Voces desde el campo

Voces desde el campo 1

Micherline Islanda, Unión de Pequeños Productores (Tet Kole ti Peyizan Ayisyen), Haití

“Sistema alimentario” designa todas las etapas necesarias para alimentar a una población, desde el cultivo, la cosecha, el envasado, hasta el transporte, la comercialización, el consumo y los residuos.

El acceso a la tierra es un grave problema en Haití y una enorme barrera para la soberanía alimentaria. El sistema alimentario industrial dominante no es sostenible porque no proporciona suficientes alimentos nutritivos y culturalmente apropiados para todos y además compromete la salud del planeta. La agricultura industrial figura entre los mayores contaminantes, amenazando la supervivencia de las generaciones futuras. 

Para hacer frente a estos retos, realizamos sesiones de formación basadas en los ejes de lucha de LVC. Organizamos a los jóvenes y nos reunimos para estudiar el origen de esta dominación y explotación económica. Analizamos las actuaciones del Estado y las dificultades estructurales y sistémicas que nos impiden a los campesinos poseer nuestros territorios o acceder a ellos. También trabajamos en torno a la dominación social y cultural, el acceso al crédito, la comercialización, el procesamiento, la artesanía, la pesca y la piscicultura, la ganadería, la tenencia de la tierra, el medio ambiente, las infraestructuras, el turismo, la minería y los recursos energéticos, el acceso al agua potable y el saneamiento. Estudiamos los sistemas agroecológicos locales que son importantes para construir la soberanía alimentaria. Practicamos y compartimos la producción agrícola centrada en las prácticas agrícolas familiares.

Voces desde el campo 2

Chengeto Sandra Muzira, Foro de Pequeños Agricultores Ecológicos de Zimbabue (ZIMSOFF), Zimbabue

En África, la juventud campesina organizada de La Vía Campesina desempeña un papel importante en el impulso del programa de la agroecología. Desempeñamos un papel importante en fomentar el entendimiento general y la valorización de la agroecología entre el público en general a través de una variedad de vías y plataformas. Sin embargo, la falta de políticas públicas adecuadas o de ayuda financiera pública para los jóvenes campesinos y el creciente acaparamiento de las semillas campesinas por parte de la industria suponen un gran reto para los jóvenes de aquí.

Diversas organizaciones de África meridional, occidental y oriental han sido fundamentales en abordar estos retos mediante talleres de capacitación sobre prácticas agroecológicas. También se anima a los jóvenes campesinos a interactuar con los distintos ministerios de agricultura durante la formulación y aplicación de las políticas. Los jóvenes campesinos de nuestras organizaciones también reciben formación sobre los últimos avances tecnológicos y sus oportunidades y amenazas. Por ejemplo, en nuestros talleres se han debatido los peligros de los OGM en el continente africano y la creciente digitalización de la agricultura. 

Organizaciones como la Liga de Campesinos de Kenia, el Foro de Agricultores de África Oriental y Meridional (ESAFF por sus siglas en inglés) de Uganda, el Foro de Pequeños Agricultores Ecológicos de Zimbabue (ZIMSOFF por sus siglas en inglés), los miembros del Movimiento de los Sin Tierra de África Occidental y Central (WECAF), la União Nacional de Camponeses (UNAC) y la Confédération Paysanne du Congo (COPACO) han seguido creando redes e intercambiando conocimientos entre los jóvenes campesinos a través de seminarios, conferencias y simposios sobre agroecología.

Voces desde el campo 3

Marlan Ifantri Lase, Serikat Petani Indonesia

Indonesia puede domeñar la amenaza de una crisis alimentaria porque en muchos aspectos seguimos siendo una sociedad agrícola fuerte. En cambio, Indonesia depende de las importaciones de alimentos como el arroz, la carne, el trigo y también el azúcar. Las importaciones de alimentos amenazan a nuestra sociedad debido a la aplicación continuada de la “seguridad alimentaria” como enfoque del desarrollo agrícola y rural.

El gobierno debe acelerar la aplicación de la reforma agraria y proteger nuestro mercado local, para lograr que los productores de alimentos vivan con dignidad, de modo que los jóvenes encuentren atractivo el campesinado y la agricultura/producción de alimentos.

Serikat Pateni Indonesia ha contribuido a establecer Zonas de Soberanía Alimentaria (KDP) en nuestras tierras y territorios agrícolas. Una KDP es una zona en la que aprovechamos los recursos naturales de forma agroecológica. Adoptamos la agroecología para producir alimentos suficientes, seguros, saludables y nutritivos y sostenibles por y para la gente. Apoyamos los medios de vida relacionando las cosechas con mercados campesinos dinámicos en nuestros territorios. Promovemos y practicamos el sistema económico del cooperativismo para garantizar precios justos para el bienestar de los campesinos y los consumidores locales.

Voces desde el campo 4

Vimukti (Anuka) De Silva, Movimiento para la Reforma Agraria Nacional, Sri Lanka

La inestabilidad económica, política y social de las economías basadas en la deuda, como Sri Lanka, está aplastando los sueños de los jóvenes. La juventud campesina, ya vulnerable en muchos aspectos, se enfrenta a un futuro desalentador. Muchos de nuestros jóvenes emigran desesperadamente a las ciudades y a otros países donde realizan trabajos muy peligrosos e inseguros. Los préstamos de microfinanza han atrapado a las mujeres y a las familias rurales en un círculo vicioso de deuda e indignidad. Organizados como Movimiento por la Reforma Agraria y de la propiedad de la Tierra, intentamos constantemente construir un proceso político y económico alternativo, uniendo a los jóvenes para que defiendan sus derechos. El modelo capitalista dominante considera que los alimentos son una mercancía para comerciar. La producción de alimentos en el marco capitalista no proporciona ninguna respuesta al hambre. Por ello, perseguimos la agroecología y la soberanía alimentaria como soluciones reales para la sociedad y la cadena alimentaria.

Cuadros

Cuadro 1

La juventud campesina africana en defensa de la agroecología

Extracto de una Declaración de los miembros de la Articulación de la Juventud Campesina en la región de África Meridional y Oriental de LVC.

Nosotros, los jóvenes campesinos, miembros de La Vía Campesina en África meridional y oriental, reconocemos que la agroecología tiene la capacidad de restaurar los ecosistemas agrícolas degradados, incluso la pérdida de biodiversidad, y de alimentar de forma sostenible a la población en rápida expansión de muchos países africanos. Los sistemas de producción agroecológicos son diversos y mejoran la salud y los servicios de los ecosistemas, haciendo que estos sean más resistentes a las condiciones climáticas cambiantes; reducen significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, y abordan las barreras socioeconómicas que perpetúan las injusticias y las desigualdades en nuestros sistemas alimentarios. Además, el enfoque de la agroecología campesina es transversal, contribuyendo de manera importante a varias capas y dimensiones de los contextos sociales locales.

Además, reconocemos que la agroecología es la mejor manera de adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos, porque utiliza técnicas agrícolas como la diversificación de cultivos, la agricultura de conservación, los abonos verdes, los fertilizantes naturales, el control biológico de plagas, la recogida de agua de lluvia y la producción de cultivos y ganado de manera que se almacene carbono y se protejan los recursos naturales de forma sostenible.

Queremos que nuestros gobiernos actúen decididamente para la domesticación de la UNDROP, que crea plataformas para que se escuchen las voces de las comunidades rurales y subraya que los pequeños agricultores, especialmente los jóvenes, tienen derecho a proteger y conservar los recursos y la capacidad productiva de sus tierras. Nuestros gobiernos deben apoyar la creación de condiciones para fortalecer el desarrollo de aptitudes de los jóvenes para crear oportunidades éticas y rentables en ámbitos y actividades que protejan y restauren los ecosistemas. Es imprescindible apoyar a las granjas familiares campesinas de todas las formas posibles, ya que son los defensores clave de la agroecología, una solución duradera para lograr la justicia climática.

Cuadro 2

La juventud campesina latinoamericana en defensa de la soberanía alimentaria

Extracto de una Declaración de los representantes de la juventud de 11 países de América del Sur, América Central, América del Norte y el Caribe.

“Como en otros sectores productivos  mundiales, el impacto de la pandemia de la COVID-19 ha sido muy negativo en el sector agrícola, generando grandes pérdidas sociales y económicas. Los pequeños y medianos productores se han visto afectados. La falta de apoyo gubernamental en algunos países ha agravado el impacto de la COVID-19, empeorando la crisis social, política, sanitaria y económica.

Nosotros, los jóvenes, reafirmamos nuestro compromiso de defender la agroecología como parte importante de la lucha por la soberanía alimentaria y los derechos de los campesinos. Nos solidarizamos con los países de Cuba, Haití, Puerto Rico, Nicaragua, Venezuela, Colombia, que resisten frente a la injerencia e influencia de los países capitalistas y neoliberales, donde el agronegocio y las empresas transnacionales continúan su arremetida indiscriminada. Denunciamos la criminalización de las luchas, atentando contra la soberanía y autonomía de los pueblos, provocando desplazamientos, migraciones forzadas y agudizando la pobreza en algunos países. Pedimos que se garantice el pleno respeto a la igualdad de género, los derechos fundamentales de toda la población y una vida libre de violencia e inseguridad. También pedimos que se garantice el derecho universal a la salud para todos,  denunciamos los intentos de monopolizar las vacunas de la COVID-19 por parte de los países ricos, violando así el derecho a la salud de los países más empobrecidos.”

Cuadro 3

El futuro de la agricultura familiar: El debate sobre el relevo intergeneracional

Contribución del Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP)

El futuro de la agricultura familiar -incluyendo la agricultura, la pesca y el pastoreo- está amenazado por múltiples factores, como los efectos del cambio climático, la pérdida de saberes tradicionales y los efectos perjudiciales de las políticas alimentarias que, a diferentes niveles, favorecen a las grandes empresas en detrimento de los pequeños agricultores, y al lucro en detrimento del derecho a la alimentación. El efecto combinado de estos factores está conduciendo a una pérdida gradual de agricultores familiares, lo que socava la seguridad alimentaria en todo el mundo. En este contexto, ya de por sí difícil, la supervivencia de la agricultura familiar corre un mayor riesgo debido a la dificultad de asegurar el relevo generacional.

Según el Plan de Acción Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar, el “relevo generacional” se refiere a “la capacidad de retener a los jóvenes en las explotaciones agrícolas y en las comunidades rurales” y es una de las condiciones previas para mantener la agricultura y la producción de alimentos “viables y sostenibles”. En su reciente informe sobre la participación y el empleo de los jóvenes en la agricultura y los sistemas alimentarios, el Grupo de Expertos de Alto Nivel del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de las Naciones Unidas se refiere a la noción de “sostenibilidad generacional”, definiéndola como “la colaboración intergeneracional y el equilibrio evolutivo y dinámico entre generaciones”. En el informe, el relevo generacional se relaciona con el grado de participación de los jóvenes en los sistemas alimentarios y, en particular: “un equilibrio intergeneracional cuidadosamente construido y mantenido y un intercambio multidireccional de conocimientos, recursos y estrategias de subsistencia específicos de cada generación pueden potenciar el papel de los jóvenes para liderar una innovación exitosa y endógena en los sistemas alimentarios y contribuir a transformaciones agrarias, rurales y urbanas sostenibles”.

¿Cuáles son las barreras que impiden a escala mundial el relevo generacional en la agricultura familiar? ¿Y qué visiones, políticas y acciones son necesarias para superar esas barreras y garantizar la sostenibilidad generacional y, al mismo tiempo, satisfacer las necesidades y aspiraciones de las diferentes generaciones?

Entre mayo y octubre de 2022, el Grupo de Trabajo sobre la Juventud del Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) ha llevado a cabo una consulta global específica para abordar estas cuestiones. La consulta pretendía crear un espacio para que los miembros jóvenes y no jóvenes del CIP de todo el mundo se reunieran, debatieran de sus necesidades y compartieran ideas. Aunque el análisis de los resultados no ha finalizado, la consulta visibilizó la existencia de múltiples obstáculos que son comunes a todas las regiones de la CIP. Entre ellos:

    – La marginación de los agricultores familiares en los sistemas alimentarios, incluidos los entornos jurídicos y políticos poco favorables.

    – La falta de servicios jurídicos adecuados, de políticas propicias y de infraestructuras físicas que faciliten la transferencia intergeneracional de los recursos naturales, los activos agrícolas y los conocimientos y habilidad, especialmente fuera del ámbito familiar.

    – La reproducción de barreras socioculturales arraigadas en el patriarcado y el colonialismo que dificultan o imposibilitan el acceso a los derechos de sucesión de las mujeres jóvenes, los jóvenes con diversidad de género/sexo y los jóvenes indígenas;

    – La escasa viabilidad económica de la agricultura familiar hace difícil o imposible que un joven viva y trabaje como campesino/productor de alimentos.

    – La disminución del atractivo de la agricultura familiar para los jóvenes debido a la persistencia de un estigma social relacionado con el oficio de campesino, así como a la falta de respeto por el estatus social de los agricultores familiares;

    – La disminución del atractivo de la agricultura familiar para los jóvenes por las nuevas dificultades que genera en la producción de alimentos un clima cambiante.

    – El creciente éxodo de los jóvenes de las zonas rurales a las zonas urbanas debido a la falta de infraestructuras y servicios adecuados para satisfacer las necesidades de la juventud rural actual.

    – La marginación de los jóvenes en los espacios de toma de decisiones a diferentes niveles (regional, nacional, internacional), que a menudo convierte la participación de los jóvenes en algo meramente performativo y socava la posibilidad de potenciar la representación juvenil.

    – La falta de espacios adecuados para garantizar diálogos intergeneracionales relativos al relevo generacional como un proceso de dos caras, y no sólo una transferencia unilateral de los mayores a los jóvenes.

Durante la consulta, el Grupo de Trabajo (GT) de Jóvenes del CIP identificó la necesidad de seguir prestando una gran atención a la cuestión del relevo generacional en la agricultura familiar y seguir trabajando en ello en estrecha colaboración con otros GT, en todas las regiones y con todas las circunscripciones, como una cuestión que concierne a todos y no sólo a los jóvenes. El objetivo podría ser identificar una posición común del CIP y una estrategia global para mejorar el relevo generacional en la agricultura familiar. Los jóvenes también hablaron de la importancia de utilizar los resultados de la consulta para seguir influyendo en el programa y en el trabajo de la FAO, especialmente en el contexto del Decenio sobre agricultura familiar de las Naciones Unidas.

Cuadro 4

L’estaca

En este vídeo, jóvenes campesinos de Europa, organizados por la Coordinadora Europea de la Vía Campesina (CEVC), cantan L’estaca, una popular canción protesta del cantautor catalán Lluís Llach y uno de los símbolos de la resistencia contra el franquismo. En la canción, el fascismo y todas las formas de opresión están representados como un poste (“l’estaca”) al que todos estamos encadenados pero que si tiramos fuerte y juntos, conseguiremos derribarlo. La canción se ha   traducido a muchos idiomas convirtiéndose en un himno universal de liberación frente a todo tipo de regímenes autoritarios y opresivos y en una llamada a la unidad para liberarse de todas las ataduras.

Canción original en catalán:

Para leer la traducción de la canción en español, haga clic  aquí.

L’avi Siset[1] em parlava
de bon matí al portal
mentre el sol esperàvem
i els carros vèiem passar.

Siset, que no veus l’estaca
on estem tots lligats?
Si no podem desfer-nos-en
mai no podrem caminar!

Si estirem tots, ella caurà
i molt de temps no pot durar,
segur que tomba, tomba, tomba
ben corcada deu ser ja.

Si jo l’estiro fort per aquí
i tu l’estires fort per allà,
segur que tomba, tomba, tomba,
i ens podrem alliberar.

Però, Siset, fa molt temps ja,
les mans se’m van escorxant,
i quan la força se me’n va
ella és més ampla i més gran.

Ben cert sé que està podrida
però és que, Siset, pesa tant,
que a cops la força m’oblida.
Torna’m a dir el teu cant:

Si estirem tots, ella caurà
i molt de temps no pot durar,
segur que tomba, tomba, tomba
ben corcada deu ser ja.

Si jo l’estiro fort per aquí
i tu l’estires fort per allà,
segur que tomba, tomba, tomba,
i ens podrem alliberar.

L’avi Siset ja no diu res,
mal vent que se l’emportà,
ell qui sap cap a quin indret
i jo a sota el portal.

I mentre passen els nous vailets
estiro el coll per cantar
el darrer cant d’en Siset,
el darrer que em va ensenyar.

Si estirem tots, ella caurà
i molt de temps no pot durar,
segur que tomba, tomba, tomba
ben corcada deu ser ja.

Si jo l’estiro fort per aquí
i tu l’estires fort per allà,
segur que tomba, tomba, tomba,
i ens podrem alliberar.

[1] “Siset” is short for “Narcis”. It seems to refer to Narcís Llansa, an old man with whom Llach went fishing when he was young.

Destacados

Destacados

El caos climático, la COVID-19 y los conflictos armados han conmocionado a la economía mundial, y estas crisis superpuestas están afectando a la seguridad alimentaria mundial de una forma nunca vista.

La crisis alimentaria mundial en curso se agravó con la pandemia de la COVID-19. En 2020, cerca de 3.100 millones de personas no podían permitirse una dieta saludable, y unos 2.300 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria moderada o grave en 2021.

Según muestran los máximos históricos del índice de precios de los alimentos de la FAO, la crisis alimentaria mundial se agudizó más en marzo de 2022, en gran parte debido a los desequilibrios entre la oferta y la demanda en los mercados de cereales, semillas oleaginosas, carburantes y fertilizantes tras un aluvión de conflictos geopolíticos y guerras.

Con todo, las causas fundamentales de la inseguridad alimentaria están estrechamente vinculadas a la pobreza estructural y a las relaciones comerciales injustas entre los países, y como ocurrió con las crisis de los precios de los alimentos de 2008 y 2011, la especulación financiera y la volatilidad de los precios en los mercados mundiales han influido enormemente en la crisis alimentaria actual.

La Vía Campesina (LVC) junto a nuestros aliados del movimiento global por la soberanía alimentaria sigue oponiéndose al agronegocio industrial y a las falsas soluciones del neoliberalismo. Estamos alerta y organizados para la aplicación de soluciones reales, populares, para un cambio social profundo. ¡Acabemos con la OMC! ¡Construyamos un comercio internacional basado en los derechos de los campesinos, la agroecología y la soberanía alimentaria!

Los jóvenes son protagonistas de la transformación social 

Los y las jóvenes son sujetos políticos que desempeñan un papel singular en el ejercicio del control democrático de los sistemas alimentarios. Ante todo, la tarea que se asigna a los jóvenes es aprender de la historia. Es indispensable analizar los problemas sociales, políticos, económicos y medioambientales con criterios históricos, para coordinar estrategias eficaces y acciones concretas que aborden sus causas profundas.

También se asigna a los jóvenes la tarea de analizar el momento actual con claridad y precisión desde nuestras perspectivas generacionales específicas, utilizando conceptos como la soberanía alimentaria y herramientas como la UNDROP[1] de las que nos hemos dotado a través de los procesos de formación de LVC.

Además, es fundamental que los jóvenes sigan buscando soluciones a los problemas existentes y, al mismo tiempo, se esfuercen por garantizar los derechos y el bienestar de las generaciones futuras. 

Los jóvenes son clave en las luchas por la soberanía alimentaria. Tienen la tarea esencial de ampliar la participación y formar nuevos liderazgos. A lo largo de la última década, diversos miembros de nuestro movimiento mundial por la soberanía alimentaria, que convergieron y se organizaron en la reunión de Nyéléni en 2007 en Mali, han resaltado la necesidad de que los jóvenes campesinos y activistas tomen el relevo de la lucha. Por ello, con los años, a través de espacios como el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) y otros, hemos construido una lucha unificada y hemos creado plataformas de formación y capacitación para los jóvenes del movimiento que venían de comunidades campesinas, indígenas, de pescadores y de pastores.

Las oportunidades significativas de participación de los jóvenes a todos los niveles de la lucha por la soberanía alimentaria nos han permitido integrarnos progresivamente en el movimiento, y a través de nuestros espacios organizados de forma autónoma, hemos ido articulando nuestras prioridades políticas y propuestas de acción.  

Los jóvenes exigen soluciones radicales a la actual crisis alimentaria

En las últimas tres décadas, los movimientos sociales de base han intensificado la presión sobre los gobiernos para lograr la democratización política y económica de los sistemas alimentarios y agrícolas. Desde el principio, hemos luchado para garantizar la participación directa y efectiva de las organizaciones campesinas e indígenas en la elaboración, la aplicación y el seguimiento de las políticas agrarias y los programas de desarrollo rural.

Los temas centrales que condujeron a la formación del movimiento internacional por la soberanía alimentaria siguen siendo muy pertinentes y están en el primer plano de nuestras prioridades políticas actuales, incluyendo: la deuda externa, el comercio internacional, y la protección del medio ambiente, así como la agroecología, la igualdad de género, los derechos de las mujeres y de las personas LGBTTQI+, y los derechos de los campesinos. Los jóvenes están enarbolando estas banderas de lucha en movilizaciones masivas, campañas de comunicación y procesos de educación política. También estamos avanzando en las negociaciones políticas y en los esfuerzos de promoción en los espacios de las Naciones Unidas.

Por ejemplo, entre mayo y octubre de 2022, los y las jóvenes de LVC participaron en consultas organizadas por el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP), en colaboración con la FAO y en el marco del Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar. Las consultas regionales giraron en torno al Pilar 2 del Decenio[2] , abordando temas como la migración de los jóvenes, las desigualdades de género, el acceso a la tierra y al mercado, y la transferencia intergeneracional de recursos productivos y conocimientos. El proceso proporcionó un espacio para identificar problemas comunes y debatir sobre enfoques políticos relacionados con el relevo generacional en la agricultura familiar, y se pretende que sus resultados contribuyan a la aplicación del Plan de Acción Mundial del Decenio. Las consultas pusieron de manifiesto la necesidad urgente de reformas agrarias integrales y auténticas, de formación en agroecología y de planes adecuados de relevo en las explotaciones para que los jóvenes puedan tener un futuro en el campo.

En junio, los jóvenes se sumaron a la movilización contra la 12ª Conferencia Ministerial de la OMC en Ginebra. Participamos en los debates internos para el análisis contextual de la crisis alimentaria mundial, así como durante los diálogos públicos que tuvieron lugar en espacios activistas y en una universidad. Los jóvenes también formaron parte activa de la delegación que permaneció en Ginebra para impulsar la defensa de los derechos de los campesinos en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Organizamos y asistimos a reuniones con representantes de los Estados miembros con el fin de calibrar su voluntad política de apoyar una próxima resolución en el Consejo para iniciar un procedimiento especial para la aplicación de la UNDROP.

También hemos contribuido en gran medida a un proceso político en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de Naciones Unidas, titulado “Políticas para la promoción de la participación y el empleo de los jóvenes en los sistemas agrícolas y alimentarios”. Llevamos más de dos años, coordinando y participando activamente en el grupo de trabajo sobre la juventud del Mecanismo de la Sociedad Civil y de los Pueblos Indígenas (MSC).

Ahora tenemos oportunidades políticas para organizarnos a escala nacional y presionar a los Estados para que apliquen los aspectos del documento político del CSA que son relativamente buenos,  como las recomendaciones en apoyo de los derechos humanos, los medios de vida dignos, los mercados informales, la contratación pública, la agricultura urbana y las políticas transformadoras en las cuestiones de género, así como el vínculo establecido con la Década de la Agricultura Familiar de Naciones Unidas y la referencia a las reformas redistributivas en el contexto de las Directrices Voluntarias sobre la Tenencia de la Tierra del CSA.  

La sostenibilidad y el impacto a largo plazo de nuestro movimiento colectivo por la soberanía alimentaria radican en la creación y ampliación de nuestras alianzas en todos los sectores aliados, uniendo fuerzas con los movimientos urbanos y rurales, y con los sindicatos de trabajadores. Asimismo, debemos poner el mismo énfasis en los procesos organizativos que dependen en gran medida de la participación significativa y de la formación de los jóvenes a lo largo de todo el movimiento y de todos los sectores aliados. La continuidad, la coherencia y la continua pertinencia del movimiento por la soberanía alimentaria dependen de la renovación generacional por medio de la capacitación de los jóvenes, facilitando el diálogo intergeneracional y movilizando a todos para el cambio social transformador.

[1] Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales (UNDROP por sus siglas en inglés).

[2] Pilar 2-Transversal. Apoyar a los jóvenes y asegurar la sostenibilidad generacional de la

        agricultura familiar.

Boletín núm. 50 – Editorial

La juventud y la democratización de los sistemas alimentarios

Ilustración: Sophie Holin para LVC, Instagram: @soph.ieholin

Estamos en diciembre, termina un año más de nuestro ciclo de vida, mientras buscamos esperanza y solidaridad ante adversidades abrumadoras. El aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos erráticos, la pobreza extrema, el hambre, las guerras, los conflictos y la violencia ensombrecen al mundo.

Esta catástrofe es el fruto de un modelo sistémico que antepone los intereses y beneficios de unos pocos frente a los de muchos. El sistema alimentario industrial global es un buen ejemplo de ello. Está entre los mayores contaminantes del planeta. Utiliza casi dos tercios de los recursos, pero sólo es capaz de alimentar a una cuarta parte de la población mundial, dejando un rastro de prácticas destructivas y contaminantes a lo largo de toda su cadena de suministro.

En cambio, la agricultura campesina, que sigue alimentando al 70% de la población mundial, mantiene ciclos armoniosos y saludables de producción, distribución y consumo de alimentos.

Ya va siendo hora de que recordemos a las instituciones mundiales de gobernanza de los alimentos y a los gobiernos que la verdadera solución a la crisis alimentaria mundial pasa por dar poder y autonomía a las comunidades campesinas, a los pueblos indígenas, a los trabajadores migrantes, a los trabajadores de la tierra, a los pescadores a pequeña escala y a los pastores, para que puedan construir la soberanía alimentaria en nuestros territorios. Debemos apoyar los sistemas alimentarios construidos por y para la gente, de un modo agroecológico, respetando el ciclo de la vida en todas sus formas. Y un elemento fundamental para proteger y multiplicar estos sistemas alimentarios diversos, descentralizados y resilientes, son las condiciones a disposición de los jóvenes y futuros pequeños productores de alimentos para que participen en el proceso de producción. Esta edición del boletín de Nyéléni profundiza en la democratización de los sistemas alimentarios populares y en la necesidad imperiosa de mantener el papel y el futuro de la juventud campesina en este proceso.

Articulación Juvenil de la Vía Campesina