Agroecología en la práctica

Agroecología en la práctica 1

Difundiendo la Agroecología y construyendo una resistencia por la soberanía alimentaria

Escuela de Agroecología Shashe

El Foro de los Campesinos/-as a Pequeña Escala de Zimbabwe (ZIMSOFF por sus siglas en inglés), miembro de La Via Campesina (LVC), coordina una Escuela de Agroecología en Shashe que promueve el intercambio de las experiencias agrícolas empleando la Agroecología a través de la enseñanza horizontal entre los y las campesinas de Zimbabwe y los países vecinos.

Esta escuela hace parte de la red de LVC de más de 50 escuelas de Agroecología en el mundo, y es el pilar para el desarrollo colectivo de estrategias que luchan en contra de la dependencia de los productos agroquímicos y los fertilizantes y también para sobrevivir el cambio climático. En Shashe, los y las campesinas emplean varias prácticas agroecológicas que aseguran la soberanía alimentaria, mitigan el cambio climático, y reducen la dependencia en la compra de insumos agrícolas, permitiendo así que los ingresos agrícolas se queden en los bolsillos de la familia. Estas prácticas incluyen el uso de abonos, mantillo, labranza reducida, rotación de cultivos, intercambio y uso de semillas tradicionales, entre otras. Tales prácticas son el fundamento para la construcción de un nuevo futuro para las y las trabajadoras campesinas, no sólo en ZIMSOFF pero también a nivel mundial. Además de plantar sus cultivos, los y las campesinas mantienen una gran variedad de ganado. Nuestros sistemas agroecológicos están designados de tal forma que el ganado no compita por comida con los seres humanos, sino que consuman lo que las personas no comen, como por ejemplo la maleza y los insectos. 

Las familias campesinas en ZIMSOFF también están experimentando con el procesamiento, la conservación y la preservación local de alimentos. Esto es esencial no sólo para reducir pérdidas que resultan de la cosecha, pero también para dar inicio al crecimiento de pequeñas industrias locales que son fundamentales para la contratación de jóvenes. Los cultivos de girasol y de maní son procesados para hacer aceite de cocina y mantequilla de maní respectivamente. En Shashe, los y las campesinas están creando un mercado local vibrante de sus productos y fortalecen las relaciones con los consumidores.

En abril de 2016, la escuela hospedó a 20 campesinos/-as de la provincia de Manica en Mozambique quienes vinieron para aprender e intercambiar información sobre las semillas campesinas y las luchas en contra de las políticas que pretenden criminalizar su producción e intercambio. Las malas políticas facilitan la comercialización de semillas comerciales registradas entre los países miembros y construyen un marco político que impone la privatización del germoplasma, representando un atentado contra las semillas campesinas. Enfrentarse a estas políticas es un complemento llave a la Agroecología. Tales intercambios – como los que las escuelas de Agroecología promueven – son fundamentales para la organización de la resistencia y para construir la soberanía de las semillas campesinas.

La experiencia en Shashe muestra que junto con la Agroecología, sus semillas y su ganado, los y las campesinas pueden producir alimentos saludables a bajo costo y en armonía con la naturaleza para sus familias y el mercado. Más importante aun es que la Agroecología provee un ambiente para que los y las campesinas experimenten y den forma a su proprio desarrollo rural sostenible y construyan mejores relaciones sociales a partir del respeto y el mutuo aprendizaje.

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Revirtiendo la Revolución verde

Red de Semillas Criollas y Nativas del Uruguay

Durante miles de años la producción de alimentos para consumo humano se basó en la utilización de semillas «naturales» por parte de los pueblos indígenas, los campesinos y campesinas y los agricultores y agricultoras, es decir que con nuestros propios conocimientos, capacidades y habilidades, hemos sido capaces de domesticar especies silvestres, adaptarlas, mejorarlas y sobre todo reproducirlas para satisfacer nuestras necesidades alimentarias. Se puede observar muy claramente cómo tres cultivos básicos, el maíz en América, el trigo en África y el arroz en Asia, dieron origen y sustento a tres modelos de civilización.

Luego con los procesos migratorios las semillas originalmente locales fueron trasladadas a otros territorios, distintos ecosistemas, distintas condiciones climáticas y ambientales y otra vez fueron los campesinos y campesinas quienes tuvieron la capacidad de adaptarlas y reproducirlas. Este es el origen del concepto de «semilla criolla», que se diferencia del de «semilla nativa» justamente en ese proceso de adaptación.

Se calcula que los seres humanos tuvimos unas 6000 variedades vegetales domesticadas y aptas para consumo. Hoy sólo se utilizan unas 200 y de ellas sólo 12 son los cultivos básicos que conforman nuestra dieta.

A partir de la segunda década del siglo pasado los países centrales impusieron el modelo de la Revolución Verde en todo el mundo, con sus paquetes tecnológicos, como las semillas industriales, transgénicas y los agrotóxicos asociados, entre otras cosas. Nunca se logró combatir seriamente el hambre en el mundo y los impactos económicos, sociales y ambientales han sido gravísimos. Sin embargo, es posible frenar y revertir el avance de la agricultura industrial a gran escala dominada por el agronegocio y u puñado de inmensas corporaciones transnacionales. En Uruguay, desde la Red de Semillas Criollas y Nativas estamos marcando el camino al demostrar que la mayoría de los materiales genéticos criollos y nativos sigue en manos de los campesinos/as y agricultores/as familiares, que los han conservado y utilizado a través de varias generaciones para alimentar a nuestro pueblo.

Pero estamos hablando de Soberanía Alimentaria y todos coincidimos que es un DERECHO, pero ejercerlo no es tarea solo de aquellos que producimos alimentos. Todos y todas, desde el lugar que ocupen en la sociedad, deben sumarse a la lucha por defenderlo. Tampoco estamos solos, a lo largo y ancho del mundo millones de campesinos/as y comunidades están haciendo lo mismo. Mientras exista una agricultora o un agricultor que tenga su semilla, luchará por un pedazo de tierra para plantarla y agua para regarla, y la perpetuidad de la vida estará garantizada.

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Construyendo el movimiento de la Agricultura Apoyada por la Comunidad en Europa

Urgenci Europe

Estamos construyendo el movimiento de la Agricultura Apoyada por la Comunidad (AAC) en Europa. Estamos trabajando para desarrollar los pilares de articulación entre la soberanía alimentaria y la economía solidaria.

Con un movimiento en rápido crecimiento ha surgido la necesidad de construir una narrativa común; por lo tanto iniciamos un proceso que llevó un año para desarrollar una Declaración Conjunta para todos los miembros a lo largo de Urgenci Europa. Tal y como la última  encuesta europea de AAClo indica, hay casi un millón de miembros de la AAC a través del continente, implicando, por ende, un gran desafío. No todos los países o miembros estuvieron involucrados, pero fue un proceso participativo y de propiedad colectiva desde el principio en el que nos dedicamos a lograr un acuerdo sobre quienes somos y qué defendemos: una especie de “tarjeta de identidad” del movimiento que nos ayude a desarrollar como una unidad y  prevenga la captura corporativa del concepto de la AAC.

Los esquemas de cuadro, las Asambleas de Alimentos y otras ideas similares han empezado a surgir y consumir nuestro mercado. Sin embargo, ¡ninguno de ellos tiene la característica única de riesgos y beneficios compartidos que los consumidores de la AAC comparten con sus productores!

El proceso de construcción de una Declaración Europea sobre la Agricultura Apoyada por la Comunidad refuerza tanto la plataforma de la AAC europea como también las redes locales y nacionales, fomentando discusiones fundamentales sobre qué defendemos y cómo lo compartimos ampliamente. El proceso también ha sido un camino para alimentar el futuro de un proceso sostenible para la construcción de un movimiento. 

La Declaración fue adoptada en la 3ra Reunión Europea de la AAC el 17 de septiembre en Ostrava, República Checa y fue la mejor forma de adoptar la posición en nombre de nuestro movimiento; porque si no lo hacemos nosotros/-as, ¡alguien más lo hará!

Desde entonces, esta ha sido aclamada con gran entusiasmo no sólo en Europa sino en otros países alrededor del mundo. Ha sido traducida a varios idiomas y ha servido a todas las personas que practican la AAC que no son necesariamente miembros de Urgenci para acercarse más a nosotros/-as. Todavía es pronto, pero la Declaración prueba ser una herramienta poderosa para construir el movimiento para todos/-as nosotros/-as. ¡Nos sentimos orgullosas y orgullosos de haber podido ser parte de este proceso único!

Para leer la Declaración (en inglés) acá.

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Una verdadera solución a la crisis agraria en la India

Cero Presupuesto para la Agricultura Natural en India

El Cero Presupuesto para la Agricultura Natural (ZBNF por sus siglas en ingles) es tanto una serie de prácticas agroecológicas como también un movimiento campesino de base en India, especialmente en Karnataka, donde alrededor de cien mil campesinos y campesinas participan. Esto se ha logrado sin financiamiento, ya que el ZBNF inspira un espíritu de voluntarismo entre sus miembros campesinos, quienes son los protagonistas del movimiento.  El término “presupuesto” se refiere a créditos y gastos, por eso la frase “Cero presupuesto” que significa sin uso de crédito alguno, y “agricultura natural” significa CON la Naturaleza. El movimiento nació de la colaboración entre Subhash Palekar, un científico agrario que elaboró la “caja de herramientas” de las prácticas de ZBNF, junto con la asociación estatal de agricultores de Karnataka (KRRS), que es miembro de La Via Campesina (LVC).

Existe una crisis agraria en India, en la que los campesinos/-as tambalean bajo la deuda causada por los costosos insumos agrícolas, los bajos precios del mercado y las políticas inadecuadas.  Más de un cuarto de millón de campesinos/-as se han suicidado en las últimas dos décadas. Varios estudios han ligado estos suicidios a la deuda. Bajo estas condiciones, la agricultura “cero presupuesto” promete acabar con la dependencia a los préstamos y cortar drásticamente con los gastos de producción. Los y las agricultoras de ZNBF que han dejado a un lado los monocultivos químicos para practicar ZNBF dicen que ahora producen mucho más sin prácticamente gasto alguno. 

Las prácticas clave de ZBNF incluyen: Jivamruta– una cultura de microbio echa a base de orina de vaca, estiércol, harina de legumbres, azúcar en bruto y un manojo de tierra; un tratamiento similar de semillas llamado Bijamruta; mantillo intensivo y cultivos de cobertura; y la regulación de la humedad. ZBNF requiere menos de la mitad del agua utilizada en la agricultura convencional y es apta para las áreas áridas. Hay una multitud de otros principios como cultivo intercalado o mixto, lombrices de tierra locales, vacas indígenas, líneas de nivel y manejo ecológico de plagas.

A nivel local, el movimiento tiene una dinámica auto-organizada y funciona de forma informal. La mayoría de las personas campesinas practicando ZBNF están libremente ligadas unas a otras y llevan a cabo actividades de intercambio tipo campesino-campesino de manera organizada y espontánea, al igual que otras actividades pedagógicas. La principal actividad organizada central a nivel estatal son los campamentos enormes e intensivos de capacitación enseñados por Palekar, con una asistencia de entre 300 a 500 campesinos/-as y con una duración de hasta cinco días.

Mensaje de un Campesino

“En ZBNF nuestros gastos son muy bajos. No importa cual sea la cosecha, aun obtengo una ganancia porque mis gastos son insignificantes. Además, he adicionado cultivos intercalados a esto, entonces recibo ingreso de muchos cultivos y no sólo de uno. La cosecha no es un concepto importante para nosotros.”— Belgaum, un campesino de ZBFN

Cuadros

Cuadro 1

“Meterse en camisa de once varas”: el régimen de comercio inversiones impide el desarrollo de la Agroecología y el acceso a la tierra

Los y las productores de alimentos a pequeña escala avanzan con un intercambio de conocimientos, prácticas y movimientos por la Agroecología. La evidencia de base muestra que con las inversiones públicas apropiadas se pueden dar pasos aun mas largos a la hora de alcanzar la soberanía alimentar a través de acciones que promuevan la Agroecología.

Estos acuerdos se enfocan en atraer la agroindustria y están dirigidos a la generación de ganancia para ellos. Esto se ha venido realizando abriendo nuevos mercados mediante la liberalización del comercio y las inversiones, usando los tratados bilaterales de inversión (TBI), los tratados de libre comercio (TLC), los préstamos condicionales y los convenios de ayuda.

Las provisiones en todos estos acuerdos comprometen y reemplazan la soberanía de los estados y obstaculizan su habilidad para mejorar o proteger sus economías e intereses socio-ambientales. Al mismo tiempo estas proveen la promoción y la protección integrales de los intereses de la agroindustria a expensas de los estados y del bienestar de los pueblos.

Los instrumentos clave aquí son: i) la solución de controversiasentre inversores y Estados (SCIE) que permite que las empresas demanden a los estados por millones de dólares en tribunales arbitrales secretos por la implementación de políticas económicas, sociales o ambientales que puedan impedirles actividades de lucro; ii) las políticas de promoción de las inversiones de la agroindustria, como lo son las zonas libres de impuestos, las reducciones arancelarias unilaterales, los subsidios para el consumo de servicios (como por ejemplo la electricidad y el agua), y los subsidios para la contratación y la capacitación de trabajadores/-as. Las políticas favorables para la agroindustria tienden también a ser insistidas por los donantes de las ayudas de desarrollo o de asistencia alimentaria; iii) los requisitos para dar las mismas, o mejores, condiciones a los agronegocios extranjeros en comparación con los negocios locales; iv) la prohibición de los requisitos de funcionamiento, como por ejemplo la contratación de personal nacional o la transferencia de tecnología.

A pesar de esto, los movimientos por la soberanía alimentaria y por la justicia económica están contraatacando! Para leer mas, aquí.

Cuadro 2

La soberanía slimentaria echa raíces en Europa del Este

El Segundo Foro Nyéléni en Europasobre la soberanía alimentaria se llevó a cabo en Cluj-Napoca, Rumania del 26-30 de octubreyreunió a más de 500 participantes de 40 países de Europa y Asia Central.

Después de cinco días de discusiones, se sentaron las bases a través de la planeación de varias acciones y estrategias para retomar y relocalizar los sistemas alimentarios europeos. Una gran diversidad de personas estuvo presente, incluyendo campesinos y campesinas, trabajadores/-as de la alimentación y la agricultura, sindicalistas, investigadores, activistas, pescadores, pastores, pueblos indígenas, consumidores, ONGs y defensores de los derechos humanos.

Un gran logro del Foro fue la convergencia de las organizaciones y movimientos de Europa del Este y Asia Central, que inició charlas sobre las estrategias regionales colectivas e intensificó la coordinación del movimiento por la soberanía alimentaria en esa zona. La convergencia también reconoció la Declaración de Malí sobre la Agroecología como la base para que la región europea amplíe la Agroecología con el fin de lograr la soberanía alimentaria.

El proceso que llevó hacia el Foro inició en diciembre de 2015, cuando múltiples organizaciones a través de Europa se reunieron en París para discutir la estructura y el funcionamiento de un nuevo Comité de Coordinación de Nyéléni Europa, el cual hizo llamamiento tres meses después en marzo de 2016 para la participación en el segundo foro. El trabajo preparativo fue llevado a cabo por un coordinador de tiempo completo y varios grupos de trabajo que se encargaron de la recaudación de fondos y los aspectos financieros, el establecimiento de una nueva página web y boletines de noticias, la preparación de la agenda y las contribuciones de los participantes en el contenido del foro, al igual que del trabajo técnico realizado por COATI para asegurar que la interpretación pudiera ocurrir en nueve idiomas claves con 60 intérpretes voluntarios.

La mayor parte de la preparación del foro requirió entablar los contactos y las delegaciones en los diversos países donde ninguno de los pioneros del proceso tenía contactos. El resultado fue una lista funcional de puntos focales por país.

La reunión fue un importante paso para la construcción de un movimiento fuerte de la soberanía alimentaria en Europa, especialmente en Europa del Este, e importante para las dinámicas en otros países donde una plataforma aun no existe. Fue también un primer paso hacia la estructuración del movimiento, dándole visibilidad con la planeación de acciones comunes.

Cuadro 3

Construyendo políticas públicas para la Agroecología

El Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) ha estado involucrado en el proceso de debate sobre políticas públicas para la agroecología, impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En el marco de ese proceso la FAO organizó  un simposio internacional sobre agroecología para la seguridad alimentaria y nutrición, en septiembre de 2014, donde se acordó descentralizar las conversaciones a través de la realización de simposios regionales. Así, en 2015 la FAO, el CIP, diferentes gobiernos y académicos, organizaron simposios en América Latina y el Caribe (junio), África sub sahariana (noviembre) y Asia y el Pacífico (noviembre). Dando seguimiento a los simposios, en 2016, las conferencias regionales de la FAO analizaron los resultados de dichas reuniones y acordaron los próximos pasos a nivel regional para promover la agroecología.

En los últimos meses se han realizado 2 simposios regionales más y uno en, y para, China. Nuevamente la Sociedad Civil, la FAO, gobiernos y academia, se reunieron en América Latina y el Caribe (septiembre) y en Europa y Asia central (noviembre).

En América Latina y el Caribe consensuó una agenda regional de trabajo entre diferentes participantes, y abierta a otros, para: visibilizar la centralidad de la pesca artesanal y la contribución que a ella hace la agricultura de base agroecológica; formular e implementar políticas y marcos legales para la promoción de la agroecología desde y para los territorios, con participación social; ampliar la generación y gestión de conocimiento basada en evidencia sobre agroecología, integrando conocimiento científico con saberes ancestrales indígenas y prácticas de sectores diversos; promover mecanismos institucionales para producción agroecológica y su comercialización; garantizar los derechos populares a las semillas, agua, tierra y territorios; promover la agroecología  valorando y respetando la vida y los derechos humanos, resaltando la declaración internacional campesina; sugerir la celebración del Año Internacional de la Agroecología.

En Europa y Asia central, a propuesta de las organizaciones de la sociedad civil, se acordó entender la Agroecología más allá de los aspectos técnicos productivos e incluir los aspectos sociales, culturales, políticos, económicos y ambientales, desde una perspectiva inter sectorial. No obstante, un asunto crítico radica en la necesidad que los gobiernos, además de aceptar los impactos positivos de la agroecología, implementen políticas públicas en su apoyo. EL CIP evalúa que el simposio fue una gran oportunidad

Los simposios continúan generando oportunidades para fortalecer los vínculos entre los diferentes actores involucrados en la Agroecología.

Destacados

Destacados 1

Fragmentos editados de la Declaración del Foro Internacional de Agroecología

Nyéléni, Mali, 27 de febrero de 2015

Somos delegadas/os en representación de distintas organizaciones y movimientos internacionales de productoras/es y consumidoras/es a pequeña escala, entre los que se encuentran campesinas/os, Pueblos Indígenas, comunidades, cazadoras/es y recolectoras/es, familias de agricultoras/es, trabajadoras/es rurales, ganaderas/os y pastoras/es, pescadoras/es y movimientos urbanos. Juntos, los distintos sectores que representan nuestras organizaciones producen un 70% de los alimentos consumidos por toda la humanidad. Ellos son los principales inversores del sector agrario, así como los principales proveedores de empleo y de medios de subsistencia del mundo.

En 2007, muchas/os de nosotras/os nos reunimos aquí en Nyéléni, en el Foro para la Soberanía Alimentaria… De igual forma, nos hemos reunido en el Foro de Agroecología 2015 para enriquecer el concepto de Agroecología mediante el diálogo entre los diversos pueblos productores de alimentos, consumidores, comunidades urbanas, mujeres, jóvenes y demás agentes. Hoy, nuestros movimientos, organizados a escala global y regional en el Comité Internacional de Planificación Internacional para la Soberanía Alimentaria (IPC), han dado un nuevo paso histórico.

Construir desde el pasado, mirar hacia el futuro

Nuestros sistemas de producción ancestrales se han desarrollado a lo largo de los siglos y durante los últimos 30 a 40 años este método ha dado en conocerse con el nombre de Agroecología. Nuestra Agroecología incluye una práctica y producción eficaces, implica procesos directos entre agricultoras/es a escala territorial, escuelas de formación y la elaboración de constructos teóricos, técnicos y políticos sofisticados.

Nuestras diversas formas de producción de alimentos a pequeña escala basadas en la agroecología generan conocimientos en lo local, fomentan la justicia social, promueven la identidad y la cultura y fortalecen la viabilidad económica de las áreas rurales.

La Agroecología significa afrontar juntas/os el ciclo de la vida, y esto implica también afrontar juntas/os el ciclo de luchas contra la apropiación de tierras y la criminalización de nuestros movimientos.

Superar múltiples crisis
El sistema de producción alimentaria industrial es el motor principal de las múltiples crisis climatológicas, alimentarias, medioambientales y de salud pública, entre otras. El libre comercio y los acuerdos de inversión corporativa, los acuerdos de resolución de litigios entre inversores y Estados y otras soluciones falsas tales como los mercados del carbón y el creciente financiamiento de la tierra y los alimentos, etc., han agravado dichas crisis.

Contemplamos la Agroecología como un modo fundamental de resistencia a un sistema económico que sitúa el beneficio económico por delante de la vida.

La Agroecología en una encrucijada

La presión popular ha propiciado que múltiples instituciones, gobiernos, universidades y centros de investigación, algunas ONG y demás organizaciones, finalmente reconozcan la importancia de la «Agroecología». Pese a todo, estas han tratado de redefinirla como un conjunto exiguo de tecnologías, para ofrecer así algunas herramientas que aparentan mitigar la crisis de sostenibilidad de la producción alimentaria industrial, mientras las estructuras existentes de poder permanecen incólumes. Esta cooptación de la Agroecología para afinar el sistema alimentario industrial, al tiempo que sus propulsores se llenan la boca con un discurso de tinte ecológico, ha recibido diversos nombres, tales como « agricultura adaptada al cambio climático», «intensificación sostenible» o «ecológica», producción industrial en monocultivo de alimentos «orgánicos», etc. Nosotros no reconocemos estas prácticas como Agroecología: las rechazamos y lucharemos para desenmascarar y detener su apropiación insidiosa del término.

Las soluciones reales a las crisis climáticas, de desnutrición, etc., no pueden partir de un sometimiento al modelo industrial. Debemos transformarlo y construir nuestros propios sistemas alimentarios locales que propicien vínculos entre el medio rural y el urbano, y se basen en una verdadera producción de alimentos agroecológicos por parte de las/os campesinas/os, pescadoras/es artesanales, pastoras/es, Pueblos Indígenas, agricultoras/es urbanas/os, etc. … Nosotras/os contemplamos [la Agroecología] como una alternativa esencial a ese modelo y como el medio para transformar la manera en que producimos y consumimos los alimentos en algo mejor para la humanidad y para nuestra Madre Tierra.

Nuestros pilares y principios comunes de Agroecología
Las prácticas de producción de Agroecología se basan en principios medioambientales como la fabricación de vida en el suelo, el reciclado de nutrientes, la gestión dinámica de la biodiversidad y la conservación de energía en todas las escalas. La Agroecología disminuye drásticamente nuestro uso de materias adquiridas externamente que sólo se pueden comprar a la industria. No utiliza agrotoxinas, hormonas artificiales, transgénicos u otras tecnologías nocivas.

Los territorios locales son un pilar fundamental para la Agroecología. Los pueblos y comunidades tienen derecho a conservar los vínculos espirituales y materiales con sus tierras… Esto implica un reconocimiento pleno de sus leyes, tradiciones, costumbres, sistemas de tenencia e instituciones, y constituye el reconocimiento de la autodeterminación y autonomía de los pueblos.

Los derechos colectivos y el acceso al Bien Común son pilares fundamentales de la Agroecología.

Estos distintos conocimientos y formas de conocer de nuestros pueblos son fundamentales para la Agroecología. Esta se desarrolla a través de nuestra propia innovación, investigación, selección de cultivos y cría de ganado.

El núcleo de nuestra cosmovisión es el equilibrio necesario entre la naturaleza, el cosmos y los seres humanos. Rechazamos la mercantilización de todas las formas de vida.

La autoorganización y acción colectiva son los medios que posibilitan el crecimiento de la Agroecología, la construcción de sistemas alimentarios locales y el desafío al control corporativo de nuestros sistemas alimentarios. La solidaridad entre los pueblos, entre las poblaciones rurales y urbanas, es un ingrediente crucial.

La autonomía de la Agroecología desplaza el control de los mercados globales y propicia el autogobierno de las comunidades. Requiere la remodelación de los mercados para que estos se fundamenten en los principios de economía solidaria y en la ética de la producción y el consumo responsables.

La Agroecología es política; exige que desafiemos y transformemos las estructuras de poder en la sociedad. Debemos poner el control de las semillas, la biodiversidad, la tierra y los territorios, el agua, el conocimiento, la cultura y el Bien Común en manos de los pueblos que alimentan al mundo.

Las mujeres y sus conocimientos, valores, visión y liderazgo son capitales para poder avanzar. Con demasiada frecuencia no se reconoce ni se valora su trabajo. Para que la Agroecología alcance su máximo potencial, debe haber una distribución equitativa del poder, de las tareas, de la toma de decisiones y de la remuneración.

La Agroecología propiciar un espacio radical para que los jóvenes contribuyan a la transformación social y ecológica que está en marcha en muchas de nuestras sociedades. La Agroecología debe crear una dinámica territorial y social que facilite oportunidades para la juventud rural y valore el liderazgo de las mujeres.

La declaración completa aquí.

Destacados 2

La agroecología en una encrucijada: entre la institucionalidad y los movimientos sociales

La agroecología está de moda. De ser ignorada, menospreciada y excluida por parte de las grandes instituciones que gobiernan la agricultura en el mundo pasó a ser reconocida como una de las alternativas para enfrentar las graves crisis ocasionadas por el modelo de la revolución verde. Se trata, sin duda, de un hecho sin precedentes, que puso a la agroecología en una disyuntiva: ceder ante la cooptación y captura, o aprovechar la apertura de las oportunidades políticas para avanzar en la transformación del modelo agroextractivista hegemónico. Aunque las instituciones no son monolíticas, y existen debates internos, el panorama podría verse como una lucha que tiene como protagonistas a dos bandos. El primero, conformado por las instituciones oficiales de los gobiernos, agencias internacionales y empresarios privados, y el otro, el de los distintos movimientos sociales defienden la agroecología como la única opción viable para transformar radicalmente el sistema agroalimentario imperante.

Este escenario ha hecho evidente la manera como el capitalismo verde ha descubierto la agroecología como medio para incorporar la agricultura campesina, sus territorios y sus prácticas agroecológicas a los circuitos globales de acumulación. Su objetivo es mercantilizar las semillas y la agrobiodiversidad; despojar los saberes agroecológicos de los campesinos y comunidades indígenas; insertar mayor diversidad agrícola a los mercados de alimentos, la industria cosmética, y farmacológica; incrementar los beneficios derivados de los bonos de carbono y la conservación neoliberal mediante arreglos agroforestales; y lucrar por la ampliación de los mercados de productos orgánicos industriales, que pronto serán renombrados como agroecológicos en las grandes superficies. Pero también es una excelente ocasión para que el agronegocio haga adecuaciones técnicas y enfrente así su tendencia a degradar sus condiciones de producción, incrementar sus costos y a reducir su productividad.

Mediante las clásicas estrategias del desarrollo se pretende someter los saberes de los pueblos imponiendo dependencias al sistema que desde ahora intentará proveer servicios agroecológicos a través de los Estados, ONG oportunistas, transnacionales, y proyectos de fundaciones y organizaciones internacionales. Se debe tener todo el cuidado de no caer en la ingenuidad de creer que al fin se han abierto las puertas para transformar la estructura agraria mundial hacia la agroecología, y por el contrario los movimientos sociales deben permanecer alertas, para evitar que con los ensayos de institucionalización se creen dependencias a los programas y proyectos públicos, lo que puede generar una burocratización generadora de demagogias deshabilitantes.

Estamos en una coyuntura de la que los movimientos no pueden desentenderse. De hecho, abstenerse de hacer parte de las discusiones es dejar libre el camino para que el capital encuentre salidas a la crisis crónica sobreacumulación mediante el despojo, mientras reestructura temporalmente sus condiciones de producción. Pero ante todo, es una inmejorable ocasión para que durante el rechazo a los intentos de apropiación, se reacomoden las fuerzas, se reinventen los postulados de lucha, se actualicen las formas de resistencia, se reagrupen organizaciones dispersas, y se redefina el sentido de las alternativas.

Al final una de las mayores contradicciones del capital, es que en sus intentos de engullirlo todo; en sus afanes por insertar cada reducto espacial y humano a sus circuitos de acumulación, acaba por reforzar las luchas de los pueblos, teniendo el efecto antagónico de robustecer la movilización, al tiempo que los pueblos se reapropian de su patrimonio natural, revalorizan sus culturas, y redoblan sus esfuerzos por construir procesos sociales efectivos de territorialización de la agroecología.

El artículo completo puede verse acá.

Boletín núm. 28 – Editorial

La Agroecología en una encrucijada

La Agroecología como resistencia y transformación: La soberanía alimentaria y la Madre Tierra

Ilustración : Logo Escuela Campesina Multimedia

De repente, la Agroecología se puso de moda, desde los movimientos sociales de base hasta la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), los gobiernos, las universidades y las corporaciones. Pero no todas las partes tienen la misma idea en mente sobre qué es la Agroecología. Mientras las instituciones y corporaciones dominantes han marginalizado y ridiculizado por años la Agroecología, hoy intentan capturarla. Quieren apropiarse de lo que les es útil – es decir, la parte técnica y usarla para pulir la agricultura industrial, mientras se ajustan al modelo del monocultivo y al dominio del capital y las empresas en las estructuras de poder. Los movimientos sociales, por otro lado, usan la Agroecología para desafiar los actuales esquemas de poder – como lo son la concentración de tierra y los monopolios – y usan la Agroecología para resistir los múltiples ataques a la vida en las zonas rurales y sobre la Madre Tierra, al igual que como una herramienta para la transformación social, económica, cultural, política y ecológica de las comunidades y los territorios. Su Agroecología es meramente técnica, la nuestra es política.

La Agroecología se ha convertido en un territorio en disputa. Es esencial construir un consenso entre los movimientos de nuestros pueblos sobre qué significa para nosotros, sobre qué estamos defendiendo. Es por eso que celebramos el Foro Internacional de Agroecología en Nyéléni, Mali en febrero de 2015, y por lo cual hemos venido discutiendo la Agroecología en las últimas series de los foros de Agroecología organizadas por la FAO en Roma, las Américas, Asia, África, China y Europa, inclusive mientras construimos activamente la Agroecología en nuestros territorios.

Peter Rosset, La Via Campesina y Martín Drago, Amigos de la Tierra Internacional