Voces desde el campo

Voces desde el campo 1

La lucha por la tierra es parte de la lucha cotidiana de los pueblos por la vida

María Everarda, Guatemala,Conavigua

Mi nombre es María Everarda de León, tengo 42 años, soy del pueblo Maya Achí, y de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, CONAVIGUA, miembro de La Vía Campesina. Nosotras no contamos con tierras propias sino alquilamos, en estas tierras sembramos frijoles, maíz y las diferentes hortalizas. Pero hoy con el cambio climático, la producción es muy difícil. Creemos que esto es consecuencia de la destrucción de la madre tierra. Desde el 2000 tenemos dificultades en la producción de granos básicos, la tierra no produce, los ríos están secos, pues también las hidroeléctricas han destruido nuestros cerros.
La lucha por la tierra es parte de la lucha cotidiana de los pueblos por la vida, para los capitalistas solo es mercancía. Se acumula la tierra, el latifundio. Nosotras queremos una reforma agraria integral con principios y valores, que sea incluyente, no solo para garantizar la Soberanía Alimentaria y sino también la vida de los pueblos. Tengo dos hijos, y la situación es bastante difícil para la niñez y juventud, creo que la lucha de las mujeres ha sido para que las nuevas generaciones logren tener una vida digna y en plenitude en el campo, en conexión con la madre tierra.

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!La reforma agraria está en manos de la juventud!

Zainal Fuad, Indonesia ,SPI

Me llamo Zainal Fuad Mi familia está en el este de Java. Producimos mandioca, maíz y cacahuetes. Formo parte del consejo nacional del Indonesian Peasant Union (SPI) (Unión Campesina Indonesia), y también formo parte de La Via Campesina en el Este y el Sur de Asia del este.
En Indonesia, en la etapa previa a la independencia, los holandeses ocuparon millones de acres de tierra. Aunque después de nuestra independencia la tierra fue nacionalizada a través de las reformas agrarias iniciadas en los años sesenta, fue un desastre debido a la ola de capitalismo que nos arrasó, impulsada de forma agresiva por las grandes corporaciones y el Estado. Y esto aún continúa hoy.
¡SPI está impulsando una reforma agraria ocupando las tierras! Hemos orientado la ocupación a un millón de hectáreas de tierra en 2019, mientras que intentamos que el gobierno distribuya alrededor de 9 millones de hectáreas de tierra. Esto es importante para aquellos agricultores que tienen muy poca tierra o no tienen. Necesitamos tierra para poder construir nuestro sustento. En la tierra ocupada producimos a través de métodos ecológicos y la distribuimos a través de nuestras cooperativas. Mobilizar a la juventud y mantenerlos en la isla es un gran desafío. !Hemos aceptado este desafío porque creemos que el sueño de la reforma agraria está en manos de la juventud!

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Tenemos una relación especial con nuestra tierra

Themba Chauke, Sudáfrica, LPM

Soy Themba Chauke, del Landless People»s movement (movimiento de pueblos sin tierra) de Sudáfrica. En Sudáfrica, actualmente nos enfrentamos a una de las peores sequías que se recuerdan, causada por el Niño, y esto está elevando los precios de la comida. El gobierno debe ejecutar urgentemente la Reforma Agraria, usando una forma de agricultura que la gente pueda entender. Podemos llamar a este tipo de agricultura agricultura campesina o agroecología. En este tipo de agricultura no usamos ningún tipo de componente químico, sino que usamos las semillas que tenemos. Mi familia es de una región que ahora se conoce como Parque Nacional Kruger. Fueron expulsados de esta tierra durante el apartheid, en los años sesenta. Pero aún tenemos una relación especial con nuestra tierra y vamos allí para realizar nuestros rituales. Mientras crecí iba a menudo a los campos para ver lo que mi comunidad estaba realizando en las granjas, para aprender y ayudar. Así aprendí sobre la agricultura. Incluso le cuento a mi hija pequeña, que tiene 11 años, que tiene que respetar esta forma de agricultura y que siempre tiene que apoyar a los pequeños agricultores. A través de la red de La Via Campesina, los campesinos aprenden unos de otros sobre nuevas técnicas de agroecología, lo que es muy importante en el contexto actual en el que nos encontramos.

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Ser campesino es estar orgulloso

Attila Szocs, Rumanía, Eco Ruralis

Soy Attila Szocs, un productor de semillas de Rumanía y represento a una organización campesina llamada Eco Ruralis. Produzco semillas para su uso agrícola y las distribuyo en nuestra red. Tenemos una granja colectiva compartida con otros miembros de Eco Ruralis cerca de nuestra sede central donde llevamos a cabo esta acción. En la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria contemplé con gusto el trabajo de MST y sus ideas sobre gestión de tierras La Reforma Agraria se necesita urgentemente en Europa y Europa del Este. En Rumanía los campesinos desaparecen cada hora y el país está cambiando hacia la agroindustria. Es importante mantener a los campesinos en la tierra y también asegurarse que nuestra juventud se interesa por la agricultura. La Reforma Agraria presenta una alternativa. Necesitamos este concepto para producir de forma ecológica y las únicas personas que pueden hacer esto en la sociedad rumana son los campesinos. Por eso es importante que La Via Campesina esté presente en Rumanía. La energía y el entusiasmo del movimiento es una inspiración y es importante para nuestros miembros sentir esta energía y saber que ser campesino es estar orgulloso.

Cuadros

Cuadro 1

Reforma agraria clásica vs…

En el pasado se logró la reforma agraria en distintos países, porque el latifundio era visto como impedimento al desarrollo, por ser improductivo. Los terratenientes se dedicaban a la producción extensiva, de poca inversión, y en la mayoría de los casos ni usaban la mitad de sus tierras. Esto era una evidente injusticia: mucha tierra en manos de pocos, quienes ni siquiera la tenían productiva, frente a millones de familias sin una sola pulgada de tierra.

Esto permitía una alianza de clases a favor de reforma agraria, entre campesinado y capital industrial nacional, para que los campesinos hicieran productivas las tierras improductivas del latifundio, y así contribuir al desarrollo económico nacional.  Eran reformas parciales, y favorecían a los intereses de los campesinos agricultores por encima de los derechos de los pastores trashumantes, los pueblos forestales, y otros habitantes rurales.  Eran reformas incompletas y deficientes, además las condiciones actuales hacen que ya no es viable la alianza de clases que las hacían posibles.  Esto es porque el capital financiero está transformando al latifundio improductivo en agronegocio y minería, por eso ya no hay argumento capitalista de la necesidad de hacer reforma agraria para lograr el desarrollo.

Cuadro 2

…Reforma agraria popular

Como la reforma agraria clásica era deficiente, y ya ni siquiera es posible, se hace necesaria una llamada nueva, a favor de una “Reforma Agraria Popular.”  El idea es que campesinos, pueblos indígenas, trashumantes, pueblos indígenas, pescadores, y otros sectores populares del campo, luchemos juntos a favor de territorios populares, en donde producimos alimentos sanos en harmonía con la naturaleza, usando la agroecología y nuestras prácticas y conocimientos populares y ancestrales.

Lograr esta reforma agraria también requiere una alianza de clases, pero ya no con ningún sector de los capitalistas nacionales.  Más bien requiere una alianza entre los pueblos rurales y urbanos. Para construir está alianza, es necesario producir ecológicamente, y mostrar que los territorios populares, alimentarios y ecológicos, son mejores para la Sociedad y para la Madre Tierra que los territorios del Capital.  Los territorios populares permitan la vida con dignidad, producen alimentos sanos, cuidan a los bienes naturales como los suelos, el agua, los bosques y la biodiversidad, y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Los territorios del Capital están llenos de monocultivos en grandes extensiones, minas a cielo abierto, pesticidas, transgénicos y desechos tóxicos, y generan miseria, migración y calentamiento global.

Cuadro 3

West Africa Caravan for Land, Water and Seeds (Caravana del oeste de África por la tierra, agua y semillas

Alrededor de cuatrocientos representantes de 15 países africanos[1] formar parte de la Caravana que ha atravesado tres países del Oeste de África (Burkina Faso, Mali y Senegal), desafiando la gran apropiación de tierra campesina, agua y territorios por empresas agrícolas internacionales.

La caravana se formó por primera vez en el Forum Social Africano de Dakar, en 2014 para denunciar la apropiación de tierra. Este diálogo continuó en el Foro Social Mundial de Túnez, en Marzo de 2105, lo que llevó a la creación de la Global Convergence of Land and Water Struggles (Convergencia mundial de lucha por la Tierra y el Agua).[2] por varias organizaciones de once países del Oeste de África en junio de 2015.

La caravana buscaba concienciar y movilizar comunidades para avanzar en la lucha por el derecho a la comida, tierra, agua y las semillas y para desafiar las decisiones que toman las autoridades sobre tierra y desarrollo agrícola, adhiriéndose así a convenciones, mecanismos regionales y normas internacionales.

La Caravana comenzó en Burkina Faso el día 3 de marzo, continuando hacia Mali y finalizó en Dakar, Senegal, el día 19. Durante el viaje de 2300 km, 17 días y 3 paradas por país, la caravana reunió las preocupaciones de cada agricultor, pudo saber sobre los problemas relacionados con el acceso a la tierra, el agua y la conservación de las semillas y también se reunió con líderes políticos y administrativos. A través del viaje la caravana fue testigo de varios casos de violaciones de los derechos de los campesinos, muchos de ellos relacionados con la apropiación de terreno, facilitado por gobiernos y dirigidos por instituciones Bretton Woods.

Se pegaron pancartas y carteles con los siguientes mensajes : «Parad el proyecto jathropha, stop al silencio y la indiferencia de las autoridades», «soberanía alimentaria = soberanía de los pueblos», «Tierra, agua y semillas son mi vida»… «No toquéis mi tierra, mi tierra es mi vida».

Ibrahim Coulibaly de ROPPA dijo «Cada día vemos como se despoja a los campesinos de sus tierras. Las autoridades locales de cada ciudad hacen tratos corruptos con industrias agrícolas y de vez en cuando impiden el acceso al agua o semillas. Estes proyectos son la muerte de nuestra región».

La tierra y el agua son bienes comunes, no productos y son nuestra herencia común, deberíamos asegurarnos, preservarlos y que cada comunidad los gobierne. En el Oeste de África el 70 % de la población depende de la agricultura campesina, que alimenta el 80 % de la población de la región. El acceso seguro y el control de la tierra son vitales para la comunidades y deben ser preservados.

El 8 de marzo las mujeres rurales en el oeste de África protestaron por sus derechos. A ellas les falta el acceso seguro a la tierra y el apoyo económico y son las primeras víctimas de la apropiación de tierras.

La caravana aseguró y reforzó la creación de un movimiento fuerte para luchar por los derechos de los pueblos basados en la soberanía alimentaria.

El último día, en Dakar, el libro verde de la convergencia hizo una lista de las demandas y las propuestas en referencia a la tierra, el agua y las semillas y posteriormente fue entregado al presidete de Senegal, Macky Sall, presidente de ECOWAS.

Puedes saber más de la caravana en www.caravaneterreeau.info

Cuadro 4

Noticias sobre una lucha emblemática por la tierra: ZAD, Notre Dame des Landes

En Europa, el término «reforma agraria» casi no se usa. Es cierto que se alzan voces sobre el acceso de los jóvenes a la tierra, los derechos a trabajarla y los derechos colectivos en contraste con la propiedad privada. Sin embargo, la estrategia no es movilizarse en masa ocupando las tierras y exigiendo la redistribución de la tierra, como en Brasil o Honduras. Así, aquellos que se oponen al proyecto de construcción del aeropuerto en Notre Dame des Landes, a pocos kilómetros de Nantes, protestan. Es una lucha real por la tierra que va más allá del clásico «no en mi jardín».

En 1974, un área de 1200 hectáreas fue delineado y llamado ZAD por quienes apoyaban el proyecto del aeropuerto. Para ellos se llama « Área de Construcción en Diferido»[3]. Al mismo tiempo, se creó una asociación de protección del territorio que involucraba a los agricultores de la zona, asustados por el proyecto. El proyecto siguió evolucionando durante 40 años. Hoy la asociación es una plataforma económica a escala internacional que se extiende de Nantes a Saint-Nazaire. Aquellos que se oponen al proyecto han cambiado el significado del acrónimo por «Area to Protect», (Área que proteger).[4]. Sesenta residencias fueron creadas (casas ocupadas colectivamente, cabañas, caravanas…) y cientos de hectáreas han sido reclamadas por la compañía privada encargada del proyecto. Esta tierra tiene un uso agrícola (pastos, horticultura, cereales, etc.). Hoy ZAD es un lugar donde se llevan a cabo diferentes experimentos, un sitio para aprender y vivir juntos, para cultivar la tierra, ser más autónomo y, además, es conocido en varios países en Europa. En Francia hay muchos grupos de apoyo local listos para movilizarse en caso de que se quiera llevar a cabo la expulsión de los «zadistas».[5].

En otoño de 2015, a pesar del llamamiento de la Comisión Europea, que establece que no se puede llevar a cabo ningún trabajo antes de que una respuesta satisfactoria referente a la medidas de compensación ambiental sea dada por Francia, el primer ministro francés, de nuevo, expresó su deseo de completar el proyecto. Por una parte, durante COP21, la diplomacia francesa se enorgullecía de liderar negociaciones para obtener una promesa de todos los países del mundo para disminuir las emisiones de CO2. Por otra parte, comenzó a llevar a cabo los procedimientos de expulsión de los habitantes y agricultores que quedaban en ZAD. Por consiguiente, a comienzos de 2016, hubo movimientos ciudadanos fuertes en Nantes y en otras ciudades de Francia. Así, el gobierno anunció que habría un referendum. Pronto se cambiaría el nombre a «consulta» y fue limitado geográficamente a un departamento francés, Loire-Atlantique.

Actualmente el comité de la oposición (alrededor de 50 grupos, asociaciones, comunidades, sindicatos y movimientos políticos) censuran esta broma de democracia y apelan a los ciudadanos para que voten masivamente y voten NO para no darles carta blanca a los gestores del proyecto. Este tipo de consultas no puede legitimar en si misma un proyecto de aeropuerto desastroso que dañaría tierras fértiles y áreas húmedas de una gran riqueza biológica.

En Diciembre de 2015, alrededor de 40 campesinos de La Via Campesina fue a ZAD a apoyar esta lucha simbólica por la tierra. Esperamos que esta consulta en las próximas semanas sea solamente un paso más en esta larga lucha para parar por completo este proyecto inútil, sería un paso más para que en Europa, así como en otros lugares del mundo, se siga expandiendo la concienciación de la importancia de la tierra para producir nuestros alimentos.


[1] Níger, Nigeria, Togo y Benín se han unido a la Caravana en Ouagadougou, en Burkina Faso. Ghana se unió en Bobo-Dioulasso, en Burkina Faso. Costa de Marfil se unión en Sikasso, en Mali, Mauritania en Rosso, el norte de Senegal, Guinea- Conakry en Tambacounda (Senegal). Gambia, Guinea Bissau, Sierra Léone se unieron en Kaolack.

[2] En  el oeste de África comprende más de trescientas organizaciones y redes que representar a víctimas de apropiación de tierra y agua en las áreas rurales, periurbanas y urbanas, expulsadas de distritos populares, juventud, mujeres y ONG de 15 países del ECOWAS y la West African Economic y Monetary Union (Unión Económica y Monetaria del Oeste de África).

[3] » Zone d’Aménagement Différé «

[4] «Zone À Défendre»

[5] El nombre que se les da a los residentes de ZAD

Destacados

Declaración de Marabá

Conferencia Internacional de la Reforma Agraria
Marabá, Pará, Brasil, 13 al 17 de Abril 2016 [Versión completa disponible aquí.]

Hay un creciente acaparamiento de tierras, bosques y agua, golpes contra la democracia y la voluntad  popular, presos políticos, etc., no solo en América Latina, Asia y África, sino también en Europa y Norteamérica. En la actualidad somos testigos de una emergente alianza entre el capital financiero, las empresas trasnacionales, el imperialismo, sectores de los Estados Nacionales (casi sin importar su aparente ‘ideología’), en particular pero no solamente, los poderes judiciarios y policiales, el sector privado del sistema agro-pesca-alimentario (agro-negocio), de la minería, la construcción, la explotación forestal, etc., o sea, del extractivismo, y con los medios de comunicación. En su conjunto esta nueva alianza impulsa una avalancha de privatizaciones, acaparamiento y concentración de bienes comunes y públicos, como la tierra, el agua, los bosques, las semillas, las áreas de pastoreo y de pesca, los glaciares, entre otros. Utilizan la financierización y mercantilización de todo, los tratados de libre comercio e inversión, la corrupción de los políticos y élites gobernantes, su control de los medios de comunicación y del sistema financiero, y la concentración empresarial para lograr sus fines.

Las consecuencias de esta ofensiva del capital ponen en peligro la salud, la naturaleza, el clima, la biodiversidad, la vida rural, la Madre Tierra, y a nuestros pueblos y culturas. La destrucción del tejido social de nuestras comunidades, la migración masiva, el crecimiento desenfrenado de las periferias urbanas, la inseguridad, los agro-tóxicos, los transgénicos, la mala alimentación y la homogenización de los hábitos de consumo, el calentamiento global, la destrucción de los manglares, la acidificación del mar, el agotamiento de la pesca, son -entre muchos otros- síntomas de lo que está sucediendo.

Cualquier resistencia que oponemos los pueblos es respondida con demonización mediática, persecución y criminalización de organizaciones, líderes/esas y luchadores/as sociales, represión, asesinato, desaparición forzada, encarcelamiento ilegítimo, detención administrativa, acoso sexual y violación. Hay una modificación de leyes para permitir cada vez más criminalización y, en muchos casos, una impunidad creciente y casi total.

Preguntamos: ¿Es mejor un campo sin campesinos, sin árboles, sin biodiversidad, de monocultivo y producción confinada de animales, de agro-tóxicos y transgénicos, que produce y exporta alimentos no saludables, que genera cambio climático y mina la capacidad de las comunidades para adaptarse a ello, con contaminación, enfermedades, y migración masiva a las ciudades?¿o un campo compuesto por los territorios agroalimentarios de campesinos y campesinas, de pueblos indígenas, de agricultores familiares, pescadores artesanales y otros pueblos rurales, con vida digna, cosmovisiones y saberes diversos, árboles, biodiversidad, producción agroecológica de alimentos saludables, que enfría el planeta, que produce soberanía alimentaria y que cuida la Madre Tierra?

En este sentido, los compañeros y compañeras de Brasil nos ha enseñado su propuesta de una Reforma Agraria Popular, una reforma agraria no sólo para los campesinos sin tierra, sino para la clase trabajadora y toda la sociedad. Un concepto de reforma agraria con agroecología, con un enfoque territorial, que solo será conquistada a través de la lucha de clases y del enfrentamiento directo al proyecto del capital, a sus ganancias, a sus medios de comunicación concentrados y otros agentes nacionales e internacionales. Una reforma agraria para potenciar la agricultura, economía y territorios campesinos.

En el mismo sentido, en toda América, Asia, África, Europa y Medio Oriente, nuestras organizaciones, movimientos y convergencias están en la disputa territorial directa con el capital, con propuestas similares, basados en enfoques territoriales, en la convergencia entre nuestra diversidad, cosmovisiones, saberes populares y tradicionales, en la agroecología, pesca artesanal y pastoralismo tradicional, y en nuestros diversos modos y estrategias de vida. Las propuestas aunque similares, también son distintas según la naturaleza de nuestras diferentes realidades.

En donde está concentrada la tierra, luchamos por su redistribución, y en algunos países se habla de hacer una “revolución agraria.”En donde nuestros pueblos aún controlan sus tierras y territorios, luchamos por su defensa; en donde la tierra fue nacionalizada, y ahora es concesionada por los gobiernos a entes extranjeros, luchamos por su retorno a nuestras comunidades y derechos consuetudinarios. Los y las pescadores/as entre nosotros/as hablan de la lucha por los territorios de pesca artesanal. En Europa hemos retomado las ocupaciones de tierras y organizado luchas contra los cambios en el uso de la tierra, logrando visibilizar los problemas de acaparamiento y concentración. En Palestina luchamos contra la ocupación brutal de nuestro territorio y llamamos al boicot de los productos israelíes. Y en todos lados arde la lucha de la juventud por el acceso a la tierra y otros recursos.

Tenemos grandes victorias como la reforma agraria masiva -con recuperaciones populares de tierra- en Zimbabue, la ‘Educación del Campo’ en Brasil, las cancelaciones de concesiones mineras y para plantaciones masivas en algunos lugares de África, la permanencia de la reforma agraria cubana y su éxito agroecológico con el movimiento “de campesino a campesino,” etc.  También tenemos victorias parciales, pero alentadoras, como la promesa de una importante reforma agraria en Indonesia, para lo cual debemos movilizarnos y hacer cumplir sus promesas a nuestros gobiernos.

Nuestros Desafíos

Transformar la lucha por la tierra en la lucha por el territorio, junto con la construcción de un nuevo modelo productivo, para la soberanía alimentaria, profundizando una agroecología más “autónoma,” en base al rescate de saberes ancestrales y nuestros propios recursos e insumos locales.

Organizar la lucha por las políticas públicas, tanto a favor de la producción campesina como por la salud, la educación, la cultura y el deporte en nuestras comunidades.

Masificaremos la formación política e ideológica, mejoraremos el trabajo con nuestras bases, a fin de mejorar la organicidad interna y funcionamiento de nuestras organizaciones, fortaleciendo de manera creciente la participación y el liderazgo de mujeres y jóvenes.

Enfrentaremos la demonización mediática, y la manera como los medios masivos promueven una cultura de consumo y un vaciamiento de contenido de los sistemas “democráticos”. Trabajaremos arduamente por construir nuestros propios medios de comunicación, que dialoguen tanto con nuestras bases como con la sociedad en su conjunto.

Haremos frente de manera más efectiva a la criminalización, la represión, la militarización, y organizaremos la lucha internacional a favor de nuestros/as presos/as políticos/as. Organizaremos una jornada permanente de solidaridad, basado en el lema: “no damos lo que nos sobra, sino que compartimos lo que tenemos”.

Continuaremos con nuestra tarea de construir alianzas de clase, sin dependencias, entre campo y ciudad, y entre productores y consumidores.

Denunciamos y combatiremos a las leyes “anti-terroristas” y su aplicación contra nuestras luchas legítimas.

Confrontaremos la tendencia institucional (Banco Mundial, FAO, academia, ONGs, etc.) de vaciar de contenido a conceptos como “reforma agraria” y “agroecología,” lanzando versiones “light” como “acceso a la tierra” y “alimento orgánico industrial” del monocultivo del “agro-negocio verde,” y la “responsabilidad social de las corporaciones”.

Lucharemos para lograr mecanismos internacionales no solo “voluntarios,” sino vinculantes y sancionables.

Fortaleceremos la participación de las mujeres y jóvenes en todos los movimientos sociales. Implementaremos mecanismos para incrementar la permanencia de la juventud en el campo. Lucharemos contra el modelo patriarcal que impera bajo el sistema capitalista, y exigiremos  el pleno derecho de las mujeres campesinas e indígenas a  la tierra, agua y territorio.

Voces desde el campo

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Senegal: experiencias de marketing en cadenas cortas

Desde octubre de 2013, unas organizaciones de agricultores se han involucrado en un experimento de cooperativa agrícola llamado Sell Sellal, que facilita la distribución de frutas y verduras sanas en Dakar, verduras que se venden en mercados especializados semanalmente desarrollados y dirigidos por la cooperativa con el apoyo de Enda Pronat (www.endapronat.org).

«Esta iniciativa representa una oportunidad significativa para productores ya que la cooperativa compra los productos a un precio mucho más alto que en el mercado convencional (50 a 100 FCFA más por kilogramo adquirido).»
Ndeye Binta Dione, presidente de los mercados Sell Sellal

El principal resultado de Sell Sellal:
1. Entre 2013 y 2016, los volúmenes de ventas se multiplicaron por 10 (con 1.250 t / semana);
2. En 2015, la facturación alcanzó los 41.946 millones de FCFA de las que se beneficiaron 102 granjas familiares, incluyendo entre 5 y 7 empleados;
3. La cooperativa ahora tiene una estructura oficial y se encamina hacia la autonomía.

«Los consumidores-actores de Dakar ahora pueden comer verduras sin pesticidas químicos ni fertilizantes en los cuatros puntos de distribución instalados en Dakar.»
Maty Seck, vendedor de verduras de ASD

Igualmente, la organización campesina Woobin, miembro de Sell Sellal, y apoyada por Enda Pronat, estableció un nuevo sistema de venta al por mayor en 2015. El mercado de venta al por mayor se basa en una lógica de economía circular que está garantizada por un sistema de monitorización y control de calidad y que aumenta la conciencia del productor sobre la agricultura sana y sostenible. Esto permitió la compra de 24.630 toneladas de cebollas en 2015 a 50 CFA/kg más que el precio convencional, contribuyendo al acceso a verduras sanas a la población en las áreas rurales y urbanas y al empoderamiento de mujeres.

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Lanzamiento de un nuevo sistema de cajas de verduras

Gian Paolo Berta, Los Jardines de Nyon, Suiza

Mi nombre es Gian Paolo Berta y soy el coordinador de la ACP (Agricultura con contrato de proximidad, por sus siglas en francés o Agricultura sostenida por la comunidad en inglés) «Los Jardines de Nyon» -un proyecto nuevo de la agricultura local que la ciudad ha querido. Primero teníamos que encontrar un lugar para las entregas y las recogidas. Contactamos con varias asociaciones, pero no funcionó. Parece que la percepción de organizaciones que apoyan las granjas contractuales no son muy positivas por aquí. Finalmente, el ayuntamiento nos encontró un almacén. Cuando fuimos a visitarlo por primera vez, parecía frío y húmedo, ¡no era un salón de baile precisamente! Pero lo hemos renovado un poco y ahora estamos contentos con el resultado. Estamos encantados de haber podido empezar con las entregas. Era importante para nosotros llegar a la raíz de esto, aunque no conseguimos el número de contratos que esperábamos. Nos falta cierta visibilidad, pero creo que, sobre todo, es importante transmitir los valores de este tipo de agricultura por contrato a la comunidad. Para convencer a las personas para que se unan al proyecto, tienes que hablar de los problemas de los alimentos y de la agricultura e introducir la agricultura por contrato como una de las soluciones, tener un mensaje positivo. Unirse a proyectos de agricultura por contrato es un acto simple (son accesibles a todos) siempre y cuando se conozcan las razones. Sólo somos un granito participando en un cambio mayor. Es importante presentarlo de esta manera.

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Mercados locales: producción sana y accesible

Lola Esquivel, Asociación de Trabajadores del Campo, Nicaragua

Soy una productora afiliada a la Asociación de Trabajadores del Campo. Desde el 2001 comencé con esta práctica de los mercados locales, lo que ha representado una alternativa para generar ingresos y mejorar mi calidad de vida y de toda mi familia.
Para mí como productora es importante porque a través de los centros de distribución comunitarios das a conocer lo que producís, porque la producción de las mujeres está invisibilizado. Además te permite colocar tu producción fresca, sana y accesible para el consumidor.
El objetivo más rico es el traslado directo del productor al consumidor, porque normalmente los intermediarios se aprovechan de las y los pequeños productores y consumidores.
Además la iniciativa de los mercados locales contribuye con el mejoramiento de la dieta alimenticia porque el tomate que te comes, el ayote, el maduro son productos naturales y cosechados orgánicamente.

Cuadros

Cuadro 1

Pesca y agroecología

«Estamos diciendo que nuestra manera de pescar…de hecho, es la agroecología que estamos haciendo. Pescando de manera muy selectiva, y cuidando el medio ambiente. Nuestra interconexión con el océano siempre ha estado ahí pero ahora tenemos un término que describe nuestra conexión con el océano. La agroecología ayuda a describir la práctica pesquera que hemos estado llevando a cabo en los últimos 5000 años.»
Christian Adams, Masifundise, Sud Africa, pescador y miembro del WFFP

La pesca comparte dinámicas estructurales parecidas que la agricultura y la ganadería, y en muchos contextos los pescadores también son campesinos. La pesca de pequeña escala debe enfrentarse a la pesca industrial del mismo modo que las agriculturas y ganaderías campesinas se enfrentan a la agricultura industrial. Además, en la pesca artesanal o marisqueo y algunas formas de acuicultura de pequeña escala, se siguen unas normas, al igual que en la agroecológica, de la utilización en el uso de artes de pesca adecuadas para cada especie, el respeto por la época de trabajo, según las especies, el control de la cantidad estipulada por día de pesca, la siembra, protección y conservación de manglares, para asegurar la sostenibilidad, la biodiversidad en la producción y la dieta.

Además, la pesca se encuentra con las mismas dificultades que lo agrario en su relación con la comercialización y distribución. Al igual que en la agricultura, un cuello de botella se da en la concentración en la distribución. Mayor información sobre el lugar de origen, sobre su método de producción, la creación de sellos de calidad y de producción ecológica, se han visto desde lo agrario como pasos necesarios pero no suficientes: la venta directa, los canales cortos, los mercados de productores, junto con las tradicionales y nuevas formas de distribución de manera articulada entre productores y consumidores son estrategias que ya se trabajan en ambos sectores, entonces es un campo fértil para intercambiar aprendizajes.

Ya se aprendió que no sólo había que producir agroecológicamente sino que también había que venderlo agroecológicamente, para evitar que mediante sellos ecológicos se apropien las grandes productoras y comercializadoras de los beneficios económicos y conviertan esos alimentos en productos exclusivos para élites, sin que beneficien realmente a las productoras.

Para fortalecer este trabajo, hace falta la colaboración: 1.) entre productores pesqueros de pequeña escala ­incluyendo la participación creciente de jóvenes y mujeres­ para la defensa de sus territorios y sus manejos agroecológicos, para el acceso a los medios de producción y a canales de comercialización propios; 2.) entre los y las pescadores/as de pequeña escala y las consumidoras para construir canales de confianza basados en productos de calidad, locales, de temporada y con manejos agroecológicos; y 3.)el diálogo de saberes entre los movimientos pesqueros y campesinos. Son pasos que el mundo de la pesca va dando, a la vez fortaleciendo su voz colectiva y articulando alternativas reales.

Cuadro 2

Convertir la tendencia del supermercado tsunami

Es fácil ver la absorción empresarial de nuestro sistema alimentario desde la perspectiva de la agricultura: es visible en la expansión de los monocultivos a gran escala, en la apropiación de la tierra y las aguas y en el desplazamiento de los campesinos y de las comunidades indígenas. Pero la expansión del control empresarial se esparce por todas las cadenas de suministros de alimentos mundiales, desde las grandes explotaciones a las estanterías de los supermercados. De hecho, el rápido cambio de los mercados frescos a los supermercados en el contexto de la distribución de alimentos también tiene implicaciones alarmantes como el cambio del campesino a las explotaciones industriales.

En muchos países en desarrollo en la región del Pacífico asiático, por ejemplo, los mercados de productos frescos proporcionan subsistencia a millones de personas -desde los agricultores a pequeña escala que aportan sus cosechas a los pequeños propietarios de puestos, artesanos, vendedores callejeros y una gran variedad de otros trabajadores informales que obtienen escasos ingresos de este sector, tales como portadores y cargadores en los mercados. En India, casi 40 millones de personas dependen del sector del comercio informal y los mercados de productos frescos; y en Indonesia más de 12 millones de personas dependen de los mercados de productos frescos [1]. Miles de vendedores ambulantes -que trabajan cada día para proporcionar alimentos a las comunidades urbanas- son el corazón de las ciudades como Bangkok y Hanói. Una encuesta realizada por el Departamento de Comercio de Hanói sobre el estado de los vendedores ambulantes muestra que existen unos 5.000 vendedores de verduras y 9.000 vendedores de frutas en los distritos interiores de la ciudad, siendo las mujeres un 93 por ciento de las vendedoras, 70-80 por cierto de las cuales provienen de las provincias circundantes[2]. Una encuesta realizada en 2010 por la Administración Metropolitana de Bangkok muestra la sorprendente cifra de 40.000 vendedores ambulantes operando en la ciudad de forma diaria[3].

La rápida «supermercatización» de los mercados mundiales de alimentos, facilitada por el crecimiento de numerosos acuerdos de inversión y de libre comercio, es lenta y sin duda un factor de marginación, también domina los lugares de millones de personas cuya subsistencia depende de este sector. Al mismo tiempo, reduce el acceso a los alimentos adecuados y nutritivos al manipular los precios de los alimentos y de la agricultura. Los supermercados hacen que los productos básicos sean caros mientras que también crea la explosión de la comida basura -inundando con alimentos baratos y procesados los mercados locales y afectando de manera adversa la salud pública[4].

Este cambio hacia los supermercados no es una solución para alimentar una población en constante aumento. Sino que sólo transferirá el control y el acceso de los alimentos a un puñado de comerciantes internacionales estrechamente ligados con la agroindustria. En toda la región del Pacífico asiático existe un aumento de la concienciación y resistencia a los vendedores internacionales y cadenas de supermercados en las comunidades de campesinos, los sindicatos de vendedores ambulantes y consumidores. Es importante continuar construyendo alianzas estratégicas y alternativas que desafíen la tendencia de la «supermercatización».

Cuadro 3

Cooperativa exitosa en Nicaragua

La Federación de Cooperativas para el Desarrollo – FECODESA trabaja para mejorar las condiciones de los pequeños agricultores, reducir el riesgo e incrementar las oportunidades de mercado. FECODESA es una federación nacional de cooperativas de pequeños y medianos agricultores en Nicaragua que unifica 6.000 familias comprometidas con la agricultura de pequeña escala. Las familias producen su propia comida y venden su exceso de producción a los mercados locales, nacionales e internacionales a través de sus cooperativas y de FECODESA.
FECODESA ha adoptado los principios de la cooperativa para su trabajo poniendo énfasis en los procesos democráticos y en la total inclusión de sus miembros en las operaciones económicas y la toma de decisiones.
FECODESA se estableció en 2006 y proporciona capital, oportunidades de mercado y desarrollo de capacidad a sus miembros, contribuyendo así al incremento de la productividad en los campos, incrementando la calidad de la producción y añadiendo valor a los bienes primarios. Además, FECODESA participa activamente en las iniciativas gubernamentales y en las mesas redondas donde se deciden las políticas agrícolas, técnicas y mecanismos financieros. Una integración formal en dichas áreas, donde los pequeños agricultores normalmente no tienen mucha representación, permite a FECODESA tener voz y voto representando los intereses de los pequeños agricultores.


Mecanismos de mercado

Organizar a los pequeños agricultores en cooperativas les ayuda a ser el motor central en los espacios económicos y políticos ligados al sector agrícola en Nicaragua. Esto se consigue organizando primero a los agricultores en cooperativas, después organizándolos como una red de cooperativas con intereses similares y, por último, participando en los casos de toma de decisiones para una mayor representación de los intereses de los pequeños agricultores.

Elementos clave del éxito:
1. Legitimidad. FECODESA fue establecida, es propiedad y está dirigida por los campesinos a pequeña escala. La operación está motivada por los intereses compartidos de los miembros; mejorando las condiciones de vida y teniendo en cuenta las consideraciones medioambientales.
2. Una fuerte organización. Todas las cooperativas en FECODESA trabajan para crear una estructura gubernamental financiera e interna en su propia organización.
3. Transparencia, alto rendimiento financiero y sistemas gubernamentales. Las operaciones de FECODESA se construyen en sistemas que permiten que las soluciones capitales, de conocimiento y técnicas lleguen rápidamente a sus miembros.
4. Fuerte promoción trabajando para defender los intereses de los pequeños agricultores, tanto a nivel local como nacional. FECODESA se dio cuenta de que la influencia de los pequeños agricultores en el proceso de la toma de decisiones es absolutamente fundamental para alterar el equilibrio de poder en el sector de la agricultura.

Cuadro 4

Agricultura orgánica y la experiencia del mercado comunitario de OFBMI

La Agricultura Orgánica de Barangay Macabud (OFBMI, por sus siglas en inglés) es una cooperativa de agricultores formada por casi cien beneficiarios de las reformas agrarias en la provincia de Rizal, Filipinas. Se formó tras dos décadas de lucha por la tierra, la OFBMI busca revitalizar la producción agrícola en el área a través de la agricultura comunal y agroecología.

Desde su creación en 2014, la OFBMI se comprometió seriamente con el gobierno para acceder a los servicios de apoyo necesarios para mejorar las capacidades y los ingresos de los campesinos. Esto entra dentro del contexto de la pobreza generalizada en el área causada por una batalla legal protegida por la propiedad de la tierra, con la mayoría de las familias viviendo por debajo de los 2 dólares al día y cultivos de subsistencia. En un año, la OFBMI recibió semillas y materiales vegetales, así como equipamiento, tales como trituradoras y tractores de mano.

Al ser parte de la PARAGOS-FILIPINAS, una organización nacional de campesinos y miembro de La Via Campesina, algunos miembros de la OFBMI pudieron atender a la formación en agroecología. Esto, junto con la perspectiva de compromiso de los mercados especializados para productos orgánicos influyó positivamente en la decisión de la OFBMI para volverse 100% orgánica. En un corto período de tiempo, la mayoría de los miembros campesinos han podido producir suficiente aporte orgánico incluyendo humus de lombriz para sus propias necesidades y granjas comunales.

Sin embargo, la mayoría de los mercados orgánicos ahora están dominados por cooperativas/granjas más grandes con mayores capacidades de producción y la Certificación de Productos Orgánicos de Terceros. La OFBMI se dio cuenta de que, aunque los precios son más competitivos, simplemente no pueden continuar con la creciente demanda de productos orgánicos. El grupo decidió volver a su base. «¡¿Por qué deberían vender nuestras verduras a la clase media y alta cuando la mayoría de las familias en nuestro pueblo siguen hambrientas?!», exclamó un campesino.

Hoy en día, la OFBMI ha establecido un «mercado comunitario» donde se venden productos orgánicos a precios que marca el productor en un esfuerzo de no crear sólo una conciencia de la agroecología sino también proporcionar alimentos seguros y saludables para igualar a los más pobres en la comunidad. Otros productores y vendedores de los mercados locales estaban incluso convencidos a atender a los ejercicios de formación orgánica que la OFBMI organiza de forma regular. Los beneficios son raramente altos en el mercado de la comunidad, pero son suficientes para sostener y ampliar la iniciativa para la disponibilidad y seguridad alimentaria.

[1] GRAIN,»Soberanía alimentaria a la venta: los supermercados están minando el control de las personas sobre los alimentos y la agricultura en Asia«, 17 de septiembre de 2014.

[2] TrungHieu,»Vendedores ambulantes: una parte vital y dinámica de Hanói«, VietnamNews, 29 de junio de 2014.

[3] Gisele Yasmeen y Narumol Nirathron, «Vender en espacios públicos: el caso de Bangkok», WIEGO documento normativo (políticas urbanas) n1º16, mayo de 2014.

[4] GRAIN, «Libre comercio y la epidemia de la comida basura en México«, 2 de marzo de 2015.

Destacados

Destacados 1

El reconocimiento, el apoyo y la protección de nuestros mercados territoriales[1]

(…)El grueso de los alimentos consumidos en el mundo (el 70%), es producido por productores y trabajadores a pequeña escala. La mayor parte de estos alimentos se canaliza a través de lo que proponemos llamar «mercados territoriales», tal y como se explica más adelante. Tan solo el 10-12% de los productos agrícolas se comercializa en el mercado internacional, en concreto se trata del 9% de la producción de leche, el 9,8% de la producción de carne, el 8,9% de la de arroz y el 12,5% de la de cereales[2]. La idea de «vincular a los pequeños productores con los mercados» es engañosa: más del 80% de los productores a pequeña escala de todo el mundo opera en los mercados territoriales, que son los más importantes para la seguridad alimentaria y la nutrición[3]. Queremos que estos mercados sean reconocidos, apoyados y defendidos mediante políticas públicas adecuadas.

Proponemos denominar a estos mercados «territoriales» porque todos están situados en áreas específicas con las que se identifican. La escala de estas áreas puede ir desde el nivel de una aldea hasta el de un distrito o incluso una región, de modo que no pueden definirse como «locales». Su organización y gestión puede incorporar un mayor o menor grado de formalidad, pero siempre hay alguna conexión con las autoridades competentes, de modo que no pueden definirse como puramente «informales». Satisfacen la demanda de alimentos en distintas zonas: rurales, peri urbanas y urbanas. Implican a otros actores a pequeña escala del territorio: comerciantes, transportistas y procesadores. A veces estas otras funciones las desempeñan los productores a pequeña escala o sus asociaciones. Las mujeres son aquí actores fundamentales, de modo que estos mercados les proporcionan una fuente importante de autoridad y de ingresos cuyos beneficios repercuten en sus familias.

Estos mercados son extremadamente diversos, pero todos se distinguen por ciertas características si se comparan con los sistemas globales de suministro de alimentos, por ejemplo:

  • Están conectados directamente con los sistemas alimentarios locales, nacionales o regionales: los alimentos en cuestión se producen, procesan, comercializan y consumen dentro de un «territorio» concreto, la brecha entre los productores y los usuarios se reduce y la longitud del circuito se acorta.
  • Desempeñan múltiples funciones económicas, sociales y culturales dentro de sus territorios, que comienzan por la provisión de alimentos, pero no se limitan a este aspecto.
  • Son los más remunerativos para los productores a pequeña escala, ya que les ofrecen más control sobre las condiciones de acceso y los precios que las cadenas de valor establecidas.
  • Contribuyen a la economía territorial, ya que permiten que una proporción mayor del valor añadido se mantenga en las explotaciones y las economías locales, y retorne a las mismas. Por lo tanto, suponen una importante aportación a la lucha contra la pobreza rural y a la creación de empleo.

Hay mercados vinculados a los territorios en todo el mundo. Son con gran diferencia los espacios más importantes de provisión de alimentos en regiones como África, Asia, Latinoamericano y el Cercano Oriente. Su importancia va en aumento en Europa y Norteamérica. (…) A pesar de ello, tanto las investigaciones y la recopilación de datos como la toma de decisiones sobre políticas públicas e inversiones los han ignorado, de modo que su funcionamiento no se entiende, apoya ni protege lo suficiente. Esto explica por qué todavía no existe un término consensuado para definiros. El uso del enfoque territorial, del que los mercados son un componente importante, está ya muy extendido y va en aumento en el contexto de la gestión de recursos naturales, la planificación del desarrollo, la gestión de las relaciones en proceso de evolución entre los espacios rurales y los urbanos y la promoción del gobierno supranacional descentralizado.

Destacados 2

Declaración de La Vía Campesina  sobre  Comercio, Mercados y Desarrollo en el marco de la  CNYCYD 2016[4].

En el contexto de la décimo cuarta sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD o UNCTAD),  realizada del 17 al 22 de Julio en Nairobi, Kenya, La Vía Campesina reitera  su compromiso con la Soberanía Alimentaria y el Derecho a la Alimentación, así como su resolución para acabar con el “paradigma de libre comercio” y el “desarrollo de mercado”; así llamados por el neoliberalismo, estos patrones  que solo sirven para consolidar el poder de las multinacionales sobre nuestros sistemas alimentarios.

En cuanto a las Naciones Unidas, esperamos de la CNUCYD y sus estados miembros  prioricen los procesos democráticos y participativos enfocados en políticas que promueven con éxito la Soberanía Alimentaria. La CNUCYD no debe servir para promover los Acuerdos de Libre Comercio (ALCs), incluyendo los Acuerdos de Asociación Económica (AAE) con la Unión Europea en África,  que sin excepción, han resultado en mayor hambruna, pobreza y exclusión para mucha gente de todo el mundo.

Acerca de la CNUCYD

La Vía Campesina recibió con optimismo la publicación del informe de la CNUCYD titulado “Pequeños campesinos y el desarrollo de producción sostenible”, donde se reconoce el papel clave que desempeñamos en la cadena de producción alimentaria y en los mercados, así como la necesidad de que tanto gobiernos como instituciones multilaterales trabajen directamente con nosotros para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero nos oponemos frontalmente a las numerosas recomendaciones del informe acerca de mercantilizar la producción agrícola. Rechazamos de pleno la premisa implícita en el informe según la cual solo somos una fuente viable de alimento y nutrición a largo plazo si buscamos generar beneficios o “empresarializarnos”. Denunciamos los intentos continuos de mercantilizar la alimentación y la nutrición, y les recordamos a todos los asistentes de la 14a de la CNUCYD que la alimentación es un Derecho Humano.

La CNUCYD puesta en marcha presenta un modelo neoliberal de comercio y libre mercado que contrasta fuertemente con el paradigma de Soberanía Alimentaria, en el cual los pequeños campesinos son actores sociales, culturales e históricos que toman decisiones basadas en una miríada de razones personales, éticas y culturales, no solamente el beneficio, el negocio y el mercado. Queremos que la CNUCYD nos proteja de los destructivos y secretos TLAs que promueve la antidemocrática OMC, tales como la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI  o TTIP), el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), el Acuerdo Económico y Comercial Global (AECG o CETA), el Acuerdo en Comercio de Servicios (TiSA), los AAE y sus supuestos mecanismos de Arbitraje de diferencias estado-inversor (ISDS).

Nosotras y nosotros, el campesinado del mundo, actualmente, alimentamos a la mayoría de la población, a pesar de los múltiples tratados de libre comercio que buscan desubicar la producción y el comercio campesino en el mundo entero.

Producción campesina y mercados locales

Más del 80% de las y los  pequeños campesinos funcionan en ámbito local o regional, y una amplia mayoría lo hace mediante canales informales. Estos mercados tan diversos acogen la mayoría del flujo de alimento consumido mundialmente. El rango va de lo local a lo regional, y estos espacios se encuentran en zonas rurales, periurbanas y urbanas.

Dichos mercados están conectados a sistemas alimentarios locales, regionales y/o nacionales: el alimento se produce, procesa, comercia y consume en un área determinada, con lo que el valor añadido permanece en la zona y se comparte, con lo que se fomenta la creación de empleo. Tienen lugar en espacios organizados o de manera más informal, lo que dota a los pequeños agricultores de mayor flexibilidad y menos barreras para entrar en el mercado y más control sobre los precios y las condiciones. Sus funciones exceden el mero intercambio de bienes, son espacios de interacción e intercambio de conocimiento. Son los mercados más importantes, particularmente para las mujeres del campo, respecto a la inclusión y el acceso; contribuyen de manera significativa al cumplimiento de nuestro derecho a la alimentación y nutrición.

A pesar de su importancia, estos mercados informales se ignoran en los sistemas de recaudación de datos, lo que afecta negativamente a la hora de aportar pruebas que informen a las políticas públicas. La mayoría de mujeres pequeñas campesinas trabajan en estos mercados, su aporte esencial a la cadena alimentaria, incluyendo la distribución y  el crecimiento económico permanece invisible en los procesos de desarrollo de políticas y en el comercio. Por eso estas mujeres enfrentan obstáculos a la hora de acceder a recursos y oportunidades de publicidad. Dada su relevancia para la seguridad alimentaria y las comunidades de pequeños campesinos, tanto inversiones como políticas públicas deberían orientarse a reforzar, ampliar y proteger los mercados campesinos locales y nacionales.

Nuestro llamado a la CNUCYD y sus estados miembros busca el apoyo al recabado extensivo de datos de los  mercados a nivel local, doméstico e informal, tanto rural como urbano, su conexión al territorio en cuestión para mejorar la base de datos que crea políticas, incluso los datos no relacionados al género, y poder incorporar todo esto a los sistemas de recopilación de datos nacionales e internacionales.

Recomendamos precios transparentes y justos para todos  los productos agrícolas que remuneren adecuadamente el trabajo y la inversión del pequeño campesino, especialmente las mujeres. Estas políticas de precios deberían proporcionar acceso asequible y puntual a la información del mercado que le permitiera tomar decisiones sobre qué, cuándo y dónde vender, y estar a resguardo del abuso de poder del comprador, especialmente en mercados saturados.

Exigimos programas públicos e institucionales de abastecimiento que permitan a los pequeños campesinos contar con una demanda regular y estable de sus productos a precios justos, y a los consumidores el acceso a productos sanos, nutritivos, variados, frescos y locales, incluso si hay crisis y conflictos. Queremos que dichos programas abastezcan a escuelas, hospitales, prisiones, asilos, cantinas de funcionarios, de manera que se integre en el proceso a los campesinos quienes aportan sus productos. Reiteramos nuestro llamado a una solución permanente al problema del almacenamiento público de los granos — dado los desequilibrios en las provisiones de apoyo de los países desarrollados — y nuestro compromiso en construir programas de abastecimiento públicos e institucionales sólidos.

Para que estos programas tengan éxito, les recordamos a los gobiernos nacionales que deben garantizar un acceso justo y equitativo a la tierra, el agua, el territorio y la biodiversidad, y para ello, les referimos a las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional.

Los alimentos son un derecho humano y no se deben tratar como mera mercancía. Apelamos a la CNUCYD del 2016 a revisar cómo afronta el problema de la alimentación y su relación con el comercio y el desarrollo. El campesinado es el corazón de la producción de alimentos y necesitamos con urgencia la Soberanía Alimentaria — la cual requiere la protección y renacionalización de los mercados alimentarios nacionales, la promoción de circuitos locales de producción y consumo, la lucha por la tierra, la defensa de los territorios de los pueblos indígenas y una reforma agraria integral — no las falsas promesas de los sistemas de producción dependientes y muy exigentes en insumos externos y capital, al estilo de la Revolución Verde, los cuáles funcionan bajo la falsa premisa de la competitividad que logran éxito solo cuando perjudica los medios de subsistencia de los campesinos en otros lugares.

Recordamos a los gobiernos que tienen obligaciones respecto a la prestación de servicios públicos de calidad que dignifiquen la vida rural (salud, educación, etc.) y que no se puede cumplir con estas obligaciones sin precios justos que protejan los campesinos locales contra las transnacionales ávidas de lucro y el sistema de comercio internacional que sirve hoy en día solo a los intereses de la agroindustria y las otras élites empresariales. La CNUCYD, como órgano* de la Naciones Unidas, debe procurar ser coherente con sus otros esfuerzos actuales, incluyendo la realización efectiva de la Declaración Universal de Derechos Humanos.  Es así que junto con nuestros aliados en Nairobi, y en todo el planeta, les invitamos a unirse con nosotros  en la lucha para la Soberanía Alimentaria y el fin del “libre comercio” promovido por instituciones antidemocráticas como la Organización Mundial del Comercio (OMC).


[1] Este artículo ha sido extraído del documento «Vinculación de los productores a pequeña escala con los mercados»  Qué propone el MSC.

[2] FAO (2015) El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2015–16; FAO (2015) Perspectivas alimentarias. Resúmenes de mercado.

[3] T.Reardon and J. Berdequé (de próxima publicación), “Agrifood marketing and value chains” del FIDA, Rural Development Report; E. Del Pozo-Vergnes (2013) From survival to competition: informality in agrifood markets in countries under transition. The case of Peru, IIED.

[4] Nairobi, 19 de Julio de 2016

Agroecología en la práctica

Agroecología en la práctica 1

Difundiendo la Agroecología y construyendo una resistencia por la soberanía alimentaria

Escuela de Agroecología Shashe

El Foro de los Campesinos/-as a Pequeña Escala de Zimbabwe (ZIMSOFF por sus siglas en inglés), miembro de La Via Campesina (LVC), coordina una Escuela de Agroecología en Shashe que promueve el intercambio de las experiencias agrícolas empleando la Agroecología a través de la enseñanza horizontal entre los y las campesinas de Zimbabwe y los países vecinos.

Esta escuela hace parte de la red de LVC de más de 50 escuelas de Agroecología en el mundo, y es el pilar para el desarrollo colectivo de estrategias que luchan en contra de la dependencia de los productos agroquímicos y los fertilizantes y también para sobrevivir el cambio climático. En Shashe, los y las campesinas emplean varias prácticas agroecológicas que aseguran la soberanía alimentaria, mitigan el cambio climático, y reducen la dependencia en la compra de insumos agrícolas, permitiendo así que los ingresos agrícolas se queden en los bolsillos de la familia. Estas prácticas incluyen el uso de abonos, mantillo, labranza reducida, rotación de cultivos, intercambio y uso de semillas tradicionales, entre otras. Tales prácticas son el fundamento para la construcción de un nuevo futuro para las y las trabajadoras campesinas, no sólo en ZIMSOFF pero también a nivel mundial. Además de plantar sus cultivos, los y las campesinas mantienen una gran variedad de ganado. Nuestros sistemas agroecológicos están designados de tal forma que el ganado no compita por comida con los seres humanos, sino que consuman lo que las personas no comen, como por ejemplo la maleza y los insectos. 

Las familias campesinas en ZIMSOFF también están experimentando con el procesamiento, la conservación y la preservación local de alimentos. Esto es esencial no sólo para reducir pérdidas que resultan de la cosecha, pero también para dar inicio al crecimiento de pequeñas industrias locales que son fundamentales para la contratación de jóvenes. Los cultivos de girasol y de maní son procesados para hacer aceite de cocina y mantequilla de maní respectivamente. En Shashe, los y las campesinas están creando un mercado local vibrante de sus productos y fortalecen las relaciones con los consumidores.

En abril de 2016, la escuela hospedó a 20 campesinos/-as de la provincia de Manica en Mozambique quienes vinieron para aprender e intercambiar información sobre las semillas campesinas y las luchas en contra de las políticas que pretenden criminalizar su producción e intercambio. Las malas políticas facilitan la comercialización de semillas comerciales registradas entre los países miembros y construyen un marco político que impone la privatización del germoplasma, representando un atentado contra las semillas campesinas. Enfrentarse a estas políticas es un complemento llave a la Agroecología. Tales intercambios – como los que las escuelas de Agroecología promueven – son fundamentales para la organización de la resistencia y para construir la soberanía de las semillas campesinas.

La experiencia en Shashe muestra que junto con la Agroecología, sus semillas y su ganado, los y las campesinas pueden producir alimentos saludables a bajo costo y en armonía con la naturaleza para sus familias y el mercado. Más importante aun es que la Agroecología provee un ambiente para que los y las campesinas experimenten y den forma a su proprio desarrollo rural sostenible y construyan mejores relaciones sociales a partir del respeto y el mutuo aprendizaje.

Agroecología en la práctica 2

Revirtiendo la Revolución verde

Red de Semillas Criollas y Nativas del Uruguay

Durante miles de años la producción de alimentos para consumo humano se basó en la utilización de semillas «naturales» por parte de los pueblos indígenas, los campesinos y campesinas y los agricultores y agricultoras, es decir que con nuestros propios conocimientos, capacidades y habilidades, hemos sido capaces de domesticar especies silvestres, adaptarlas, mejorarlas y sobre todo reproducirlas para satisfacer nuestras necesidades alimentarias. Se puede observar muy claramente cómo tres cultivos básicos, el maíz en América, el trigo en África y el arroz en Asia, dieron origen y sustento a tres modelos de civilización.

Luego con los procesos migratorios las semillas originalmente locales fueron trasladadas a otros territorios, distintos ecosistemas, distintas condiciones climáticas y ambientales y otra vez fueron los campesinos y campesinas quienes tuvieron la capacidad de adaptarlas y reproducirlas. Este es el origen del concepto de «semilla criolla», que se diferencia del de «semilla nativa» justamente en ese proceso de adaptación.

Se calcula que los seres humanos tuvimos unas 6000 variedades vegetales domesticadas y aptas para consumo. Hoy sólo se utilizan unas 200 y de ellas sólo 12 son los cultivos básicos que conforman nuestra dieta.

A partir de la segunda década del siglo pasado los países centrales impusieron el modelo de la Revolución Verde en todo el mundo, con sus paquetes tecnológicos, como las semillas industriales, transgénicas y los agrotóxicos asociados, entre otras cosas. Nunca se logró combatir seriamente el hambre en el mundo y los impactos económicos, sociales y ambientales han sido gravísimos. Sin embargo, es posible frenar y revertir el avance de la agricultura industrial a gran escala dominada por el agronegocio y u puñado de inmensas corporaciones transnacionales. En Uruguay, desde la Red de Semillas Criollas y Nativas estamos marcando el camino al demostrar que la mayoría de los materiales genéticos criollos y nativos sigue en manos de los campesinos/as y agricultores/as familiares, que los han conservado y utilizado a través de varias generaciones para alimentar a nuestro pueblo.

Pero estamos hablando de Soberanía Alimentaria y todos coincidimos que es un DERECHO, pero ejercerlo no es tarea solo de aquellos que producimos alimentos. Todos y todas, desde el lugar que ocupen en la sociedad, deben sumarse a la lucha por defenderlo. Tampoco estamos solos, a lo largo y ancho del mundo millones de campesinos/as y comunidades están haciendo lo mismo. Mientras exista una agricultora o un agricultor que tenga su semilla, luchará por un pedazo de tierra para plantarla y agua para regarla, y la perpetuidad de la vida estará garantizada.

Agroecología en la práctica 3

Construyendo el movimiento de la Agricultura Apoyada por la Comunidad en Europa

Urgenci Europe

Estamos construyendo el movimiento de la Agricultura Apoyada por la Comunidad (AAC) en Europa. Estamos trabajando para desarrollar los pilares de articulación entre la soberanía alimentaria y la economía solidaria.

Con un movimiento en rápido crecimiento ha surgido la necesidad de construir una narrativa común; por lo tanto iniciamos un proceso que llevó un año para desarrollar una Declaración Conjunta para todos los miembros a lo largo de Urgenci Europa. Tal y como la última  encuesta europea de AAClo indica, hay casi un millón de miembros de la AAC a través del continente, implicando, por ende, un gran desafío. No todos los países o miembros estuvieron involucrados, pero fue un proceso participativo y de propiedad colectiva desde el principio en el que nos dedicamos a lograr un acuerdo sobre quienes somos y qué defendemos: una especie de “tarjeta de identidad” del movimiento que nos ayude a desarrollar como una unidad y  prevenga la captura corporativa del concepto de la AAC.

Los esquemas de cuadro, las Asambleas de Alimentos y otras ideas similares han empezado a surgir y consumir nuestro mercado. Sin embargo, ¡ninguno de ellos tiene la característica única de riesgos y beneficios compartidos que los consumidores de la AAC comparten con sus productores!

El proceso de construcción de una Declaración Europea sobre la Agricultura Apoyada por la Comunidad refuerza tanto la plataforma de la AAC europea como también las redes locales y nacionales, fomentando discusiones fundamentales sobre qué defendemos y cómo lo compartimos ampliamente. El proceso también ha sido un camino para alimentar el futuro de un proceso sostenible para la construcción de un movimiento. 

La Declaración fue adoptada en la 3ra Reunión Europea de la AAC el 17 de septiembre en Ostrava, República Checa y fue la mejor forma de adoptar la posición en nombre de nuestro movimiento; porque si no lo hacemos nosotros/-as, ¡alguien más lo hará!

Desde entonces, esta ha sido aclamada con gran entusiasmo no sólo en Europa sino en otros países alrededor del mundo. Ha sido traducida a varios idiomas y ha servido a todas las personas que practican la AAC que no son necesariamente miembros de Urgenci para acercarse más a nosotros/-as. Todavía es pronto, pero la Declaración prueba ser una herramienta poderosa para construir el movimiento para todos/-as nosotros/-as. ¡Nos sentimos orgullosas y orgullosos de haber podido ser parte de este proceso único!

Para leer la Declaración (en inglés) acá.

Agroecología en la práctica 4

Una verdadera solución a la crisis agraria en la India

Cero Presupuesto para la Agricultura Natural en India

El Cero Presupuesto para la Agricultura Natural (ZBNF por sus siglas en ingles) es tanto una serie de prácticas agroecológicas como también un movimiento campesino de base en India, especialmente en Karnataka, donde alrededor de cien mil campesinos y campesinas participan. Esto se ha logrado sin financiamiento, ya que el ZBNF inspira un espíritu de voluntarismo entre sus miembros campesinos, quienes son los protagonistas del movimiento.  El término “presupuesto” se refiere a créditos y gastos, por eso la frase “Cero presupuesto” que significa sin uso de crédito alguno, y “agricultura natural” significa CON la Naturaleza. El movimiento nació de la colaboración entre Subhash Palekar, un científico agrario que elaboró la “caja de herramientas” de las prácticas de ZBNF, junto con la asociación estatal de agricultores de Karnataka (KRRS), que es miembro de La Via Campesina (LVC).

Existe una crisis agraria en India, en la que los campesinos/-as tambalean bajo la deuda causada por los costosos insumos agrícolas, los bajos precios del mercado y las políticas inadecuadas.  Más de un cuarto de millón de campesinos/-as se han suicidado en las últimas dos décadas. Varios estudios han ligado estos suicidios a la deuda. Bajo estas condiciones, la agricultura “cero presupuesto” promete acabar con la dependencia a los préstamos y cortar drásticamente con los gastos de producción. Los y las agricultoras de ZNBF que han dejado a un lado los monocultivos químicos para practicar ZNBF dicen que ahora producen mucho más sin prácticamente gasto alguno. 

Las prácticas clave de ZBNF incluyen: Jivamruta– una cultura de microbio echa a base de orina de vaca, estiércol, harina de legumbres, azúcar en bruto y un manojo de tierra; un tratamiento similar de semillas llamado Bijamruta; mantillo intensivo y cultivos de cobertura; y la regulación de la humedad. ZBNF requiere menos de la mitad del agua utilizada en la agricultura convencional y es apta para las áreas áridas. Hay una multitud de otros principios como cultivo intercalado o mixto, lombrices de tierra locales, vacas indígenas, líneas de nivel y manejo ecológico de plagas.

A nivel local, el movimiento tiene una dinámica auto-organizada y funciona de forma informal. La mayoría de las personas campesinas practicando ZBNF están libremente ligadas unas a otras y llevan a cabo actividades de intercambio tipo campesino-campesino de manera organizada y espontánea, al igual que otras actividades pedagógicas. La principal actividad organizada central a nivel estatal son los campamentos enormes e intensivos de capacitación enseñados por Palekar, con una asistencia de entre 300 a 500 campesinos/-as y con una duración de hasta cinco días.

Mensaje de un Campesino

“En ZBNF nuestros gastos son muy bajos. No importa cual sea la cosecha, aun obtengo una ganancia porque mis gastos son insignificantes. Además, he adicionado cultivos intercalados a esto, entonces recibo ingreso de muchos cultivos y no sólo de uno. La cosecha no es un concepto importante para nosotros.”— Belgaum, un campesino de ZBFN

Cuadros

Cuadro 1

“Meterse en camisa de once varas”: el régimen de comercio inversiones impide el desarrollo de la Agroecología y el acceso a la tierra

Los y las productores de alimentos a pequeña escala avanzan con un intercambio de conocimientos, prácticas y movimientos por la Agroecología. La evidencia de base muestra que con las inversiones públicas apropiadas se pueden dar pasos aun mas largos a la hora de alcanzar la soberanía alimentar a través de acciones que promuevan la Agroecología.

Estos acuerdos se enfocan en atraer la agroindustria y están dirigidos a la generación de ganancia para ellos. Esto se ha venido realizando abriendo nuevos mercados mediante la liberalización del comercio y las inversiones, usando los tratados bilaterales de inversión (TBI), los tratados de libre comercio (TLC), los préstamos condicionales y los convenios de ayuda.

Las provisiones en todos estos acuerdos comprometen y reemplazan la soberanía de los estados y obstaculizan su habilidad para mejorar o proteger sus economías e intereses socio-ambientales. Al mismo tiempo estas proveen la promoción y la protección integrales de los intereses de la agroindustria a expensas de los estados y del bienestar de los pueblos.

Los instrumentos clave aquí son: i) la solución de controversiasentre inversores y Estados (SCIE) que permite que las empresas demanden a los estados por millones de dólares en tribunales arbitrales secretos por la implementación de políticas económicas, sociales o ambientales que puedan impedirles actividades de lucro; ii) las políticas de promoción de las inversiones de la agroindustria, como lo son las zonas libres de impuestos, las reducciones arancelarias unilaterales, los subsidios para el consumo de servicios (como por ejemplo la electricidad y el agua), y los subsidios para la contratación y la capacitación de trabajadores/-as. Las políticas favorables para la agroindustria tienden también a ser insistidas por los donantes de las ayudas de desarrollo o de asistencia alimentaria; iii) los requisitos para dar las mismas, o mejores, condiciones a los agronegocios extranjeros en comparación con los negocios locales; iv) la prohibición de los requisitos de funcionamiento, como por ejemplo la contratación de personal nacional o la transferencia de tecnología.

A pesar de esto, los movimientos por la soberanía alimentaria y por la justicia económica están contraatacando! Para leer mas, aquí.

Cuadro 2

La soberanía slimentaria echa raíces en Europa del Este

El Segundo Foro Nyéléni en Europasobre la soberanía alimentaria se llevó a cabo en Cluj-Napoca, Rumania del 26-30 de octubreyreunió a más de 500 participantes de 40 países de Europa y Asia Central.

Después de cinco días de discusiones, se sentaron las bases a través de la planeación de varias acciones y estrategias para retomar y relocalizar los sistemas alimentarios europeos. Una gran diversidad de personas estuvo presente, incluyendo campesinos y campesinas, trabajadores/-as de la alimentación y la agricultura, sindicalistas, investigadores, activistas, pescadores, pastores, pueblos indígenas, consumidores, ONGs y defensores de los derechos humanos.

Un gran logro del Foro fue la convergencia de las organizaciones y movimientos de Europa del Este y Asia Central, que inició charlas sobre las estrategias regionales colectivas e intensificó la coordinación del movimiento por la soberanía alimentaria en esa zona. La convergencia también reconoció la Declaración de Malí sobre la Agroecología como la base para que la región europea amplíe la Agroecología con el fin de lograr la soberanía alimentaria.

El proceso que llevó hacia el Foro inició en diciembre de 2015, cuando múltiples organizaciones a través de Europa se reunieron en París para discutir la estructura y el funcionamiento de un nuevo Comité de Coordinación de Nyéléni Europa, el cual hizo llamamiento tres meses después en marzo de 2016 para la participación en el segundo foro. El trabajo preparativo fue llevado a cabo por un coordinador de tiempo completo y varios grupos de trabajo que se encargaron de la recaudación de fondos y los aspectos financieros, el establecimiento de una nueva página web y boletines de noticias, la preparación de la agenda y las contribuciones de los participantes en el contenido del foro, al igual que del trabajo técnico realizado por COATI para asegurar que la interpretación pudiera ocurrir en nueve idiomas claves con 60 intérpretes voluntarios.

La mayor parte de la preparación del foro requirió entablar los contactos y las delegaciones en los diversos países donde ninguno de los pioneros del proceso tenía contactos. El resultado fue una lista funcional de puntos focales por país.

La reunión fue un importante paso para la construcción de un movimiento fuerte de la soberanía alimentaria en Europa, especialmente en Europa del Este, e importante para las dinámicas en otros países donde una plataforma aun no existe. Fue también un primer paso hacia la estructuración del movimiento, dándole visibilidad con la planeación de acciones comunes.

Cuadro 3

Construyendo políticas públicas para la Agroecología

El Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) ha estado involucrado en el proceso de debate sobre políticas públicas para la agroecología, impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En el marco de ese proceso la FAO organizó  un simposio internacional sobre agroecología para la seguridad alimentaria y nutrición, en septiembre de 2014, donde se acordó descentralizar las conversaciones a través de la realización de simposios regionales. Así, en 2015 la FAO, el CIP, diferentes gobiernos y académicos, organizaron simposios en América Latina y el Caribe (junio), África sub sahariana (noviembre) y Asia y el Pacífico (noviembre). Dando seguimiento a los simposios, en 2016, las conferencias regionales de la FAO analizaron los resultados de dichas reuniones y acordaron los próximos pasos a nivel regional para promover la agroecología.

En los últimos meses se han realizado 2 simposios regionales más y uno en, y para, China. Nuevamente la Sociedad Civil, la FAO, gobiernos y academia, se reunieron en América Latina y el Caribe (septiembre) y en Europa y Asia central (noviembre).

En América Latina y el Caribe consensuó una agenda regional de trabajo entre diferentes participantes, y abierta a otros, para: visibilizar la centralidad de la pesca artesanal y la contribución que a ella hace la agricultura de base agroecológica; formular e implementar políticas y marcos legales para la promoción de la agroecología desde y para los territorios, con participación social; ampliar la generación y gestión de conocimiento basada en evidencia sobre agroecología, integrando conocimiento científico con saberes ancestrales indígenas y prácticas de sectores diversos; promover mecanismos institucionales para producción agroecológica y su comercialización; garantizar los derechos populares a las semillas, agua, tierra y territorios; promover la agroecología  valorando y respetando la vida y los derechos humanos, resaltando la declaración internacional campesina; sugerir la celebración del Año Internacional de la Agroecología.

En Europa y Asia central, a propuesta de las organizaciones de la sociedad civil, se acordó entender la Agroecología más allá de los aspectos técnicos productivos e incluir los aspectos sociales, culturales, políticos, económicos y ambientales, desde una perspectiva inter sectorial. No obstante, un asunto crítico radica en la necesidad que los gobiernos, además de aceptar los impactos positivos de la agroecología, implementen políticas públicas en su apoyo. EL CIP evalúa que el simposio fue una gran oportunidad

Los simposios continúan generando oportunidades para fortalecer los vínculos entre los diferentes actores involucrados en la Agroecología.

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Fragmentos editados de la Declaración del Foro Internacional de Agroecología

Nyéléni, Mali, 27 de febrero de 2015

Somos delegadas/os en representación de distintas organizaciones y movimientos internacionales de productoras/es y consumidoras/es a pequeña escala, entre los que se encuentran campesinas/os, Pueblos Indígenas, comunidades, cazadoras/es y recolectoras/es, familias de agricultoras/es, trabajadoras/es rurales, ganaderas/os y pastoras/es, pescadoras/es y movimientos urbanos. Juntos, los distintos sectores que representan nuestras organizaciones producen un 70% de los alimentos consumidos por toda la humanidad. Ellos son los principales inversores del sector agrario, así como los principales proveedores de empleo y de medios de subsistencia del mundo.

En 2007, muchas/os de nosotras/os nos reunimos aquí en Nyéléni, en el Foro para la Soberanía Alimentaria… De igual forma, nos hemos reunido en el Foro de Agroecología 2015 para enriquecer el concepto de Agroecología mediante el diálogo entre los diversos pueblos productores de alimentos, consumidores, comunidades urbanas, mujeres, jóvenes y demás agentes. Hoy, nuestros movimientos, organizados a escala global y regional en el Comité Internacional de Planificación Internacional para la Soberanía Alimentaria (IPC), han dado un nuevo paso histórico.

Construir desde el pasado, mirar hacia el futuro

Nuestros sistemas de producción ancestrales se han desarrollado a lo largo de los siglos y durante los últimos 30 a 40 años este método ha dado en conocerse con el nombre de Agroecología. Nuestra Agroecología incluye una práctica y producción eficaces, implica procesos directos entre agricultoras/es a escala territorial, escuelas de formación y la elaboración de constructos teóricos, técnicos y políticos sofisticados.

Nuestras diversas formas de producción de alimentos a pequeña escala basadas en la agroecología generan conocimientos en lo local, fomentan la justicia social, promueven la identidad y la cultura y fortalecen la viabilidad económica de las áreas rurales.

La Agroecología significa afrontar juntas/os el ciclo de la vida, y esto implica también afrontar juntas/os el ciclo de luchas contra la apropiación de tierras y la criminalización de nuestros movimientos.

Superar múltiples crisis
El sistema de producción alimentaria industrial es el motor principal de las múltiples crisis climatológicas, alimentarias, medioambientales y de salud pública, entre otras. El libre comercio y los acuerdos de inversión corporativa, los acuerdos de resolución de litigios entre inversores y Estados y otras soluciones falsas tales como los mercados del carbón y el creciente financiamiento de la tierra y los alimentos, etc., han agravado dichas crisis.

Contemplamos la Agroecología como un modo fundamental de resistencia a un sistema económico que sitúa el beneficio económico por delante de la vida.

La Agroecología en una encrucijada

La presión popular ha propiciado que múltiples instituciones, gobiernos, universidades y centros de investigación, algunas ONG y demás organizaciones, finalmente reconozcan la importancia de la «Agroecología». Pese a todo, estas han tratado de redefinirla como un conjunto exiguo de tecnologías, para ofrecer así algunas herramientas que aparentan mitigar la crisis de sostenibilidad de la producción alimentaria industrial, mientras las estructuras existentes de poder permanecen incólumes. Esta cooptación de la Agroecología para afinar el sistema alimentario industrial, al tiempo que sus propulsores se llenan la boca con un discurso de tinte ecológico, ha recibido diversos nombres, tales como « agricultura adaptada al cambio climático», «intensificación sostenible» o «ecológica», producción industrial en monocultivo de alimentos «orgánicos», etc. Nosotros no reconocemos estas prácticas como Agroecología: las rechazamos y lucharemos para desenmascarar y detener su apropiación insidiosa del término.

Las soluciones reales a las crisis climáticas, de desnutrición, etc., no pueden partir de un sometimiento al modelo industrial. Debemos transformarlo y construir nuestros propios sistemas alimentarios locales que propicien vínculos entre el medio rural y el urbano, y se basen en una verdadera producción de alimentos agroecológicos por parte de las/os campesinas/os, pescadoras/es artesanales, pastoras/es, Pueblos Indígenas, agricultoras/es urbanas/os, etc. … Nosotras/os contemplamos [la Agroecología] como una alternativa esencial a ese modelo y como el medio para transformar la manera en que producimos y consumimos los alimentos en algo mejor para la humanidad y para nuestra Madre Tierra.

Nuestros pilares y principios comunes de Agroecología
Las prácticas de producción de Agroecología se basan en principios medioambientales como la fabricación de vida en el suelo, el reciclado de nutrientes, la gestión dinámica de la biodiversidad y la conservación de energía en todas las escalas. La Agroecología disminuye drásticamente nuestro uso de materias adquiridas externamente que sólo se pueden comprar a la industria. No utiliza agrotoxinas, hormonas artificiales, transgénicos u otras tecnologías nocivas.

Los territorios locales son un pilar fundamental para la Agroecología. Los pueblos y comunidades tienen derecho a conservar los vínculos espirituales y materiales con sus tierras… Esto implica un reconocimiento pleno de sus leyes, tradiciones, costumbres, sistemas de tenencia e instituciones, y constituye el reconocimiento de la autodeterminación y autonomía de los pueblos.

Los derechos colectivos y el acceso al Bien Común son pilares fundamentales de la Agroecología.

Estos distintos conocimientos y formas de conocer de nuestros pueblos son fundamentales para la Agroecología. Esta se desarrolla a través de nuestra propia innovación, investigación, selección de cultivos y cría de ganado.

El núcleo de nuestra cosmovisión es el equilibrio necesario entre la naturaleza, el cosmos y los seres humanos. Rechazamos la mercantilización de todas las formas de vida.

La autoorganización y acción colectiva son los medios que posibilitan el crecimiento de la Agroecología, la construcción de sistemas alimentarios locales y el desafío al control corporativo de nuestros sistemas alimentarios. La solidaridad entre los pueblos, entre las poblaciones rurales y urbanas, es un ingrediente crucial.

La autonomía de la Agroecología desplaza el control de los mercados globales y propicia el autogobierno de las comunidades. Requiere la remodelación de los mercados para que estos se fundamenten en los principios de economía solidaria y en la ética de la producción y el consumo responsables.

La Agroecología es política; exige que desafiemos y transformemos las estructuras de poder en la sociedad. Debemos poner el control de las semillas, la biodiversidad, la tierra y los territorios, el agua, el conocimiento, la cultura y el Bien Común en manos de los pueblos que alimentan al mundo.

Las mujeres y sus conocimientos, valores, visión y liderazgo son capitales para poder avanzar. Con demasiada frecuencia no se reconoce ni se valora su trabajo. Para que la Agroecología alcance su máximo potencial, debe haber una distribución equitativa del poder, de las tareas, de la toma de decisiones y de la remuneración.

La Agroecología propiciar un espacio radical para que los jóvenes contribuyan a la transformación social y ecológica que está en marcha en muchas de nuestras sociedades. La Agroecología debe crear una dinámica territorial y social que facilite oportunidades para la juventud rural y valore el liderazgo de las mujeres.

La declaración completa aquí.

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La agroecología en una encrucijada: entre la institucionalidad y los movimientos sociales

La agroecología está de moda. De ser ignorada, menospreciada y excluida por parte de las grandes instituciones que gobiernan la agricultura en el mundo pasó a ser reconocida como una de las alternativas para enfrentar las graves crisis ocasionadas por el modelo de la revolución verde. Se trata, sin duda, de un hecho sin precedentes, que puso a la agroecología en una disyuntiva: ceder ante la cooptación y captura, o aprovechar la apertura de las oportunidades políticas para avanzar en la transformación del modelo agroextractivista hegemónico. Aunque las instituciones no son monolíticas, y existen debates internos, el panorama podría verse como una lucha que tiene como protagonistas a dos bandos. El primero, conformado por las instituciones oficiales de los gobiernos, agencias internacionales y empresarios privados, y el otro, el de los distintos movimientos sociales defienden la agroecología como la única opción viable para transformar radicalmente el sistema agroalimentario imperante.

Este escenario ha hecho evidente la manera como el capitalismo verde ha descubierto la agroecología como medio para incorporar la agricultura campesina, sus territorios y sus prácticas agroecológicas a los circuitos globales de acumulación. Su objetivo es mercantilizar las semillas y la agrobiodiversidad; despojar los saberes agroecológicos de los campesinos y comunidades indígenas; insertar mayor diversidad agrícola a los mercados de alimentos, la industria cosmética, y farmacológica; incrementar los beneficios derivados de los bonos de carbono y la conservación neoliberal mediante arreglos agroforestales; y lucrar por la ampliación de los mercados de productos orgánicos industriales, que pronto serán renombrados como agroecológicos en las grandes superficies. Pero también es una excelente ocasión para que el agronegocio haga adecuaciones técnicas y enfrente así su tendencia a degradar sus condiciones de producción, incrementar sus costos y a reducir su productividad.

Mediante las clásicas estrategias del desarrollo se pretende someter los saberes de los pueblos imponiendo dependencias al sistema que desde ahora intentará proveer servicios agroecológicos a través de los Estados, ONG oportunistas, transnacionales, y proyectos de fundaciones y organizaciones internacionales. Se debe tener todo el cuidado de no caer en la ingenuidad de creer que al fin se han abierto las puertas para transformar la estructura agraria mundial hacia la agroecología, y por el contrario los movimientos sociales deben permanecer alertas, para evitar que con los ensayos de institucionalización se creen dependencias a los programas y proyectos públicos, lo que puede generar una burocratización generadora de demagogias deshabilitantes.

Estamos en una coyuntura de la que los movimientos no pueden desentenderse. De hecho, abstenerse de hacer parte de las discusiones es dejar libre el camino para que el capital encuentre salidas a la crisis crónica sobreacumulación mediante el despojo, mientras reestructura temporalmente sus condiciones de producción. Pero ante todo, es una inmejorable ocasión para que durante el rechazo a los intentos de apropiación, se reacomoden las fuerzas, se reinventen los postulados de lucha, se actualicen las formas de resistencia, se reagrupen organizaciones dispersas, y se redefina el sentido de las alternativas.

Al final una de las mayores contradicciones del capital, es que en sus intentos de engullirlo todo; en sus afanes por insertar cada reducto espacial y humano a sus circuitos de acumulación, acaba por reforzar las luchas de los pueblos, teniendo el efecto antagónico de robustecer la movilización, al tiempo que los pueblos se reapropian de su patrimonio natural, revalorizan sus culturas, y redoblan sus esfuerzos por construir procesos sociales efectivos de territorialización de la agroecología.

El artículo completo puede verse acá.

Voces desde el campo

Voces desde el campo 1

La lucha continua

Luciana Ghiotto,  ATTAC Argentina

En América Latina hay vigentes numerosos tratados de libre comercio desde hace más de veinte años. También se desarrolló una vasta experiencia de lucha contra la liberalización, construyendo proyectos alternativos de integración. Quizás el punto más fuerte de lucha fue la Campaña Continental contra el ALCA, que en Argentina fue una consulta popular contra el ALCA en 2003, y la Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata en 2005, que puso fin al ALCA.

Frenar el ALCA no significó el fin de la liberalización. De otras formas, con otros nombres, hemos visto la ampliación de los privilegios corporativos. Varias potencias avanzan en la agenda regional del libre comercio: muy evidente fue el Tratado Trans Pacífico (TPP), reuniendo a doce países de la cuenca.

La Unión Europea, China y países del sudeste asiático como Corea del Sur están a la conquista de los recursos naturales de las Américas. Existen campañas para denunciar estas negociaciones, promovidas a espaldas de los pueblos. En Argentina, la asamblea “Argentina mejor sin Tratados de Libre Comercio”, que coordina movimientos  sociales, sindicales, políticos, ambientalistas, trabajamos en este sentido.

Nuestra experiencia contra el ALCA fue esencial y hoy renovamos esa lucha para frenar la agenda corporativa y privilegiar los derechos humanos y ambientales.

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Solidaridad entre los movimientos

Lucile Falgueyrac de la Red de Seattle a Bruselas (S2B), Francia

Durante los últimos cuatro años en Europa hemos construido un movimiento real en contra de los tratados de libre comercio transatlánticos. Lejos de limitarse a un par de ONGs, con esta lucha se han acercado los movimientos sociales, los sindicatos, los y las campesinas y activistas tanto locales como internacionales de todos los horizontes y sectores. Desde Bulgaria hasta Finlandia, las campañas en contra de los tratados entre la Unión Europea y Estados Unidos y entre la Unión Europea y Canadá enfatizan la solidaridad entre movimientos que suelen estar lejos del alcance el uno del otro.

La elección de Donald Trump como líder de los Estados Unidos y sus primeras medidas a favor del racismo, la discriminación, los ataques que sucumben los derechos de las mujeres y el replanteamiento de ciertos acuerdos libres de intercambio son un auge para aquellas personas que desean desacreditar a nuestros movimientos.

La ratificación del Acuerdo Económico y Comercial Global (mas conocido por sus siglas en ingles CETA) esta siendo actualmente presentado por los y las partidarias del acuerdo como un acto político en contra de Trump, lo que también indica que Europa y Canadá se encuentran ahora en la cabecera de un mundo abierto y libre, dos baluartes en contra de la locura del nuevo presidente estadunidense.

Pero es solo una trampa. Los tratados de intercambio de comercio libres (TLC) traen consigo inequidades incrementadas, productivismo, extractivismo, crean nuevos derechos para las multinacionales y hacen que las soluciones a las crisis sociales y climáticas se vuelvan ilegales. Estos acuerdos no son un antídoto a la extrema derecha, sino que crean todas las condiciones para que esta prospere.

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El TPP está muerto: El terreno de la lucha se ha desplazado

Eric Holt-Giménez, Food First, Estados Unidos

Donald Trump acabó con el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP), que ya estaba moribundo, gracias a la oposición incesante de los movimientos populares. El abordaje bilateral preferido por la administración de Trump no es novedad alguna.

Después de haber ganado control sobre casi toda la economía en el planeta, el proteccionismo – bajo las nuevas condiciones implantadas por las corporaciones – va a ser mucho mas importante para los monopolios que controlan nuestros sistemas de energía y de alimentos que el comercio libre desenfrenado. Con esta movida, Trump tan solo sella el primer acuerdo en una tendencia que luego fortalecerá el poder de las empresas.

Nos debe preocupar que el populismo de derecha que tiene profundas raíces retóricas, fundadas en la supremacía de la raza blanca y la xenofobia, haya capturado el estandarte de la anti-globalización. Este no es nuestro aliado. Como tampoco lo son los “progresistas” neoliberales que tumbaron el mundo bajo el hueco del conejo del comercio libre.

La presidencia de Trump reflecta una crisis en el modelo político del capitalismo, lo que significa un cambio a venir en las estrategias de las empresas por destituir y acumular. En lo que incumbe a los movimientos populares, el terreno de la lucha se muda de lo global a lo local de nuevas e importantes maneras. Este nuevo movimiento se esta desenvolviendo. Ahora mas que antes es imperativo exaltar los principios de la soberanía alimentaria: la justicia social, la solidaridad, el pluralismo, y el derecho a determinar nuestros propios sistemas alimentarios.

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Nuestra lucha como un modelo económico alternativo

Guy Marius Sagna, Coordinador de la Coalición Nacional ‘No al AAE’, Senegal

Los Tratados entre la Unión Europea y África, el Caribe y el Pacifico (AAE) hacen que la población Senegalense tema lo peor, ya que las grandes capitales europeas arrasarán con nuestras iniciativas de agricultura a pequeña escala y con los pequeños negocios. Estos acuerdos reforzarán la división internacional del trabajo que lleva a nuestros países ‘sub-desarrollados’ a mantenerse como consumidores de bienes que vienen de otros países, que en este sistema neo-colonial juegan el papel como productores.

Es una pena que en Senegal la lucha en contra de los AAE se haya vuelto tan complicada. Anteriormente, algunas personas líderes de negocios encabezaron la lucha, pero ahora, por temor a las represalias, ninguna levanta su voz. Sin embargo, todavía existen activistas, miembros de la política y sindicatos que organizan la movilización en contra de AAE. Y a pesar del contexto tan difícil en el que trabajan, hemos notado que muchas personas quieren mantenerse informadas al respecto. Un gran número de intelectuales y figuras políticas han firmado las peticiones en contra de estos acuerdos, cosa que ha conllevado a que mas ciudadanos y ciudadanas, tanto en pueblos como en ciudades, pidan que se organicen conferencias sobre los AAE para tener un mejor entendimiento de ellos y así poder organizarse en contra. A través de nuestra lucha ponemos en marcha un modelo económico alternativo basado en la interdependencia y la solidaridad, opuesto a los AAE y a sus valores de mercado libre de competencia.

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Un estado lucha en contra de los TLC

Sridhar R, Director de Programas en Thanal, India

Los campesinos y campesinas en Kerala, un estado en India, encaran otro ataque a causa de un pacto de comercio, esta vez del PECR, que es una asociación regional augurando bienestar para las presiones que mas interesan, pero que también se conoce como una ‘sentencia de muerte’ para el campesinado local.

El tratado de comercio entre India y la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático por sus siglas en ingles) fue sometido a ellos por el gobierno de India, por lo cual los y las campesinas – e incluso el gobierno estatal – protestaron en contra de este en el 2009. Las organizaciones de campesinos y campesinas y de la sociedad civil advirtieron sobre la caída del acuerdo. Las barreras tarifarias de los principales productos agrícolas de Kerala, como lo son el te, el café, el aceite comestible, la pimienta, el caucho, la copra, el coco, la fibra de coco, el anacardo, el cardamomo, y el aceite de coco fueron removidas o reducidas, poniendo en peligro la supervivencia de la gran mayoría del campesinado local.

La gente respondió en protesta de la decisión del gobierno central con una enorme cadena humana a lo largo del estado. El gobierno estatal de Kerala apoyó esto, lo que lo convirtió en un conflicto federación-estado. Cientos de miles de personas se unieron para tomar sus manos en lo que tal vez sea la cadena humana de protesta mas grande de los tiempos. Pero el gobierno central, junto con el Doctor Manmohan Singh, un fuerte promovedor de los pactos mundiales de comercio y del liberalismo como primer ministro, nos mintió: prometiendo que el tratado no seria firmado sin antes considerar las partes interesadas de Kerala, el alentó a una delegación que venia del estado, pero después fue simplemente a firmar el acuerdo. Campesinos y campesinas de otros estados (incluyendo Karnataka, Tamil Nadu y otros estados del noreste) también sufrieron el impacto del tratado India-ASEAN, pero poco se ha hecho para compensar sus pérdidas. De igual forma, ningún estudio se hizo antes de firmar el tratado de libre comercio para predecir sus impactos o mitigar sus efectos posteriores.

Aprendiendo de esta lección, los y las campesinas de Kerala y los grupos de la sociedad civil ahora lideran una lucha individual en contra del recientemente propuesto Partenariado Económico Comprehensivo Regional (PECR). Reaccionando a este problema, el gobierno estatal ha escrito dos veces al gobierno central para exigir una discusión transparente que incluya a todas las partes interesadas antes de proceder con las negociaciones del PECR, señalando los posibles impactos del mismo.

Nos oponemos al PECR y a otros TLC firmados directamente con varias naciones de la ASEAN. India se encuentra en un período miserable, y ningún gobierno con cualquier sentido de responsabilidad a su población campesina masiva llevaría una nación a otro acuerdo con beneficios negativos como lo es el PECR.

Los y las campesinas en Kerala han protestado, pero muchas de ellas en otros estados también sufren o mueren en medio de la crisis. Se le pide a los gobiernos estatales para que aborden las deudas y suicidios de los agricultores a través de la renuncia del cobro de los préstamos. Pero esta no puede ser la salida al problema. Es hora que los gobiernos asuman que protegiendo a sus campesinos y campesinas de las presiones del mercado y del comercio global es una tarea fundamental y no debe comprometerse en aras de las crecientes demandas de comercio.