde tiempos inmemoriales, nosotros  los pueblos “indígenas” desempeñamos un papel fundamental y estratégico en la protección de la Madre Tierra, al contener la deforestación, conservar los bosques y la biodiversidad, así como mantener otras riquezas de nuestros territorios, que son el sustento de nuestras y otras comunidades. Dependemos de ellos para nuestra subsistencia, independientemente de nuestra situación financiera, académica y tecnológica. Todo esto es posible gracias a nuestros conocimientos ancestrales.

Actualmente, la tecnología está forzando la introducción de cambios en nuestra tradición, para garantizar un modelo de desarrollo perverso y destructivo. Sin embargo, para nuestro pueblo Huni Kui, esto es un grave error de los gobiernos. Tenemos pruebas reales de que se puede vivir sin tecnología destructiva, se puede cuidar del medio ambiente de cada ser vivo en relación con sus especificidades, creando sostenibilidades concretas, y creemos que otras comunidades tradicionales también comparten esta idea.

Para nosotros, el territorio tradicional de los Huni Kui es una garantía 100% de nuestras vidas, que conseguimos a través de la seguridad alimentaria de formas tradicionales: obtenemos comida de los ríos, lagos y arroyos, caza de los bosques, patatas y otras verduras saludables, lo que difiere radicalmente de los modos de producción tecnológica, donde el 70% del alimento contiene agrotoxinas. Mediante nuestros rituales tradicionales, podemos curar sin intervención científica/tecnológica, a diferencia de los fármacos de laboratorio, que dicen que curan enfermedades pero provocan problemas en otras partes del cuerpo. Hemos vivido todo esto generación tras generación.

Por ello, tenemos que mantener nuestros territorios tradicionales como el entorno donde se desarrollan nuestras relaciones materiales y espirituales con la tierra y con nuestra madre, porque ellas producen todo lo que nos sustenta, de forma armoniosa con los bosques y animales, manteniendo el equilibrio medioambiental, como el aire que se respira en todo el mundo. Se puede vivir en un mundo mejor, sin destruir la naturaleza ni nuestras tradiciones. Una persona indígena sin territorio se queda sin tradiciones.