Cuadro 1
La innovación que no deseamos
El discurso de las soluciones «innovadoras» se impone en distintas esferas políticas, sociales y económicas. En el debate sobre agro-ecología, las grandes organizaciones de agricultores, algunos miembros del sector académico, grandes ONG, filántropos e instituciones estrechamente vinculadas a los intereses del agro-negocio transnacional promueven narrativas «apolíticas», presentadas como opciones «tres veces ganadoras» por el logro de beneficios económicos, seguridad alimentaria y adaptación y mitigación frente al cambio climático. Persiguen incorporar determinadas prácticas agroecologicas en el modelo agro-industrial dominante y a la vez mantener las características estructurales y las dependencias que han conducido a la crisis mundial actual.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la International Agri-Food Network, «la agro-ecología es el estudio de la relación de los cultivos agrícolas y el medio ambiente». Efectivamente, el Comité Consultivo Económico e Industrial de la OCDE (BIAC/OCDE) define estrechamente la Agroecología como una disciplina científica que surgió en los años sesenta, y a la vez se critica a los que la sitúan como un sistema de producción agrícola basado en prácticas específicas, o como un movimiento político o social. Su argumento: «esta variedad puede producir confusión y distraer de los debates sobre cómo alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)». Finalmente abogan «por una mezcla de prácticas, herramientas y tecnologías adaptadas a cada situación», incluyendo la agricultura de precisión y otros «enfoques innovadores».
La consecución de los ODS no es nuestra meta definitiva como sociedad. Si realmente queremos construir un mundo justo para las generaciones actuales y futuras tenemos que aspirar a cambios estructurales más profundos. Por ejemplo, tienen que quedar claro que si todo sigue como hasta ahora el mundo no logrará la meta de los ODS de erradicar la pobreza para 2030.
Hemos de tener cuidado ante las múltiples re-interpretaciones del concepto por parte de distintos actores y grupos de interés. La Agroecología y la agricultura industrial no son conceptos ni prácticas intercambiables y no pueden coexistir. Representan dos visiones radicalmente distintas del desarrollo, el bienestar y la relación entre el ser humano y medio ambiente en el que vive.
Cuadro 2
Propuestas que rechazamos
Digitalización de la agricultura: El próximo boletín Nyéléni se dedicará a esta preocupante estrategia del agro-negocio.
Agricultura climáticamente inteligente; insistir en seguir como hasta ahora (business as usual): La FAO empezó a hablar de «agricultura climáticamente inteligente» (ACI) en 2009 como una forma de introducir la agricultura – con su papel en la mitigación, adaptación y seguridad alimentaria – en las negociaciones climáticas [Ver la nota de prensa de la FAO, «Promover la agricultura climáticamente inteligente», con motivo del lanzamiento de su informe, Food Security and Agricultural Mitigation in Developing Countries: Options for Capturing Synergies (2009). Posteriormente la FAO ha dedicado dos conferencias a la agricultura climáticamente inteligente, organizadas junto con el Banco Mundial y un grupo reducido de gobiernos en 2010 y 2012]. La Alianza Mundial por una Agricultura Climáticamente Inteligente (GACSA)[Lista de miembros, solamente en ingles], lanzada en 2014, incorpora a gobiernos nacionales, grupos de presión del agro-negocio (que representan en su mayoría a la industria de los fertilizantes) [El 60% de los miembros del sector privado de la alianza representan a la industria de los fertilizantes (GRAIN, 2015; CIDSE, 2015). «Los seis grandes (Big Six: BASF, Bayer, Dow, DuPont, Monsanto, Syngenta) son los motores de la agricultura industrial. Estas empresas poseen retornos colectivos de más de 65.000 millones en agroquímicos, semillas y rasgos biotecnológicos y controlan dos tercios del mercado mundial de agroquímicos y el 63% del mercado comercial de semillas» (ETC Group, 2016).], a la mayor red mundial de científicos agrícolas del sector público – el Grupo Consultivo sobre Investigación Agronómica Internacional (CGIAR) – universidades y ONG. Too big to feed , un informe del Grupo Internacional de Expertos sobre Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES-FOOD) en 2017 muestra que las transnacionales agroquimicas y sus grupos de presión están fuertemente representados en las principales alianzas e iniciativas que promueven la agricultura climáticamente inteligente en la actualidad. La ACI es el clásico ejemplo de arreglo tecnológico para afrontar un problema creado por un fracaso tecnológico de la biotecnología (cultivos tolerantes a los herbicidas), y un nuevo modo de mercantilizar la naturaleza y apropiarse de ella. Más aún, aunque afirma utilizar enfoques agroecológicos (por ej. agroforestales), la ACI no excluye prácticas ni tecnologías que pueden menoscabar estos enfoques o que son incompatibles con ellos.
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Intensificación sostenible: Aunque el término «intensificación sostenible» existe desde hace dos décadas, hace poco que se utiliza de modo generalizado y que se ha incorporado también a la agricultura climáticamente inteligente. Originalmente se concibió como un enfoque basado en tres premisas fundamentales sobre seguridad alimentaria y producción agrícola en el siglo XXI: 1) el mundo debe producir muchos más alimentos en las próximas décadas para alimentar a una población en crecimiento; 2) la base de tierras de labor no puede ampliarse de modo significativo; y 3) la producción agrícola debe volverse más sostenible y eficiente en materia de recursos para salvaguardar el capital natural del que depende la agricultura. Consideradas conjuntamente, estas tres premisas implican que debe intensificarse la producción agrícola sobre las tierras cultivables actuales para asumir la creciente demanda de un modo que no se perjudique al medio ambiente. No obstante, la primera premisa ignora la evidencia, que la FAO y muchos otros han puesto de manifiesto, de que en lugar de medidas para el aumento de la producción, que se vincula con el enfoque fuertemente criticado de la «economía verde», es importante adoptar medidas de redistribución de los alimentos y de reducción de los residuos.
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Nuevas herramientas de edición genética: Las nuevas herramientas de edición genética son herramientas que fuerzan rasgos genéticamente modificados en poblaciones enteras de insectos, plantas, animales y otros organismos. Esta tecnología invasiva representa un intento deliberado de crear una nueva forma de contaminación genética. Estas nuevas herramientas de edición genética pueden producir la extinción de especies y socavar la alimentación y la agricultura sostenibles y justas.
Aquí la carta firmada por líderes del movimiento en favor de la alimentación de todo el mundo: y aquí el informe del Grupo ETC Exterminadores en el campo.
CropLife International: Se trata de una red mundial, «la voz y los principales defensores de la industria fitosanitaria», que cuenta entre sus miembros con BASF, Bayer y Syngenta[[croplife.org/about/members/ (solamente en inglés)]], identifica los seis elementos principales de la Agroecología desde una visión que solo menciona a los agricultores como meros receptores de apoyo técnico y usuarios de tecnología y productos biotecnológicos, ambas cosas ofrecidas por estas empresas (solamente en inglés).
Mega-fusiones: Algunos actores celebran el repentino aumento de las mega-fusiones en el sector del agro-negocio y la consolidación de la concentración empresarial en toda la cadena alimentaria industrial (semillas, agro-químicos, fertilizantes, genética ganadera, farmacéutica animal y maquinaria agrícola) como algo que crea un clima de dinámica de innovación. No obstante, aunque el sector gasta mucho en I+D (7000 millones de dólares en 2013), su alcance sigue siendo reducido. La industria se centra en cultivos y tecnologías con mayores retornos comerciales; por ejemplo, el 40% de la investigación privada sobre cultivos se concentra en uno, el maíz. Además, la tendencia común a las grandes empresas es la compra de marcas emergentes «saludables» o «sostenibles» para colmar sus lagunas de innovación en este sector, perjudicando la innovaciones y comprometiendo el compromiso con la sostenibilidad de estas empresas más pequeñas.
Más información en inglés.
Cuadro 3
El proceso FAO sobre Agroecología
El proceso FAO sobre Agroecología, que se inició en septiembre de 2014 e incluyó dos simposios internacionales (2014 y 2018), varios seminarios y reuniones regionales (2015 y 2016) y una reunión entre la FAO y el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CPI) y sus aliados (2017), ha permitido que las organizaciones y los movimientos sociales que promueven la Soberanía Alimentaria dirijan nuestras propuestas y demandas en materia de Agroecología a espacios de dialogo con gobiernos, instituciones internacionales, sector académico y otras organizaciones sociales.
No obstante, la FAO es un monstruo de sesenta cabezas y hay un intento permanente de interrumpir los avances en Agroecología. Un ejemplo de ello fue la intención de «calcar» el proceso de Agroecología con bioetecnologías agrícolas en 2016 y 2017. La presión de los movimientos y organizaciones sociales, unidos en IPC, consiguió parar este proceso, pero los mismos actores dentro de la FAO consiguieron abrir otro frente, promoviendo el discurso según el cual la necesaria innovación en agricultura es el modo de salir de la crisis alimentaria, medioambiental y climática mundial.
En este contexto, se introdujo el tema en el orden del día de la Comisión de Agricultura de la FAO (COAG), que se celebró del 1 al 5 de octubre de 2018 y en un simposio internacional sobre innovación para la Agricultura los familiar que tuvo lugar en Roma a finales de Noviembre de 2018.
Se ha incidido enormemente en el fomento de la innovación (entendida fundamentalmente como innovación tecnológica) para lograr la agricultora sostenible y para que los sistemas alimentarios se adapten al cambio climático. La innovación será un marco muy relevante en los próximos años. En este marco, la mayoría de los gobiernos recalcaron el papel clave de las inversiones del sector privado, ignorando completamente que los productores de alimentos a pequeña escala son los primeros y más importantes inversores en agricultura y que son los actores clave que han estado innovando durante siglos. No obstante, ante las presiones de los movimientos sociales, la COAG reconoció en 2018 que «la innovación no es un fin en sí [y] que algunas formas de innovación pueden contribuir a la degradación del medio ambiente, producir distorsiones en los medios de vida o exacerbar las desigualdades. Es importante comprender cuales son los tipos de innovación que deben promoverse, dónde y para quién».
Actualmente, la FAO está estableciendo, en conversación con las organizaciones de la sociedad civil y el sector académico, un marco analítico para la evaluación multi-dimensional de la Agroecología y unas directrices para su aplicación, de modo que se apoye una toma de decisiones basada en las evidencias en materia de Agroecología.
Para las organizaciones y los movimientos sociales que forman parte de la plataforma CIP, para paliar las lagunas existentes en materia de científica y de evidencias sobre Agroecología, y para ampliar la Agroecología hacia fuera y hacia arriba, debería emprenderse una investigación basada en la acción participativa, en dialogo estrecho con el sector académico comprometido. Debería fomentar la capacidad de los productores de alimentos y de sus comunidades de experimentar, evaluar y divulgar las innovaciones y facilitar el contacto entre los distintos sistemas de conocimiento, conduciendo a soluciones sistémicas y hacia unos sistemas agrícolas y alimentarios realmente sanos, y sostenibles.
Cuadro 4
La Escuela Campesina Multimedia
En Noviembre de 2015, La Vía Campesina Internacional (LVC), La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y el colectivo Komanilel, lanzaron el video curso metodológico virtual «Escuela Campesina Multimedia; una herramienta audiovisual para difundir la agroecología». El objetivo de este curso es de difundir la agroecologia a nivel mundial. Este instrumento acompaña la creación de escuelas para la formación agroecológica desde lo político, lo técnico y lo metodológico que La Vía Campesina ha establecido en casi todos los países donde tiene miembros. El material multimedia incluye una serie de audiovisuales que quiere facilitar la integración de conceptos y prácticas de la metodología «Campesino a Campesino» (CaC), tomando Cuba como ejemplo exitoso en la difusión de la agroecología.
La Escuela Campesina Multimedia puede ser consultada en línea en español, inglés, francés y portugués en el sitio: http://agroecologia.espora.org