Cuadros

Cuadro 1

Agricultura urbana y resistencia en Gaza

En los territorios palestinos ocupados, la agricultura urbana y la ganadería han sido siempre un componente importante para la supervivencia de la comunidad y la resistencia a la ocupación [Rami Zurayk, Anne Gough, Ahmad Sourani y Mariam Al Jaajaa, “Food Security Challenges and Innovation: The Case of Gaza (Desafíos e innovación en seguridad alimentaria: El caso de Gaza), High Level Expert Forum: Food Insecurity in Protracted Crises, Roma: 13-14 de septiembre de 2012]. En la Franja de Gaza, los pequeños pero innumerables huertos en las azoteas se han convertido en una necesidad.

La agricultura campesina tradicional en la Franja de Gaza es prácticamente imposible. Este territorio densamente poblado, que alberga una enorme población local y refugiada, está perdiendo constantemente sus terrenos productivos por muchas razones. Con una población actual aproximada de 1,8 millones de personas, la tierra suele perderse debido a las necesidades de expansión de los asentamientos humanos y a la contaminación de los terrenos generada por el funcionamiento deficiente o la inexistencia de sistemas de aguas residuales. El conflicto y los controles de seguridad han perjudicado gravemente o incluso restringido el acceso a terrenos arables. La destrucción causada por la operación “Plomo Fundido” de 2009 y la expansión de una “zona de amortiguación de seguridad” a lo largo de la frontera sudeste con Israel, tuvo como resultado que un 46% de los terrenos agrícolas de la Franja de Gaza quedasen inaccesibles o fuera de producción [FAO y OCHA, “Farming without Land, Fishing without Water: Gaza’s Agricultural Sector Struggles to Survive” (Cultivar sin tierra y pescar sin agua: la lucha por la supervivencia del sector agrícola de Gaza), Mayo de 2010]. La zona de amortiguación contiene un 30% de las tierras arables de Gaza, y anteriormente se utilizaban para diversos cultivos de secano y pastos para el ganado; muchos productores arriesgan su vida intentando acceder a estas tierras, que necesitan desesperadamente. Las recientes ofensivas de Israel en 2012 y 2014 han perjudicado aún más los terrenos arables y la infraestructura agrícola, así como los equipos y otros inputs, ya que Israel les ha impuesto sanciones a la exportación e importación [Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA), Informe sobre la situación de Gaza 88, 16 de abril de 2015].

Con estas limitaciones a la producción tradicional de alimentos, la agricultura en Gaza se ha vuelto más urbana que rural, ya que cada vez resulta más necesario acceder a alimentos seguros y nutritivos, realizar actividades de generación de ingresos, y mejorar la calidad del medio ambiente, los huertos en azoteas han pasado a ser una necesidad crítica y necesaria, así como un modo de resistencia de las personas de Gaza. Las azoteas son algunos de los pocos espacios abiertos que quedan en muchas partes de Gaza, y muchas familias dependen de estos huertos para obtener alimentos básicos, por lo que crían animales pequeños y cultivan alimentos como tomates, pepinos y pimientos. Cuando hay escasez en los mercados, o en épocas de conflicto en que no es seguro salir al mercado o incluso a la calle, muchas familias y vecindarios dependen de lo que pueden obtener de sus azoteas.

El Comité Palestino de Ayuda Agrícola (PARC) ha encabezado las tareas de apoyo y mejora de la agricultura urbana en Gaza, ofreciendo cursos de formación y apoyo a las familias para la creación de huertos domésticos y en azoteas. Numerosas organizaciones internacionales, al reconocer la necesidad crítica de una producción de alimentos en entornos urbanos que satisfaga las necesidades alimentarias, sanitarias y nutricionales, están ahora brindando apoyo técnico para ayudar a las familias de Gaza a cultivar huertos domésticos y comunitarios.

Tras cada ataque israelí que ha sufrido Gaza, a medida que se reconstruyen viviendas y vidas, los huertos también continúan resurgiendo. Los tejados verdes que marcan el paisaje abarrotado de Gaza representan la tenacidad y la resiliencia de la comunidad, y son un claro testimonio de la profundidad de las luchas por la soberanía alimentaria; aquello que los organismos y los estados externos le niegan al pueblo, el pueblo se lo provee por y a sí mismo[[Para más información, ver: Ahmed Sourani, “The Relief and Reconstruction Plans in Gaza Strip: Between the Resilient Development Strategy and Feed to Survive Strategy” (Planes de ayuda y reconstrucción en la Franja de Gaza: entre la estrategia de desarrollo resiliente y la estrategia de alimentación de supervivencia), Informe de trabajo de la ONU, 1 de abril de 2015].

Cuadro 2

Soberanía alimentaria, derecho a la alimentación y sus afectaciones a través de los conflictos de interés

La soberanía alimentaria en la población es uno de los elementos que se encuentra en mayor riesgo, especialmente en México. Para lograr una soberanía alimentaria entre la población se requiere de voluntad política gubernamental, es decir, el Estado está obligado a establecer los mecanismos necesarios para la garantía de este derecho de la población, no sólo desde el consumo sino desde las políticas agrícolas en el campo.

Uno de los elementos que está mermando fuertemente a la población son las violaciones de los derechos humanos, los conflictos de interés y las malas políticas públicas que “arrebatan” a la ciudadanía el poder de decisión en cuanto a qué consumir y la calidad de alimentos que se ofrece a las familias. En las últimas décadas se ha favorecido fuertemente los intereses del sector privado sobre la salud pública a costa de un grave deterioro de salud en la población.

Mucho ha sido debido a la publicidad engañosa, falta de etiquetados adecuados y orientadores para la población o que permitan conocer la procedencia de alimentos básicos como el maíz. Existe un devastador abandono de las políticas agropecuarias a favor de las y los pequeños productores, dando prioridad a las prácticas agroindustriales.
En México las políticas en el campo han sido gravemente transgredidas, sin embargo, la sociedad civil sigue resistiendo a través de demandas imperativas para el pleno ejercicio y cumplimiento de los derechos humanos.

Algunos ejemplos han sido las exigencias de la Alianza por la Salud Alimentaria con el impuesto al refresco e implementación de bebederos de agua potable en las escuelas. Se logró aprobar un impuesto sobre las bebidas azucaradas y la instalación de bebederos en todas las escuelas del país. Ambas iniciativas fueron grandes pasos para la mejorade la salud pública, pero aún se requiere mucho más (presupuesto, seguimiento, evaluaciones apropiadas) y que sean implementadas en su totalidad libres de conflicto de interés.


Otro gran avance para la salud pública fue el lograr detener el cultivo masivo de maíz transgénico en el país. Esto se logró a través de una Demanda Colectiva Ciudadana para la defensa del maíz nativo. Así mismo han surgido iniciativas para la defensa de los territorios y la vida, como las Jornadas nacionales por la defensa de la tierra, el trabajo, el agua y la vida y la Alianza Mexicana contra el Fracking por mencionar algunas luchas sociales importantes [ http://www.hoyquecomierontushijos.org/, http://elpoderdelconsumidor.org/, https://www.facebook.com/pages/Encuentro-Nacional-Defensa-de-la-tierra-agua-y-vida/478188112283948, http://mexicovsgmo.org/, http://alianzasalud.org.mx/, http://nofrackingmexico.org/ ].

Es de carácter imperativo establecer políticas libres de conflicto de interés, basadas en los derechos humanos (especialmente el derecho a la salud, a la alimentación y al agua), que favorezcan a las y los pequeños productores y así lograr hacer accesible a las y los consumidores alimentos nutritivos, frescos y libres de agroquímicos.

Cuadro 3

Construyendo sistemas alternativos de alimentación a través de la agricultura sostenida por la comunidad

URGENCI es la red global de la agricultura sostenida por la comunidad (CSA por sus siglas en inglés) en todo el mundo. Como tal, somos parte del movimiento por la soberanía alimentaria y el proceso Nyéléni Europa. La red se constituyó sobre los principios de la repartición de riesgos y beneficios, y de solidaridad entre productores y consumidores. Hoy en día cuenta con más de un millón de miembros.

Nuestros objetivos clave son: reforzar el papel de los pequeños productores en la cadena alimentaria, relocalizar cadenas alimentarias y la agricultura campesina, y garantizar la solidaridad y que el compromiso con los agricultores siga siendo el eje fundamental de las cadenas de suministro cortas.

Desde la perspectiva del derecho a una alimentación y nutrición adecuadas, un aspecto esencial de las CSA es la participación de miembros marginados de la comunidad a través de una gran variedad de mecanismos. Un ejemplo interesante es la Comunidad Agrícola de Cloughjordan, la famosa ecoaldea irlandesa. Allí se da una escala móvil de pago, en la que los ancianos, los desempleados y los estudiantes pagan menos que quienes tienen trabajo. Y como el sistema se basa en la confianza, se disponen los vegetales de manera que cada uno retira lo que necesita. Esto hace que la gente realmente se plantee cuánta comida necesita, asegura una igualdad en el acceso y desalienta cualquier posible desperdicio. La propia naturaleza de la CSA implica que todo lo que se produce es orgánico – a pesar de que no necesariamente tiene que estar certificado – y que el productor local asegura la máxima frescura del producto en la cadena de consumo. Estos dos factores son clave para la conservación del alto valor nutricional de los alimentos, porque no hay productos químicos y pasa del lugar de cultivo al plato del comensal en un tiempo récord.

Las CSA cubren una amplia gama de productos, y las tendencias actuales apuntan a CSA que generen múltiples productos. La carne siempre es de ganado alimentado con pasto, animales que pastan y pollos criados al aire libre. Otras producciones varían en función del país y siempre es estacional. En algunos casos en Europa se dan acuerdos entre CSA de distintos países, por ejemplo, en el sudeste de Francia, cerca de Toulouse, algunas CSA reciben mensualmente naranjas y aceite de oliva de la vecina España [Puede consultarse un listado de casos de estudio en Hungry for Rights project (2015) Community Based Food System: a collection of case studies and recommendations from Cyprus, France, Italy, Lithuania, Senegal and UK-Scotland].

En China, lugar en que se celebrará la próxima conferencia URGENCI, hay ya más de 500 CSA, a las que pertenecen más de 750.000 familias. Los agricultores allí, como en muchos otros países, son generalmente jóvenes, población neo-rural cualificada, que regresa al campo para estar más cerca y cuidar de sus parientes que envejecen, y para garantizar a sus comunidades el acceso a un alimento sano y cultivado localmente. Usan los terrenos asignados por el Estado y también alquilan tierras comunales complementarias, de esta manera están construyendo sistemas alimentarios como alternativa ante el modelo industrial del agronegocio. Los chinos y otras CSA proporcionan a millones de personas a escala global alimentos orgánicos, seguros y nutritivos cultivados localmente, respetando los principios de la agricultura ecológica. www.urgenci.net

Cuadro 4

13 pasos para una buena nutrición

1. Todas las personas, mujeres y hombres, tienen igualdad de acceso y control sobre los recursos productivos, los trabajos y los salarios.
2. Se garantiza a las mujeres la igualdad en su derecho a estudiar, trabajar y a tener pleno control sobre sus cuerpos y vidas.
3. Las familias y las comunidades garantizan las condiciones para que una mujer pueda ejercer su derecho a amamantar, como primer acto de soberanía alimentaria.
4. Los productores a pequeña escala, las comunidades y los consumidores definen las políticas públicas alimentarias y de nutrición de forma participativa.
5. La industria agroalimentaria, la producción de alimentos a gran escala y el marketing están regulados por el interés público.
6. Se da prioridad a la diversidad de la producción local, a través de los pequeños productores, en sintonía con los principios de la agricultura ecológica.
7. Consume preferentemente productos frescos locales y comida variada, productos de agricultura ecológica, comprados en mercados de productores locales o lugares similares.
8. Cocina tu propia comida, según las recetas tradicionales o creando nuevas.
9. Usa aceite, grasa, sal y azúcar en pequeñas cantidades.
10. Limita el uso de productos precocinados y evita el consumo de alimentos ultraprocesados.
11. Come regularmente, prestando atención, dedicando el tiempo necesario y, en la medida de lo posible, en compañía de familiares o amigos.
12. Sé crítico con el marketing alimentario.
13. Practica deporte habitualmente.