Boletín núm. 9 – Editorial

Acaparamiento de tierras

Ilustración: Anna Loveday-Brow

“Como estemos parados y plantados sobre nuestra tierra, determina la fuerza de los latidos del corazón de nuestros hijos y hijas.” Poolly Koutchak, Unalakleet, Alaska

En abril, el Banco Mundial está organizando de nuevo su conferencia anual sobre la tierra y la pobreza. Será un gran evento que reunirá a la burocracia internacional, representantes de gobiernos, académicos importantes, algunas ONGs y el sector privado. Bajo el título La gobernanza de la tierra es un entorno cambiante, debatirán, entre otros temas,
cómo abordar los desafíos de la gobernanza surgidos de la gran inversión agrícola.
Hablando en plata, cómo puede continuar el sector privado con la apropiación de las tierras y las aguas de los pueblos mientras pretenden que ayudan a los pobres.
También en abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) llevará a cabo un proceso de consulta sobre el mejor uso de los recursos naturales para impulsar los estándares de vida en países en desarrollo. El FMI busca volver a evaluar su asesoramiento político sobre el uso de recursos naturales en el desarrollo debido a la creciente importancia de los
recursos naturales en muchas economías. A pesar de las desastrosas consecuencias, las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) continúan ejerciendo un mandato de facto en la gobernanza internacional de las tierras y los recursos naturales. Este es un papel totalmente ilegítimo. Un pequeño grupo de países ricos que defienden intereses
empresariales y financieros particulares junto con sus tecnócratas que piensan que pueden tomar decisiones sobre nuestras tierras y territorios.

Pero ya empiezan a desafiar este papel dominante: el 9 de marzo, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) completó las negociaciones intergubernamentales de las Directrices voluntarias de la FAO sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional. Con
el éxito de estas negociaciones tras un proceso participativo de casi tres años, el CSA ha demostrado tener la capacidad de reunir negociaciones multilaterales con una participación social amplia para debatir y proponer soluciones a uno de los problemas más urgentes de nuestra época. Las directrices contienen puntos valiosos que ofrecerán ayuda en los esfuerzos de las organizaciones para asegurar el cuidado y el uso de los recursos
naturales para producir alimentos y ayudar a eliminar el hambre abordando las causas principales. El CSA es un nuevo espacio internacional con más normas democráticas que permite que las organizaciones populares desafíen las fórmulas y resoluciones de las IFI.

Éste es el primer paso para democratizar los procesos de toma de decisiones relacionadas con la alimentación y la agricultura a nivel internacional.
Abril también es el mes de las luchas campesinas internacionales. La Vía Campesina ha hecho un llamamiento a todos sus miembros y aliados, movimientos de pescadores, organizaciones de trabajadores agrícolas, grupos medioambientales, organizaciones de mujeres y movimientos de justicia social para ofrecer una resistencia popular masiva hacia el acaparamiento de tierras, el control corporativo sobre la tierra y los recursos naturales, y para defender la agricultura familiar a pequeña escala y la producción alimentaria como el modelo más sostenible social, económica y medioambientalmente en cuanto al uso de recursos y al asegurar el derecho a la alimentación a todos y todas. ¡Pasemos a la acción!

Sofia Monsalve, FIAN Internacional