Voces desde el campo

Latín América y Caribe – Alianza

Las noches son sagradas para la reunión de mi pueblo Kuna en Panamá, allí nos nutrimos de la historia oral, de las luchas de otros pueblos por su libre-determinación, allí nos abrazamos con el universo y nos organizamos para la Defensa de la Madre Tierra. Nyeleni es la Asamblea de los Pueblos por la soberanía alimentaria, compartimos las luchas globales, nos nutrimos con la fuerza de los pueblos y los abrazos de hermanas y hermanos de otros continentes. Los problemas siguen siendo los mismos desde hace más de 500 años, la lucha por la vida, el agua, el territorio, tienen otros nombres y otras formas, pero sigue siendo los mismos problemas en donde cada generación debe enfrentarlas con nuevas estrategias y tácticas. El proceso de Nyeleni es una oportunidad de articulación entre diversas organizaciones enfocadas a la defensa de la Madre Tierra y de la soberanía alimentaria de los pueblos. Ahora resulta sumamente importante tejer alianzas y el trabajo organizativo ante la amenaza de megaproyectos y proyectos extractivos asimismo para definir rutas para sobrellevar los impactos de la COVID 19.

Como toda noche estrellada con luna o sin luna, con el mar agitado y las tormentas que se aproximan, las aldeas Kunas debaten como solucionar algún problema social, cultural o espiritual, de la misma manera el proceso de Nyeleni es un momento en el tiempo para reunir a las hormigas del mundo, cantar, danzar, soñar, comprender que formamos parte de la Madre Tierra, de la abuela mar, del abuelo sol y nos llaman desde sus caracoles para entablar conversación alrededor del fuego entre movimientos sociales y Pueblos Indígenas para organizarnos en la defensa de la Madre Tierra.

Europa y Asia Central – Nyéléni ECA

Nuestro mundo, incluida Europa y Asia Central, está viéndose afectado por una serie de crisis interrelacionadas: conflictos armados y malestar social relacionados con la crisis humanitaria causada por la guerra y la inestabilidad política en muchas zonas de nuestra región. Se trata de una crisis económica que se manifiesta en el aumento de los precios de los alimentos y la energía, y en una mayor vulnerabilidad provocada por la pérdida de empleo, la dificultad de acceso a alimentos sanos y asequibles, la pandemia de la COVID 19 que no remite y la crisis climática constante. La última crisis, provocada por la guerra en Ucrania, que afecta tanto a las personas como al territorio, y repercute sobre las políticas de seguridad alimentaria en la región y fuera de ella. Esta crisis nos ha mostrado el nivel de resiliencia de las comunidades locales y la importancia de los sistemas alimentarios locales, así como el papel central del espacio Nyéléni, que permite que diferentes grupos se unan en solidaridad y trabajen en políticas relacionadas con nuestras luchas.

Al igual que Nyéléni, la legendaria campesina maliense que trabajaba la tierra y alimentaba a su pueblo, los pequeños productores de alimentos de Ucrania (agricultores, ganaderos y pescadores por igual), luchan con valentía para continuar alimentando en tiempos de guerra a las comunidades de su país, que incluso ha asistido a la destrucción de su banco nacional de semillas. Se escribe muy poco sobre esto, y se les presta muy poco apoyo.

La guerra también contribuye a agravar los problemas a más largo plazo, como el cambio climático. La mayoría de las mujeres y los niños de distintas regiones son desplazados internos o han buscado refugio en países europeos. Al mismo tiempo, en Rusia, se sigue reprimiendo a los defensores de los derechos humanos y de los pueblos indígenas.

 El proceso de Nyéléni implica, por un lado, influir en las políticas públicas a todos los niveles, y por otro, crear movimientos sociales independientes. Los movimientos sociales de las distintas circunscripciones se reúnen a través de este trabajo en apoyo intersectorial. El proceso también incluye un enfoque más amplio, más intersectorial y muy necesario para abordar las profundas y múltiples crisis económicas, sociales y medioambientales en todo el mundo.

CIP – Región de África

Mientras los gobiernos nacionales y el sector privado, a través de la introducción de fertilizantes, plaguicidas, fungicidas y herbicidas químicos, continúan estrechando el espacio de los agricultores familiares para producir lo que comen y comer lo que producen, esto está destruyendo el medio ambiente. Los procesos Nyéléni apoyan la promoción de enfoques agroecológicos que fomentan una producción alimentaria socialmente aceptable, económicamente viable y respetuosa con el medio ambiente, que también protegen el entorno natural. Con esta visión, se fomenta la conservación de la biodiversidad y su protección. El proceso, además, desincentiva que los poderes corporativos puedan inundar nuestros mercados territoriales con alimentos baratos y con comida que pone en riesgo la salud de nuestras familias, además de perjudicar el medio ambiente. La soberanía alimentaria no puede alcanzarse cuando los alimentos, la tierra, las semillas, el pescado y el ganado están en manos de las grandes corporaciones.

El proceso Nyéléni ayuda a evitar la privatización y la mercantilización de las semillas nativas que tiene lugar con la introducción y el uso de OMG, ya sean nuevos o viejos conocidos, en nuestro sistema agrícola y alimentario. Seguimos enfrentándonos al acaparamiento de tierras por parte de grandes corporaciones, a la captura de nuestros mercados territoriales por parte de las empresas y a los desafíos planteados por el cambio climático y otros factores externos como la COVID 19 y otros conflictos.

Creemos que el proceso Nyéléni puede ayudar a los movimientos sociales sobre el terreno a reforzar y fomentar la colaboración y la participación en los diálogos políticos regionales donde se deciden los cambios en las políticas públicas nacionales. Estimular los movimientos y el carácter intersectorial de las luchas puede ayudar a fomentar la justicia agraria, la agroecología y los mercados territoriales. Juntos podemos reforzar la defensa de la tierra, las semillas y el agua para los pequeños productores de alimentos.

CIP Región MENA

En la región del norte de África, la soberanía alimentaria se entiende normalmente como una herramienta de democratización que puede suponer un importante apoyo para la inclusión de las demandas de las poblaciones rurales en relación con las diversas amenazas identificadas. En este caso, la contaminación del agua, la privatización de las tierras rurales y la mercantilización de nuestros alimentos. En cambio, en la región de Oriente Medio, la soberanía alimentaria se ve más desde una perspectiva política, sobre todo por las aspiraciones de los pueblos a la liberación de los territorios ocupados y/o parcialmente ocupados. El nuevo contexto exige hoy, más que nunca, una sinergia entre el discurso y la práctica de la soberanía alimentaria para que los principios se pongan en práctica en el trabajo diario de los actores implicados en la producción, distribución y consumo de alimentos.

Cabe señalar que en las pasadas reuniones de Nyéléni se presentó una visión estratégica en aras de la soberanía alimentaria que reconoce la contribución de las mujeres a la agricultura campesina, pero estos documentos no tienen en cuenta la cuestión de las relaciones de género.

Por otra parte, la soberanía alimentaria debe entenderse como un proyecto político polifacético en constante evolución, cuya sustancia variará probablemente según el tipo de actores colectivos que la reclamen. En este sentido, el proceso Nyéléni puede apoyar a los movimientos sociales de la región MENA para fortalecer la convergencia entre movimientos de diferentes circunscripciones. Esto es clave para garantizar el desarrollo de las capacidades de los movimientos sociales a través de la capacitación de los jóvenes y líderes de los movimientos en torno a la soberanía alimentaria.

CIP Asia y Pacífico

Asia y el Pacífico, donde vive el 60% de la población mundial, se enfrenta a una multitud de problemas en materia de soberanía alimentaria.

En todo el mundo, más de 2.500 millones de pequeños agricultores, pastores, pueblos forestales y pescadores artesanales cultivan, recolectan y cosechan alimentos para el consumo humano. Estos sistemas alimentarios localizados constituyen la base de nuestra nutrición, ingresos, economías y cultura en toda Asia y en el mundo.

La pandemia de la COVID 19 está exacerbando los problemas preexistentes a la seguridad alimentaria, como los impactos del cambio climático, los riesgos de catástrofes, la disminución de los recursos naturales y la degradación del medio ambiente, el uso de OMG, los cambios en los perfiles demográficos y laborales, y el déficit de infraestructuras, entre otros. En el contexto del crecimiento demográfico, la creciente urbanización y los cambios en la cadena de valor de los alimentos y la industria alimentaria, el debate sobre la soberanía alimentaria es crucial.

La pérdida de la capacidad de autonomía y autodeterminación de la población local es una consecuencia directa de la expansión del modelo industrial y heterónomo de desarrollo basado en la producción de mercancías. Nosotros, como CIP, tenemos que afirmar y promover colectivamente los principios y políticas que constituyen la soberanía alimentaria y rechazar los que pretenden insertar aún más los intereses corporativos en nuestros sistemas alimentarios.

La noción de «soberanía alimentaria» quizá se entienda mejor como un proceso de transformación que busca recrear el ámbito democrático y regenerar una diversidad de sistemas alimentarios autónomos basados en la equidad, la justicia social y la sostenibilidad ecológica.

La equidad de género y el respeto a las voces de los más pobres y marginados siguen siendo retos urgentes para el movimiento de la soberanía alimentaria y la sociedad civil en general. El proceso Nyéléni puede fortalecer las organizaciones de mujeres, hombres y jóvenes, de los pueblos indígenas, de los agricultores, de los pastores, de los pueblos forestales, de los migrantes, de los trabajadores rurales y de los pescadores, entre otros.

CIP – Región de Norteamérica  

Los días 5 y 12 de abril de 2022, la Alianza por la Soberanía Alimentaria de Estados Unidos (USFSA) organizó dos consultas en línea para la región de América del Norte (Estados Unidos y Canadá) como parte del proceso Nyéléni. En estas conversaciones participaron voces muy diversas de pequeños productores de alimentos, organizaciones de trabajadores rurales, pueblos indígenas y nativos, activistas académicos y organizaciones de la sociedad civil con e fin de debatir sobre el futuro del movimiento por la soberanía alimentaria y establecer prioridades comunes para hacer frente a las crisis interrelacionadas del sistema alimentario de esta región.

Durante los dos últimos años, la COVID 19 ha puesto al descubierto la fragilidad de las cadenas de valor alimentarias sumamente concentradas de las empresas en Norteamérica, con ganaderos y agricultores que se ven obligados a tirar la leche y destruir las cosechas, trabajadores que enferman por falta de equipos de protección y por la connivencia de las empresas, y el aumento de la inseguridad alimentaria en las comunidades marginadas. Estos problemas, junto con las movilizaciones contra la injusticia racial y el impacto que la crisis climática está teniendo sobre las comunidades rurales, han dado forma a nuevas oportunidades para la solidaridad entre agricultores y trabajadores, la organización sindical, la sensibilización y la inversión en sistemas alimentarios locales resilientes, y la acción política sobre la equidad y la justicia en el sector agrario. En este contexto, los participantes en la consulta hicieron hincapié en la necesidad de organizar el acceso a la tierra, desmantelar los monopolios corporativos, fomentar la agroecología y el derecho a la alimentación, así como reforzar la soberanía de los pueblos indígenas, todo ello desde un enfoque anticapitalista, de justicia racial, antiimperialista y feminista radical.

Desde el primer foro que se celebró en Malí en 2007, las declaraciones políticas y las relaciones surgidas a raíz de Nyéléni han dado forma a la dirección y la fuerza del movimiento por la soberanía alimentaria en Norteamérica, así como a las acciones solidarias fuera de la región. A medida que se desarrolla este trabajo colectivo, el proceso de Nyéléni ofrece un foro dinámico para reforzar el poder rural dentro de nuestras comunidades y con otras distintas, promoviendo los principios de la soberanía alimentaria en nuestros sistemas alimentarios locales y en los espacios políticos internacionales.

Cuadros

Cuadro 1

El derecho a la soberanía alimentaria

El Foro Internacional de la Soberanía Alimentaria celebrado en Sélingué (Malí) en febrero de 2007 fue el inicio del viaje de Nyéléni para construir un movimiento mundial por la soberanía alimentaria. El concepto de soberanía alimentaria fue introducido por La Vía Campesina (LVC) en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, un año después de la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con sus infames acuerdos sobre agricultura, derechos de propiedad intelectual, política industrial, normas e inversiones. Los movimientos sociales, los sindicatos, los activistas y el mundo académico sabían que la «seguridad alimentaria» y el «desarrollo» eran cortinas de humo para camuflar la expansión del poder empresarial a cuyo servicio estaban las normas de la OMC.  Por lo tanto, el llamamiento a la soberanía alimentaria, aparte de ser un rechazo a que las corporaciones y el mercado dominaran alimentos, la agricultura y la economía, era también un grito de guerra para que la gente de todo el mundo reclamara su capacidad de acción y autonomía para construir un paradigma de progreso centrado en los derechos humanos, la justicia y el respeto al planeta.

A medida que el concepto ganaba el apoyo de una multiplicidad de actores, incluido el Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación de Naciones Unidas, LVC se unió a otros movimientos sociales y actores de la sociedad civil para convocar un foro autónomo e internacional para debatir sobre la soberanía alimentaria para diferentes circunscripciones y regiones, basándose en diversas experiencias y contextos vividos.

El primer foro Nyéléni reunió a más de 500 representantes de más de 80 países y numerosos grupos de interés para compartir conocimientos y debatir las múltiples dimensiones de la soberanía alimentaria, desde la tierra y el agua hasta las semillas, la cría y el trabajo, reconociendo el papel central de las mujeres. Estas deliberaciones se resumen en la Declaración de Nyéléni y en la Declaración de las Mujeres por la Soberanía Alimentaria. En Nyéléni, en 2007, empezamos a construir un nuevo derecho: el derecho a la soberanía alimentaria.                          

Cuadro 2

Alianza mundial contra el acaparamiento de tierras

En noviembre de 2011, nosotros, campesinos, pastores, pueblos indígenas y sus aliados, nos reunimos en Nyéléni para compartir nuestras experiencias y luchas contra el acaparamiento de tierras. Acudimos a Nyéléni en respuesta al llamamiento de Dakar, que reclama una alianza mundial contra el acaparamiento de tierras, porque estamos decididos a defender la soberanía alimentaria, los bienes comunes y los derechos de los pequeños productores de alimentos a los recursos naturales.

En aquella reunión señalamos claramente que el acaparamiento de tierras es un fenómeno global dirigido por élites e inversores locales, nacionales y transnacionales, y por gobiernos, con el objetivo de controlar los recursos más preciados del mundo. Las crisis financiera, alimentaria y climática mundiales han desencadenado una carrera entre los inversores y los gobiernos ricos para adquirir y captar tierras y recursos naturales, ya que son los únicos «refugios seguros» que quedan y que garantizan beneficios financieros seguros. Los fondos de pensiones y otros fondos de inversión se han convertido en poderosos actores del acaparamiento de tierras, mientras se siguen librando guerras para hacerse con el control de la riqueza natural.

El acaparamiento de tierras va más allá de las estructuras imperialistas tradicionales Norte-Sur; las empresas transnacionales pueden tener su sede en cualquier parte del mundo. También es una crisis que afecta tanto a las zonas rurales como a las urbanas. Se están acaparando tierras en Asia, África, América y Europa para la agricultura industrial, las plantaciones forestales, la minería, los proyectos de infraestructuras, los embalses, el turismo, los parques de conservación, la industria, la expansión urbana y para fines militares.

Pero no hemos sido derrotados. Gracias a la organización, la movilización y la cohesión de las comunidades, hemos podido detener el acaparamiento de tierras en muchos lugares. Además, la sociedad de nuestros países está reconociendo que la producción de alimentos a pequeña escala es el modelo más sostenible desde el punto de vista social, económico y medioambiental para utilizar los recursos y garantizar el derecho a la alimentación para todos.

Recordando el Llamamiento de Dakar, reiteramos nuestro compromiso de resistir al acaparamiento de tierras por todos los medios posibles, de apoyar a todos los que luchan contra el acaparamiento de tierras y de presionar a los gobiernos nacionales y a las instituciones internacionales para que cumplan sus obligaciones de garantizar y defender los derechos de los pueblos.

Cuadro 3

Foro Internacional de Agroecología – Nyéléni 2015

A fines de febrero de 2015, organizaciones y movimientos sociales de productores a pequeña escala, trabajadores, mujeres, Pueblos Indígenas, consumidores, ambientalistas y de derechos humanos, se reunieron en el Centro de Nyéléni, para acordar una visión multisectorial común sobre agroecología y estrategias para defenderla y promoverla.

Se acordó que la agroecología, es una forma de vida, una forma de producir alimentos, una ciencia y un movimiento para transformar los sistemas alimentarios en pos de la soberanía alimentaria y la justicia social, racial, de género, económica, intergeneracional y ambiental. Se basa en principios similares que se implementan de distintas maneras en la amplia diversidad de territorios.

También se acordó que los pilares fundamentales de la agroecología son: la solidaridad; los territorios locales y el derecho de los pueblos y comunidades a conservar los vínculos espirituales y materiales con ellos; los derechos colectivos y el acceso a los bienes comunes; la organización y la acción colectiva; y los distintos conocimientos y formas de conocer de nuestros pueblos, y el Diálogo de saberes como camino para desarrollar, innovar e investigar.

El foro dejó claro que la Agroecología busca transformar las estructuras de poder en la sociedad, para que los pueblos controlen las semillas, la biodiversidad, la tierra y los territorios, el agua, el conocimiento, la cultura y otros bienes comunes, y asegurar un camino colectivo para avanzar y superar las crisis.

El foro es un hito central del movimiento y sus acuerdos un motor de la ampliación de alianzas para promoción y defensa de la agroecología y la soberanía alimentaria. Lea más aquí.

Destacados

Destacados 1

La coyuntura política actual: ¿por qué necesitamos un nuevo Foro Global Nyéléni?

En las dos últimas décadas, el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) ha trabajado asiduamente junto a las comunidades de pequeños productores de alimentos, pueblos indígenas, consumidores y ciudadanos, garantizando los derechos de los que producen y de los marginados. Hoy en día, los resultados históricos alcanzados por el CIP corren el riesgo de verse eclipsados por la compleja colisión de varias crisis profundas y el consiguiente cambio en el panorama geopolítico que amenaza los principios y valores que el CIP siempre ha defendido y planteado en su búsqueda de la soberanía alimentaria.

La pandemia de la COVID 19 ha puesto de manifiesto las conexiones entre las diferentes luchas por la justicia mundial. Ha exacerbado las desigualdades existentes y ha reforzado los desequilibrios de poder hasta el punto de que muchos países han caído en una profunda crisis social y económica en la que los más vulnerables son los que más sufren. Las voces de las comunidades, que sobre la base de las experiencias existentes de la agroecología y la agricultura familiar campesina, alimentan a la inmensa mayoría del planeta, reclaman un cambio sistémico, deben fortalecerse en una alianza global con los movimientos sociales y los Pueblos Indígenas para abordar esta cuestión urgente, de modo que no quede eclipsada por el problema inmediato de la pandemia de la COVID 19.

En este contexto, el CIP está organizando un nuevo proceso, para que el debate no se produzca solo dentro de los movimientos que luchan por la Soberanía Alimentaria, sino también con una multiplicidad de nuevos movimientos surgidos en diferentes sectores. Este nuevo proceso Nyéléni tiene como objetivo construir respuestas a nivel mundial, regional y local y estrechar alianzas con otros movimientos que comparten la visión y las luchas del CIP, pero que provienen de otros ámbitos: la justicia laboral, la justicia climática, la lucha de las mujeres, por ejemplo. El proceso, en el que el carácter intersectorial es un aspecto clave, recoge las luchas locales sobre el terreno, diferentes pero que se solapan, y las proyecta a nivel mundial, y va a posibilitar la participación de diferentes movimientos a diferentes niveles.

El carácter intersectorial es uno de los aspectos innovadores en el proceso de Nyéléni; el segundo aspecto definitorio es que se centra en el proceso en sí mismo, en lugar de centrarse sólo en el Foro Global final: procura construir todo un proceso que incorpore todo el poder de los movimientos de base. Como fase inicial del proceso, las regiones, los grupos de trabajo y las organizaciones mundiales del CIP realizarán un ejercicio de consulta interna para reflexionar, profundizar y ampliar los principios y conceptos de la soberanía alimentaria en la nueva realidad. Los resultados de estas consultas constituirán la columna vertebral del proceso Nyéléni. Simultáneamente, se buscarán nuevas alianzas con los movimientos sociales que trabajan en diferentes temas: la justicia climática y laboral, los movimientos feministas, los movimientos de los pueblos indígenas, los movimientos negros y los movimientos pacifistas, para crear una convergencia intersectorial hacia propuestas conjuntas dirigidas a un cambio sistémico.

Finalmente, el proceso Nyéléni culminará con el Foro Global Nyéléni, en el que cientos de delegados de todo el mundo debatirán estrategias y soluciones para lograr sistemas alimentarios más justos, inclusivos, sostenibles y diversos, y relanzarán una alianza global capaz de contrarrestar las fuerzas que están empujando al mundo a una crisis más profunda y multidimensional.

Destacados 2

Nyéléni: territorio, proceso y metodología

El Foro Internacional para la Soberanía Alimentaria: Nyéléni 2007 (ver cuadro 1) fue el resultado de un largo proceso regional e internacional de acumulación política intersectorial. Un hito que nos legó principios, un marco político, metodologías y una agenda de acciones para seguir caminando la Soberanía Alimentaria y la defensa de los territorios y de los derechos de los pueblos. Nyéléni también fue el hogar de otros dos procesos internacionales importantes de dicho camino: en 2011, para articular la resistencia al acaparamiento de tierras (ver cuadro 2) y en 2015, para construir una visión multisectorial común sobre agroecología y acordar estrategias para defenderla y promoverla (ver cuadro 3).

Nyéléni es territorio y metodología de nuestro proceso de convergencia multisectorial, que nos ha permitido profundizar análisis y posiciones, visibilizar luchas y resistir su criminalización, fortalecer vínculos de solidaridad, construir acuerdos programáticos y acordar acciones, para transformar los sistemas alimentarios y nuestras sociedades. Un programa común de luchas locales, regionales y globales construido a partir de las experiencias y saberes de los movimientos y organizaciones sociales.

Un proceso cuyo horizonte siempre ha sido acumular fuerzas para fortalecer la movilización popular de resistencia al capitalismo colonial, patriarcal, imperialista y racista, sus falsas soluciones y todas sus formas de explotación, opresión, y mercantilización de la vida, pero también en defensa de los bienes comunes, de la soberanía, derechos y autodeterminación de los pueblos y de la justicia social, racial, de género, económica, intergeneracional y ambiental.

Nuestra metodología tiene en la Solidaridad Internacionalista un principio fundante sobre el que implementar Diálogos de saberes que, basados en la herencia, el patrimonio y la diversidad de pueblos, culturas y luchas, construyan unidad en la acción, a la vez que fortalezcan procesos organizativos territoriales, ya que, sin organizaciones fuertes y articuladas, desde lo local a lo global, no habrá resistencia suficiente al poder del capital y las fuerzas conservadoras, ni trasformaciones sistémicas.

Estos 15 años han sido fundamentales para aumentar la visibilidad de la soberanía alimentaria, la agroecología y la reforma agraria integral, entre otros, en los espacios políticos e instituciones internacionales, regionales y locales, y han motivado a diversos niveles de gobierno a implementar nuestra agenda. También han sido centrales para desenmascarar y denunciar los intentos de cooptación empresarial de nuestras soluciones y para que la Soberanía Alimentaria se haya convertido en objetivo político de diversos movimientos (feminista, por la justicia climática y por la justicia social, entre otros).

Sin embargo, para poder desmantelar el poder del agronegocio y dar una respuesta global al ascenso de las fuerzas de la derecha conservadora, es necesario converger con los pueblos que se enfrentan a diferentes formas de opresión, y con ellos acordar programas y estrategias para la justicia social, racial, de género, económica, intergeneracional y ambiental.

El proceso Nyéléni le ha dado al movimiento por la Soberanía Alimentaria el compromiso para ser un motor fundamental en la construcción de un frente social más amplio con los movimientos feminista, LGBTQI+, sindical, antirracista, de resistencia a la opresión basada en la clase y anticolonialista.

Destacados 3

¡Únase al proceso Nyéléni hacia un nuevo Foro Global Nyéléni para la Soberanía Alimentaria!

El Comité́ Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) es la mayor alianza mundial de productores de alimentos en pequeña escala, que incluye a campesinos, pescadores artesanales, pastores y ganaderos, nómadas, pueblos y organizaciones indígenas, habitantes de los bosques, personas sin tierra, productores urbanos y trabajadores rurales.

El movimiento de soberanía alimentaria ha sido una parte dinámica de la articulación de la transformación y las soluciones; desde su surgimiento como plataforma global de articulación de los movimientos sociales de pequeños productores de alimentos de pequeña escala y de Pueblos Indígenas, ha fortalecido la lucha de los pueblos por el derecho humano a la alimentación, contra el despojo y el acaparamiento de tierras, a logrado incidir en varios procesos internacionales y a dado voz a los pueblos  para la transformación radical de los sistemas alimentarios como fue el histórico foro global por la Soberanía Alimentaria de Nyéléni en 2007.

Hoy en día, nos enfrentamos a crisis superpuestas y profundamente arraigadas: económicas, sociales, democráticas, medioambientales, sanitarias, patriarcales y racistas.

La pandemia de COVID 19 se está convirtiendo en una profunda crisis social y económica en la que los más vulnerables volverán a ser los más perjudicados: sin acceso a la asistencia sanitaria, perdiendo sus empleos e ingresos. En muchas regiones también se avecina una gran crisis alimentaria, ya que la gente no podrá pagar los alimentos.

Las guerras actuales se han convertido en ocasión para las grandes empresas, mediante la especulación aumentan los precios de los insumos para la producción alimentaria; las ETN influyen cada vez más en las instituciones internacionales para recibir políticas públicas y reglamentos favorables, incluidos los órganos y organismos de las Naciones Unidas. A través de la influencia directa del Foro Económico Mundial (FEM) y otros espacios de alto nivel (no gubernamentales) en los procesos políticos, las corporaciones han logrado transformar lentamente los principios y prácticas de gobernanza de instituciones de las Naciones Unidas como la FAO; así como, la aprobación de “áreas naturales protegidas” con el pretexto de la protección de la biodiversidad, para continuar con el despojo de los territorios y recursos y bienes naturales de los Pueblos Indígenas.

Frente a esta situación el CIP propone construir un espacio de intercambio y convergencia entre los movimientos sociales, ya que es un imperativo, en las circunstancias actuales, avanzar en la lucha fortaleciendo alianzas con otros movimientos globales, que propicie la elaboración de estrategias colectivas, la economía solidaria, la protección de los conocimientos indígenas y sus recursos genéticos y,  la acción de   apoyo mutuo para avanzar en nuestra visión de la soberanía alimentaria como pilar del cambio estructural y hacer retroceder al capital global.

Por lo anterior, alentamos a todos nuestros pueblos, movimientos, organizaciones, colectivos, grupos de trabajo, a impulsar los procesos locales y regionales para involucrarse en esta nueva etapa de la lucha por un mundo justo, resiliente, solidario. En esta perspectiva se inscribe el próximo Foro Global Nyéléni para la Soberanía Alimentaria.

Boletín núm. 48 – Editorial

Proceso Nyéléni: Hacia un Foro Global para la Soberanía Alimentaria

Ilustración: Rosanna Morris

Bajo la mirada vigilante de Nyéléni, mujer de África que ha desafiado las reglas discriminatorias, que ha sobresalido por su creatividad y sus rendimientos en materia agrícola, encontraremos la energía para llevar adelante el derecho a la soberanía alimentaria, portador de la esperanza de construir otro mundo. Declaración de las mujeres por la soberanía alimentaria

Mientras el mundo avanza dando tumbos entre una crisis y otra, Nyéléni simboliza la convergencia de nuestras luchas y compromisos para construir un mundo libre de codicia, hambre, explotación, extractivismo, misoginia, racismo, discriminación y violencia. Desde 2007, Nyéléni ha sido un espacio donde nos reunimos para construir estrategias colectivas para avanzar en la soberanía alimentaria, los derechos a la tierra y los territorios, la agroecología y los derechos de todos los pequeños productores de alimentos. Las articulaciones que hemos creadonos handado la fuerza para organizarnos contra el capitalismo, el neoliberalismo, el poder de las empresas, el patriarcado y el ecocidio.

A través de las reuniones de Nyéléni en 2007, 2011 y 2015, el movimiento por la soberanía alimentaria sentó las bases de nuestra postura futura en muchas negociaciones mundiales. Estos eventos y los conceptos nacidos en ellos dieron lugar a las Directrices Voluntarias para una Gobernanza Responsable de la Propiedad de la Tierra, la Pesca y los Bosques, las Directrices Voluntarias para Garantizar la Pesca Artesanal Sostenible en el Contexto de la Seguridad Alimentaria y la Erradicación de la Pobreza, y la aplicación de los Derechos de los Agricultores en el contexto del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura.

Pero en el actual contexto mundial, el movimiento por la soberanía alimentaria no puede lograrlo solo. Para desmantelar el agronegocio y el poder empresarial, así como para dar respuestas integrales a las persistentes crisis sistémicas y al ascenso de las fuerzas de la derecha conservadora, necesitamos converger con las organizaciones populares que se enfrentan a diferentes formas de opresión y amenazas. Colectivamente, podemos proponer verdaderas alternativas para todos y avanzar en la justicia social, de género, racial, económica, intergeneracional y medioambiental. Los encuentros de Nyéléni son, por tanto, esenciales para construir principios, conceptos y estrategias compartidos y reforzados por muchos movimientos de diferentes sectores, al tiempo que defienden a los más vulnerables a nivel local.

CIP por la Soberanía Alimentaria, Focus on the Global South, Amigos de la Tierra Internacional, Crocevia y FIAN