Agroecología en la práctica

Agroecología en la práctica 1

Campesino a Campesino: un modelo para la construcción eficaz de alternativas contra-hegemónicas

Los ejemplos mas significativos de la ampliación de la Agroecología están vinculados a los procesos organizativos, especialmente los que dan un papel protagonista a los campesinos. Para nosotros, la ampliación no implica reproducir de modo lineal modelos preconcebidos, ni hacer que algo pequeño crezca, sino más bien fortalecer y multiplicar muchos procesos pequeños. Para integrar a más personas y territorios en el movimiento agroecológico es fundamental trabajar para la consolidación de las organizaciones campesinas en el desarrollo de sus propios procesos sociales territoriales, y políticos.

Campesino a Campesino es un dispositivo o mecanismo flexible, un conjunto de conceptos/acciones/posibilidades unidos para la agrupación de Agroecologías, la (re)construcción y articulación de territorios y para facilitar la emergencia del campesino como sujeto político. Existe una interrelación e interpenetración permanente de estas tres dimensiones, tanto que es difícil determinar donde acaba una y comienza otra.

Es un proceso cuyos sujetos son co-productores de conocimiento a través del intercambio de ideas, experiencias e innovaciones en torno a la producción agroecológica; en este proceso las innovaciones y los experimentos son sistematizados de modo colectivo y utilizados como ejemplos para motivar a otros y fomentar y expandir la producción agroecológica. Lo normal es que estos procesos estén vinculados a otros ámbitos del aprendizaje o la formación como las escuelas campesinas, (Peasant Schools), que son espacios de organización y articulación política local, nacional e internacional y procesos de “cooperación Sur-Sur”, y ” organización campesina a organización campesina”.

El movimiento Campesino a Campesino para la agricultura sostenible se inició en América Central a principios de los años setenta y actualmente es un movimiento reconocido ampliamente como uno de los mejores modos de desarrollar y promover la Agroecología. Los agricultores comparten información y técnicas, pero también conceptos abstractos de Agroecología, conocimiento y saberes, a través de modelos, demostraciones, juegos, canciones, poemas e historias.

Un caso emblemático es el del movimiento de Agroecología Campesino a Campesino (MACAC) adoptado por la ANAP, Asociación Nacional de Pequeños Agricultores de Cuba, que desempeñó un papel clave en ayudar a Cuba a afrontar la crisis provocada por el hundimiento del bloque socialista en Europa y el fortalecimiento del embargo comercial de Estados Unidos. La Agroecología contribuyó de modo significativo a reforzar la producción de alimentos de los campesinos sin sustancias químicas escasas y caras, comenzando por sustituir las importaciones que dejaron de estar disponibles por insumos más ecológicos, y posteriormente con la transición hacia sistemas agrícolas más más diversos e integrados desde la perspectiva agroecológica. Estas prácticas condujeron a beneficios adicionales, incluyendo la resistencia al cambio climático. El MACAC se basa en la emulación de los campesinos por parte de otros campesinos; es una “pedagogía de la experiencia” y una “pedagogía por el ejemplo”.
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Agroecología en la práctica 2

Mujeres y Tierra en Tayikistán

Zan va Zamin (Mujeres y Tierra) es una organización de base fundada en 1999 por un pequeño grupo de mujeres activistas en Tayikistán, cuyo objetivo es asegurar la tenencia y el acceso a la tierra; la conservación de la biodiversidad y la preservación de los conocimientos tradicionales, y la creación de asociaciones y cooperativas de agricultores.

Hasta la fecha, ha ayudado a más de 1.200 mujeres a obtener títulos de propiedad sobre sus tierras. Tiene guarderías comunitarias y estimula a las mujeres y las y los ancianos en su papel de custodios y transmisores del patrimonio agrícola. Ha ayudado a crear más de 30 bancos de semillas para dar acceso a variedades de semillas a las y los agricultores. Sus doce escuelas de campo producen al menos 1.000 toneladas de verduras al año, mientras que sus huertos y viveros comunitarios suministran arbolitos y mantienen más de 10.000 árboles frutales.

También ha proporcionado a las comunidades locales secadores solares de hortalizas, invernaderos que funcionan con energía solar y hornos de bajo consumo. A través del gran trabajo que realiza, contribuye a crear ecosistemas más resistentes, menos escasez de alimentos, mayor Soberanía Alimentaria y mejores ingresos locales.
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Agroecología en la práctica 3

Movilización para la innovación institucional

“Este trabajo de tantos años a favor de la Agroecología y de la Soberanía Alimentaria ahora cuenta con un marco legal en Uruguay que permitirá seguir avanzando.”
Silvana Machado, Red Nacional de Semillas Criollas

En diciembre de 2018 el parlamento uruguayo transformó en Ley el Plan Nacional de Agroecología, una iniciativa de productores y productoras familiares agroecológicos y de organizaciones sociales que impulsan la Soberanía Alimentaria en Uruguay.

Este triunfo es el resultado de un extenso proceso de discusión, que se iniciara en la 5ª Fiesta Nacional de la Semilla Criolla en abril de 2014 y que incluyera la realización de diversos seminarios y talleres en el marco de las sucesivas fiestas y encuentros nacionales y regionales de la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas y de la Red de Agroecología.

En el debate parlamentario se subrayó que el sujeto al que apunta esta nueva norma son los productores y productoras familiares de alimentos y su rol en la defensa de la biodiversidad, los territorios y las cuencas hídricas. Asimismo, se destacó el acumulado histórico de más de tres décadas en el accionar desde los territorios tejiendo colectivos de promoción de la Agroecología.

Haber obtenido la aprobación de esta norma otorga una formalidad que resultaba necesaria desde una mirada crítica del sistema agroalimentario en Uruguay y la región, partiendo de la defensa del Derecho a la Alimentación y de la Soberanía Alimentaria.
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Agroecología en la práctica 4

Desde Atelier Paysan a Farm Hack*

“Donde yo vivo, es muy difícil conseguir algo que esté entre un tractor y una paleta. No hay muchas cosas entre los dos. Está bien venir a lugares como este [el evento Farm Hack ] para coger fuerzas e inspirarse. Polinización cruzada, intercambio de ideas, hablar del tiempo. Tantas cosas. Muy útil.”
Kate Collins. Market Gardner, UK

Atelier Paysan, en Francia, y Farm Hack, en el Reino Unido, forman parte de un enfoque liderado por la comunidad, para el desarrollo, modificación, y puesta en común de diseños de herramientas agrícolas, maquinaria y otras innovaciones. Estas iniciativas subraya un enfoque campesino a campesino del aprendizaje y la creación de plataformas donde se reúnen a “hackear”y aplicar su inventiva colectiva al desarrollo de tecnologías adaptadas a sus prácticas agroecológicas. Estas iniciativas luchan por desarrollar la soberanía técnica y tecnológica de los campesinos gracias a plataformas de recursos de código abierto, promoviendo la autonomía de los agricultores y la re-apropiación de los conocimientos y habilidades.

En Atelier Paysan, el campesino a campesino, agricultor a agricultor, e ingeniero-formador a agricultor se produce horizontalmente, pero también a través de una persona de referencia: un ingeniero de la cooperativa. Al final de la formación, cada participante puede volver a su explotación con una herramienta que es capaz de construir, reparar, y en su caso adaptar a sus propias necesidades. Hay más de ochenta fechas de formación disponibles cada año. Las formaciones para auto-construcción duran de 2 a 5 días. Los procesos participativos para la creación de tecnología pueden durar varios meses. Más información aquí.

En Farm Hack normalmente hay dos componentes complementarios: plataforma web y eventos. Cuando los diseños pueden compartirse usando un enfoque de código abierto o creative commons se utiliza una plataforma web. Las innovaciones derivadas de los agricultores se ponen a disposición de los demás miembros de la comunidad, que pueden editarlas. Los eventos Farm hack reúnen a agricultores, cultivadores, fabricantes, ingenieros y programadores de TI para la demostración y la puesta en común de herramientas, habilidades, e ideas a través de demostraciones de campo, talleres prácticos, seminarios, entretenimiento e intercambios culturales. Los dos componentes se unen a través de las herramientas que se demuestran durante los eventos y se cuelgan on-line.
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Estas iniciativas no solo permiten a los campesinos la adquisición de habilidades diversas (por ej. tecnologías adecuadas para la agro-ecología campesina, soberanía tecnológica, innovación de los usuarios, animación de redes socio-técnicas, documentos open source) sino que desempeñan un papel importante en la creación de redes entre la gente, fortaleciendo de este modo los movimientos sociales.

*De https://www.eurovia.org/es/eaken-es/

Cuadros

Cuadro 1

La innovación que no deseamos

El discurso de las soluciones “innovadoras” se impone en distintas esferas políticas, sociales y económicas. En el debate sobre agro-ecología, las grandes organizaciones de agricultores, algunos miembros del sector académico, grandes ONG, filántropos e instituciones estrechamente vinculadas a los intereses del agro-negocio transnacional promueven narrativas “apolíticas”, presentadas como opciones “tres veces ganadoras” por el logro de beneficios económicos, seguridad alimentaria y adaptación y mitigación frente al cambio climático. Persiguen incorporar determinadas prácticas agroecologicas en el modelo agro-industrial dominante y a la vez mantener las características estructurales y las dependencias que han conducido a la crisis mundial actual.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la International Agri-Food Network, “la agro-ecología es el estudio de la relación de los cultivos agrícolas y el medio ambiente”. Efectivamente, el Comité Consultivo Económico e Industrial de la OCDE (BIAC/OCDE) define estrechamente la Agroecología como una disciplina científica que surgió en los años sesenta, y a la vez se critica a los que la sitúan como un sistema de producción agrícola basado en prácticas específicas, o como un movimiento político o social. Su argumento: “esta variedad puede producir confusión y distraer de los debates sobre cómo alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”. Finalmente abogan “por una mezcla de prácticas, herramientas y tecnologías adaptadas a cada situación”, incluyendo la agricultura de precisión y otros “enfoques innovadores”.

La consecución de los ODS no es nuestra meta definitiva como sociedad. Si realmente queremos construir un mundo justo para las generaciones actuales y futuras tenemos que aspirar a cambios estructurales más profundos. Por ejemplo, tienen que quedar claro que si todo sigue como hasta ahora el mundo no logrará la meta de los ODS de erradicar la pobreza para 2030.

Hemos de tener cuidado ante las múltiples re-interpretaciones del concepto por parte de distintos actores y grupos de interés. La Agroecología y la agricultura industrial no son conceptos ni prácticas intercambiables y no pueden coexistir. Representan dos visiones radicalmente distintas del desarrollo, el bienestar y la relación entre el ser humano y medio ambiente en el que vive.

Cuadro 2

Propuestas que rechazamos

Digitalización de la agricultura: El próximo boletín Nyéléni se dedicará a esta preocupante estrategia del agro-negocio.

Agricultura climáticamente inteligente; insistir en seguir como hasta ahora (business as usual): La FAO empezó a hablar de “agricultura climáticamente inteligente” (ACI) en 2009 como una forma de introducir la agricultura – con su papel en la mitigación, adaptación y seguridad alimentaria – en las negociaciones climáticas [Ver la nota de prensa de la FAO, “Promover la agricultura climáticamente inteligente”, con motivo del lanzamiento de su informe, Food Security and Agricultural Mitigation in Developing Countries: Options for Capturing Synergies (2009). Posteriormente la FAO ha dedicado dos conferencias a la agricultura climáticamente inteligente, organizadas junto con el Banco Mundial y un grupo reducido de gobiernos en 2010 y 2012]. La Alianza Mundial por una Agricultura Climáticamente Inteligente (GACSA)[Lista de miembros, solamente en ingles], lanzada en 2014, incorpora a gobiernos nacionales, grupos de presión del agro-negocio (que representan en su mayoría a la industria de los fertilizantes) [El 60% de los miembros del sector privado de la alianza representan a la industria de los fertilizantes (GRAIN, 2015; CIDSE, 2015). “Los seis grandes (Big Six: BASF, Bayer, Dow, DuPont, Monsanto, Syngenta) son los motores de la agricultura industrial. Estas empresas poseen retornos colectivos de más de 65.000 millones en agroquímicos, semillas y rasgos biotecnológicos y controlan dos tercios del mercado mundial de agroquímicos y el 63% del mercado comercial de semillas” (ETC Group, 2016).], a la mayor red mundial de científicos agrícolas del sector público – el Grupo Consultivo sobre Investigación Agronómica Internacional (CGIAR) – universidades y ONG. Too big to feed , un informe del Grupo Internacional de Expertos sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES-FOOD) en 2017 muestra que las transnacionales agroquimicas y sus grupos de presión están fuertemente representados en las principales alianzas e iniciativas que promueven la agricultura climáticamente inteligente en la actualidad. La ACI es el clásico ejemplo de arreglo tecnológico para afrontar un problema creado por un fracaso tecnológico de la biotecnología (cultivos tolerantes a los herbicidas), y un nuevo modo de mercantilizar la naturaleza y apropiarse de ella. Más aún, aunque afirma utilizar enfoques agroecológicos (por ej. agroforestales), la ACI no excluye prácticas ni tecnologías que pueden menoscabar estos enfoques o que son incompatibles con ellos.
Para más información aquí.

Intensificación sostenible: Aunque el término “intensificación sostenible” existe desde hace dos décadas, hace poco que se utiliza de modo generalizado y que se ha incorporado también a la agricultura climáticamente inteligente. Originalmente se concibió como un enfoque basado en tres premisas fundamentales sobre seguridad alimentaria y producción agrícola en el siglo XXI: 1) el mundo debe producir muchos más alimentos en las próximas décadas para alimentar a una población en crecimiento; 2) la base de tierras de labor no puede ampliarse de modo significativo; y 3) la producción agrícola debe volverse más sostenible y eficiente en materia de recursos para salvaguardar el capital natural del que depende la agricultura. Consideradas conjuntamente, estas tres premisas implican que debe intensificarse la producción agrícola sobre las tierras cultivables actuales para asumir la creciente demanda de un modo que no se perjudique al medio ambiente. No obstante, la primera premisa ignora la evidencia, que la FAO y muchos otros han puesto de manifiesto, de que en lugar de medidas para el aumento de la producción, que se vincula con el enfoque fuertemente criticado de la “economía verde”, es importante adoptar medidas de redistribución de los alimentos y de reducción de los residuos.
Más información aquí.

Nuevas herramientas de edición genética: Las nuevas herramientas de edición genética son herramientas que fuerzan rasgos genéticamente modificados en poblaciones enteras de insectos, plantas, animales y otros organismos. Esta tecnología invasiva representa un intento deliberado de crear una nueva forma de contaminación genética. Estas nuevas herramientas de edición genética pueden producir la extinción de especies y socavar la alimentación y la agricultura sostenibles y justas.

Aquí la carta firmada por líderes del movimiento en favor de la alimentación de todo el mundo: y aquí el informe del Grupo ETC Exterminadores en el campo.

CropLife International: Se trata de una red mundial, “la voz y los principales defensores de la industria fitosanitaria”, que cuenta entre sus miembros con BASF, Bayer y Syngenta[[croplife.org/about/members/ (solamente en inglés)]], identifica los seis elementos principales de la Agroecología desde una visión que solo menciona a los agricultores como meros receptores de apoyo técnico y usuarios de tecnología y productos biotecnológicos, ambas cosas ofrecidas por estas empresas (solamente en inglés).

Mega-fusiones: Algunos actores celebran el repentino aumento de las mega-fusiones en el sector del agro-negocio y la consolidación de la concentración empresarial en toda la cadena alimentaria industrial (semillas, agro-químicos, fertilizantes, genética ganadera, farmacéutica animal y maquinaria agrícola) como algo que crea un clima de dinámica de innovación. No obstante, aunque el sector gasta mucho en I+D (7000 millones de dólares en 2013), su alcance sigue siendo reducido. La industria se centra en cultivos y tecnologías con mayores retornos comerciales; por ejemplo, el 40% de la investigación privada sobre cultivos se concentra en uno, el maíz. Además, la tendencia común a las grandes empresas es la compra de marcas emergentes “saludables” o “sostenibles” para colmar sus lagunas de innovación en este sector, perjudicando la innovaciones y comprometiendo el compromiso con la sostenibilidad de estas empresas más pequeñas.
Más información en inglés.

Cuadro 3

El proceso FAO sobre Agroecología

El proceso FAO sobre Agroecología, que se inició en septiembre de 2014 e incluyó dos simposios internacionales (2014 y 2018), varios seminarios y reuniones regionales (2015 y 2016) y una reunión entre la FAO y el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CPI) y sus aliados (2017), ha permitido que las organizaciones y los movimientos sociales que promueven la Soberanía Alimentaria dirijan nuestras propuestas y demandas en materia de Agroecología a espacios de dialogo con gobiernos, instituciones internacionales, sector académico y otras organizaciones sociales.

No obstante, la FAO es un monstruo de sesenta cabezas y hay un intento permanente de interrumpir los avances en Agroecología. Un ejemplo de ello fue la intención de “calcar” el proceso de Agroecología con bioetecnologías agrícolas en 2016 y 2017. La presión de los movimientos y organizaciones sociales, unidos en IPC, consiguió parar este proceso, pero los mismos actores dentro de la FAO consiguieron abrir otro frente, promoviendo el discurso según el cual la necesaria innovación en agricultura es el modo de salir de la crisis alimentaria, medioambiental y climática mundial.

En este contexto, se introdujo el tema en el orden del día de la Comisión de Agricultura de la FAO (COAG), que se celebró del 1 al 5 de octubre de 2018 y en un simposio internacional sobre innovación para la Agricultura los familiar que tuvo lugar en Roma a finales de Noviembre de 2018.

Se ha incidido enormemente en el fomento de la innovación (entendida fundamentalmente como innovación tecnológica) para lograr la agricultora sostenible y para que los sistemas alimentarios se adapten al cambio climático. La innovación será un marco muy relevante en los próximos años. En este marco, la mayoría de los gobiernos recalcaron el papel clave de las inversiones del sector privado, ignorando completamente que los productores de alimentos a pequeña escala son los primeros y más importantes inversores en agricultura y que son los actores clave que han estado innovando durante siglos. No obstante, ante las presiones de los movimientos sociales, la COAG reconoció en 2018 que “la innovación no es un fin en sí [y] que algunas formas de innovación pueden contribuir a la degradación del medio ambiente, producir distorsiones en los medios de vida o exacerbar las desigualdades. Es importante comprender cuales son los tipos de innovación que deben promoverse, dónde y para quién”.

Actualmente, la FAO está estableciendo, en conversación con las organizaciones de la sociedad civil y el sector académico, un marco analítico para la evaluación multi-dimensional de la Agroecología y unas directrices para su aplicación, de modo que se apoye una toma de decisiones basada en las evidencias en materia de Agroecología.

Para las organizaciones y los movimientos sociales que forman parte de la plataforma CIP, para paliar las lagunas existentes en materia de científica y de evidencias sobre Agroecología, y para ampliar la Agroecología hacia fuera y hacia arriba, debería emprenderse una investigación basada en la acción participativa, en dialogo estrecho con el sector académico comprometido. Debería fomentar la capacidad de los productores de alimentos y de sus comunidades de experimentar, evaluar y divulgar las innovaciones y facilitar el contacto entre los distintos sistemas de conocimiento, conduciendo a soluciones sistémicas y hacia unos sistemas agrícolas y alimentarios realmente sanos, y sostenibles.

Cuadro 4

La Escuela Campesina Multimedia

En Noviembre de 2015, La Vía Campesina Internacional (LVC), La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y el colectivo Komanilel, lanzaron el video curso metodológico virtual “Escuela Campesina Multimedia; una herramienta audiovisual para difundir la agroecología”. El objetivo de este curso es de difundir la agroecologia a nivel mundial. Este instrumento acompaña la creación de escuelas para la formación agroecológica desde lo político, lo técnico y lo metodológico que La Vía Campesina ha establecido en casi todos los países donde tiene miembros. El material multimedia incluye una serie de audiovisuales que quiere facilitar la integración de conceptos y prácticas de la metodología “Campesino a Campesino” (CaC), tomando Cuba como ejemplo exitoso en la difusión de la agroecología.
La Escuela Campesina Multimedia puede ser consultada en línea en español, inglés, francés y portugués en el sitio: http://agroecologia.espora.org

Destacados

Destacados 1

¿Qué innovación se necesita?

Dado que el discurso hegemónico sobre la innovación incluye desde la Agroecología a la biotecnología entre los “enfoques para una agricultura sostenible”, es fundamental reconocer que existen visiones radicalmente divergentes para encarar las crisis mundiales y para definir e implementar procesos y productos innovadores, así como sus actores y beneficiarios centrales.

Las tecnologías, innovaciones y prácticas elegidas hoy determinarán el futuro de los sistemas agroalimentarios [Nos referimos a los diversos elementos que componen los sistemas agroalimentarios (ambiente, personas, insumos, procesos, infraestructura, instituciones, etc.) y al espectro completo desde la pre-producción y la producción hasta el procesamiento, el envasado, el transporte, la distribución, la comercialización, la preparación, el consumo y la gestión de residuos. Este marco también incorpora los insumos y productos asociados a cada una de estas actividades, incluidos los resultados socioeconómicos y ambientales. Basado en GANESAN (2014)] y los medios de vida de los pueblos en todo el mundo. Por lo tanto, es crucial que las y los responsables de la toma de decisiones, las y los productores de alimentos y otros actores se planteen las preguntas adecuadas para guiar sus decisiones.

En ese sentido, la innovación no debe consistir únicamente en ofrecer una tecnología o una caja de herramientas de la cual se selecciona unos pocos elementos, o centrarse únicamente en la productividad. La innovación debe centrarse especialmente en los procesos sociales, económicos, culturales, ecológicos, medioambientales, institucionales, organizativos y de políticas públicas.

Para que una innovación reconfigure los sistemas agroalimentarios y contribuya a su sustentabilidad, debe desarrollarse sobre la base de un enfoque integral y multidisciplinario para un cambio sistémico que impacte positivamente en la vida de los pueblos. Además, innovar para transformar estos sistemas no se trata sólo de introducir innovaciones nuevas, revolucionarias o perturbadoras, así como nuevas necesidades, mercados y espacios de aplicación: implica la adaptación o evolución, y la mejora y/o expansión sustancial de las técnicas y prácticas ya existentes.

Evaluar las innovaciones en los sistemas agroalimentarios es un reto, y requiere el desarrollo de un marco y un conjunto de indicadores, y/o análisis de escenarios, para medir las características de una innovación y sus impactos en la sustentabilidad de estos sistemas, y ayudar a informar opciones y acciones estratégicas. Para contribuir a desarrollar dicho marco, aquí planteamos un conjunto no exhaustivo de 13 criterios interconectados.

i. Dimensiones sociales, económicas e institucionales. Se debe evaluar si las innovaciones:
– promueven la participación popular en la toma de decisiones, la gestión de los bienes naturales y en los procesos de seguimiento y evaluación, asignándole un papel destacado a las y los más vulnerables y marginados.
– construyen la justicia social y económica, fortaleciendo la inclusión económica y la cohesión social para mejorar los medios de vida y reducir activamente las desigualdades, fomentando y consolidando las relaciones y la solidaridad entre las zonas rurales y urbanas y entre las generaciones, y apoyando modelos sociales y públicos de propiedad y gestión.
– contribuyen a erradicar del hambre, garantizando el acceso equitativo y un suministro de alimentos suficiente que a su vez contribuya a reforzar la autosuficiencia alimentaria.
– fomentan el consumo de alimentos diversos, nutritivos e inocuos para dietas saludables, diversificadas, culturalmente apropiadas y sustentables.
– benefician a las y los pequeños productores de alimentos y
las y los trabajadores, creando condiciones de vida dignas, implementando la participación efectiva en la toma de decisiones y reconociendo y preservando sus conocimientos.
– construyen la Justicia de género y respeten la diversidad, reconociendo y valorando el trabajo productivo y reproductivo de las mujeres, promoviendo la igualdad de derechos y acceso a los recursos, y la participación efectiva en la toma de decisiones y contribuyendo a erradicar todas las formas de violencia y opresión contra las mujeres.

ii. Aspectos ambientales. Se debe evaluar si las innovaciones:
– son eficaces, reduciendo al mínimo la pérdida de alimentos, los desechos y el transporte que interviene en la producción y distribución de alimentos, así como los efectos ambientales conexos mediante sistemas alimentarios localizados o re-localizados.
– contribuyen la justicia energética, al considerar los sistemas y tipos de producción, distribución y consumo de energía para crear, desplegar y operar la innovación, minimizando los impactos sociales y ambientales de la energía y asegurando un acceso justo y suficiente a la misma.
– contribuyen la justicia ambiental, considerando: los impactos ambientales a corto y largo plazo derivados su uso, más allá de su vida útil; su capacidad de preservar la biodiversidad y el agua; e incluyendo los aspectos laborales de la innovación en la producción de alimentos y los problemas de las y los trabajadores agrícolas migrantes.
– contribuyen la justicia climática, encarando las causas estructurales del cambio climático debidas a los sistemas agroalimentarios, para fortalecer la resiliencia de los pueblos frente a futuras crisis.

iii. Aspectos del proceso de implementación. Se debe evaluar si las innovaciones:
– estarán disponibles y asequibles, para todas las personas e instituciones a todos los niveles y en todos los territorios.
– son útiles, usables y sostenibles en el tiempo, al ser eficaces a corto y largo plazo en el cumplimiento de la tarea para la que está prevista.
– tienen efecto multiplicador, para lograr su adopción generalizada a todos los niveles y en todos los territorios, con impacto positivo.

Para que una innovación sea considerada social, cultural, ambiental, política y económicamente aceptable, debería tener en cuenta y cumplir al menos la mayoría, si no todos, estos criterios.
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Destacados 2

Porque apoyar a la Agroecología

La Agroecología es un enfoque de múltiples dimensiones, basado en el conocimiento y los modos de vida de los campesinos y los pueblos indígenas, que se fundamenta en sus respectivos entornos natural, social y cultural [Para saber más sobre Agroecología consulte el Boletín Nyéléni núm. 20 ]. Se trata de un concepto vivo que sigue evolucionando a medida que se adapta a realidades únicas y diversas. Proporciona un marco coherente que conceptualiza estas practicas y sus efectos (y el modo en que se refuerzan mutuamente), y una comprensión holística de nuestro lugar en los ciclos naturales y del modo en que los sistemas alimentarios deben adaptarse a los sistemas bioculturales de los que dependen al tiempo que los restauran.

Incluye una visión a largo plazo y va más allá de la producción agrícola porque abraza y transforma todo el sistema alimentario. Es una herramienta de lucha y resistencia para la construcción de la Soberanía Alimentaria de los pueblos (MST – en portugués). Convoca a cambios de paradigma en múltiples frentes, incluyendo en investigación, consumo, y normativa, con el fin de lograr la Soberanía Alimentaria para las comunidades rurales y urbanas. Por todo el mundo, la Agroecología garantiza la diversidad de alimentos y culturas alimentarias adaptados a sus respectivos medios social y natural.

Además, existen datos convincentes con respecto a la capacidad de la Agroecología de aumentar de modo significativo los rendimientos para los que más los necesitan, a saber, los productores marginalizados de alimentos que subsisten en regiones que dependen de la lluvia, sin que se necesiten infraestructuras onerosas e intensivas en recursos como el regadío y las semillas de las multinacionales.

Los productores de alimentos a pequeña escala, especialmente el campesinado y la agricultura familiar, son los primeros innovadores en agricultura y lo han sido desde hace miles de años. Son los principales diseñadores de los sistemas agrícolas agroecológicos, incluidos los agroforestales y los que han integrado el ganado con los cultivos y los árboles, y los principales fitomejoradores del mundo. En comparación con ellos la contribución de las instituciones de investigación y del sector privado es minúscula. Especialmente cuando consideramos los sistemas agroecológicos y las variedades de cultivos y las razas de ganado adaptados a las condiciones locales. Los procesos de innovación que deben recibir apoyo son estos procesos de iniciativa y desarrollo campesino, así como los procesos Campesino a Campesino que estimulan la innovación agrícola y la puesta en común de resultados.

Existen innumerables métodos agrícolas basados en la ecología que ha desarrollado no menos del 75% de los dos mil millones de productores a pequeña escala, en su mayoría mujeres, en los 500 millones de pequeñas explotaciones agrícolas que alimentan al 70 – 80% del mundo. La mayoría de los alimentos que se consumen actualmente procede de los 2,1 millones de variedades de plantas cultivadas por los campesinos. En conclusión, la Agroecología es el enfoque innovador que debe recibir apoyo; una Agroecología que practican los productores de alimentos a pequeña escala, que son los que la han mantenido durante milenios y que se atienen a sus principios.

Para más información:
Innovaciones para sistemas agrícolas y alimentarios sustentables
La Agroecología en una encrucijada, Boletín Nyéléni núm. 28

Boletín núm. 36 – Editorial

Agroecología: innovación real desde y para los pueblos

Ilustración: Instituto Agroecológico Latinoamericano “Tierra del maíz”.

No podemos seguir ignorando la crisis del sistema alimentario industrial. Durante más de una década, un estudio tras otro ha validado los descubrimientos del movimiento por la Soberanía Alimentaria de 2007, a saber, que el sistema alimentario de las agro-empresas está destruyendo la vida. En la actualidad, los gobiernos buscan ansiosamente “innovaciones” a la agricultura para solventar esto. Esperan ser salvados por una nueva Revolución Verde – innovaciones de la ciencia y la tecnología que permitan aumentar la producción sin agotar los recursos o contaminar el planeta. Obviamente este tipo de innovación garantizará que los recursos económicos, genéticos y naturales se mantengan entre las manos del agro-negocio. También mantiene el discurso anclado en el status quo sin reconocer que no es la falta de producción de alimentos la que produce el hambre, sino que es la pobreza, la falta de democracia, la exclusión de los grupos vulnerables, la desigualdad o los obstáculos físicos (por ej. En situaciones de conflicto o de poblaciones desplazadas) para el acceso a los alimentos, a los recursos naturales y a la infraestructura.

Por otra parte la Agroecología en el marco de la Soberanía Alimentaria está siendo reconocida de modo generalizado, y se promueve cada vez más como un enfoque para transformar la agricultura y los sistemas alimentarios y superar los retos que se nos plantean. El movimiento por la Soberanía Alimentaria está sacando a la luz cómo el discurso sobre la innovación es realmente un modo de despolitizar el debate sobre las características que debería tener eI nuevo sistema alimentario – al no establecer criterios sobre los resultados que debe proporcionar la innovación. Es así como se sitúa a la agro-ecología en pie de igualdad junto a los OGM, las nuevas tecnologías de mejora genética, ‘la agricultura climáticamente inteligente’ y intensificación sostenible’. Estos modelos confiscan determinadas prácticas agroecológicas y las combinan con semillas patentadas, plantas y animales transgénicos, monocultivo para el comercio internacional y, lo que es más importante, la misma visión de la acumulación privada de los frutos del planeta de todos y de los trabajadores. En esta edición, analizamos los elementos de la Agroecología tal como se define por parte de los pequeños productores de alimentos que asumen como única innovación la transformación de nuestros alimentos y de la agricultura.

Amigos de la Tierra Internacional
[Esta edición se ha completado con la colaboración del CIP y LVC]